Los enfrentamientos de los mineros en Bolivia se intensifican
Cientos de trabajadores de las minas que llevan varios d¨ªas acampados en La Paz atacan con dinamita a la polic¨ªa
Cientos de mineros que acampan en La Paz desde hace varios d¨ªas para respaldar la huelga regional de Potos¨ª se enfrentaron a dinamitazos con la Polic¨ªa en dos barrios residenciales de la capital boliviana. Los enfrentamientos arrojaron un n¨²mero hasta ahora indeterminado de heridos leves y de detenidos, peque?os fuegos y vidrieras rotas en domicilios y tiendas. Los ataques, reprimidos con gases lacrim¨®genos, se produjeron poco despu¨¦s de que se frustrara el di¨¢logo entre el gobierno y los dirigentes del movimiento que tiene paralizada a esta regi¨®n del sur del pa¨ªs desde hace 17 d¨ªas, en demanda de inversiones de infraestructura que palien la ca¨ªda de los precios de los minerales.
El comit¨¦ potosino de huelga abandon¨® una reuni¨®n en el Ministerio de Gobierno pocos minutos despu¨¦s de que comenzara, a mediod¨ªa, porque, seg¨²n dijo su l¨ªder, Johnny Llally, no hab¨ªa "condiciones adecuadas" y los seis ministros que representaban a Evo Morales no ten¨ªan "verdadera voluntad" de negociar. Poco despu¨¦s de la salida de los dirigentes del edificio de este ministerio, donde a¨²n se hallaban las autoridades, se produjo un ataque con explosiones de dinamita. Los responsables fueron los miembros de las cooperativas dedicadas a la miner¨ªa de subsistencia que abundan en Potos¨ª. La Polic¨ªa respondi¨® y se produjeron peque?as batallas en diversos lugares del barrio de Sopocachi y en El Prado, ambos de clase media. Los dinamitazos rompieron ventanas y encendieron peque?os fuegos, uno de ellos en la valla de pinos de la embajada de Alemania en La Paz.
La Ministra de Comunicaci¨®n, Marianela Paco, dijo que la respuesta de la dirigencia de Potos¨ª a la oferta de di¨¢logo del gobierno hab¨ªa sido "un atentado dinamitero que ha puesto en riesgo la vida de ministros, de periodistas y de la ciudadan¨ªa".
Los potosinos hab¨ªan aceptado negociar con los ministros, luego de dos semanas de rechazar esta posibilidad, pues exig¨ªan una reuni¨®n con el presidente Evo Morales. Sin embargo, aclararon previamente que antes de conversar verificar¨ªan si se cumpl¨ªan las condiciones que hab¨ªan puesto, una de las cuales era la transmisi¨®n del di¨¢logo por los medios estatales, lo que solo se cumpli¨® parcialmente en el breve tiempo que dur¨® la frustrada reuni¨®n; y otra era la presentaci¨®n de un compromiso de que Morales firmar¨ªa los acuerdos a los que arribara la comisi¨®n de ministros, lo que esta rechaz¨® por razones legales. As¨ª que los huelguistas decidieron cortar el esfuerzo de concertaci¨®n apenas comenzado y radicalizar sus protestas, lo que condujo a las explosiones y los enfrentamientos.
La huelga es un efecto de la ca¨ªda de los precios de los minerales de los cuales Potos¨ª vive desde la ¨¦poca colonial
La huelga es un efecto de la ca¨ªda de los precios de los minerales de los cuales Potos¨ª vive desde la ¨¦poca colonial. Esta situaci¨®n y el malestar causado por el retraso del gobierno en el cumplimiento de las promesas que hizo a esta regi¨®n durante la anterior crisis minera, en 2010, generaron el clima pol¨ªtico para el surgimiento de un movimiento regional independiente que exige reivindicaciones como la construcci¨®n de un aeropuerto internacional, una hidroel¨¦ctrica y f¨¢bricas de cemento y vidrio, consideradas claves para un "desarrollo integral" por los potosinos, pero inatendibles por el gobierno.
Los huelguistas afirman que los ministros ocultan lo que realmente ocurre en Potos¨ª al presidente Evo Morales. Por eso hasta ahora hab¨ªan exigido entrevistarse con ¨¦l, lo que el presidente rechaz¨® con distintos argumentos. Carlos Romero, ministro de Gobierno, se?al¨® que esto se debe a que el movimiento es "pol¨ªtico", una hip¨®tesis en la que ha insistido despu¨¦s de los choques de hoy.
En Potos¨ª todas las actividades se hallan paralizadas; faltan v¨ªveres y, sobre todo, medicinas. Los cajeros autom¨¢ticos ya no cuentan con efectivo. Pese al gran compromiso con su causa que ha mostrado, la poblaci¨®n est¨¢ cansada, y esto presiona a los dirigentes que se hallan en La Paz, una parte de los cuales quiere negociar de una vez, mientras que otra parte quiere asegurarse, incluso con un gran sacrificio, que las promesas que les hagan esta vez se cumplan.
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