Zimbabue procesa a uno de los cazadores por la muerte del le¨®n ¡®Cecil¡¯
Zimbabue procesa a dos hombres que le acompa?aron cuando abati¨® al le¨®n protegido
Zimbabue present¨® este mi¨¦rcoles cargos contra el primero de los acusados de abatir al le¨®n protegido Cecil, cuya muerte ha provocado una ola internacional de indignaci¨®n. Un tribunal en Hwange, a unos 500 kil¨®metros de la capital, Harare, acus¨® de ¡°no supervisar, controlar y dar pasos razonables para prevenir una caza ilegal¡± al tirador profesional Theo Bronkhorst.
Este cazador, a quien las autoridades locales detuvieron el martes y a quien ya le suspendieron la licencia de caza, ha sido se?alado como el organizador del safari en el que el dentista estadounidense Walter Palmer mat¨® a comienzos de julio al popular le¨®n en una cacer¨ªa que acab¨® en carnicer¨ªa: tras no conseguir abatir al animal con una flecha, Cecil agoniz¨® durante 40 horas antes de ser ultimado con un tiro. Seg¨²n la agencia Reuters, Bronkhorst se declar¨® no culpable y sali¨® bajo fianza de 1.000 d¨®lares.
No se han presentado por el momento cargos contra el segundo detenido por la muerte del le¨®n, el due?o de las tierras donde fue abatido, Honest Ndlovu. De acuerdo con los informes recogidos, las autoridades han decidido que primero testifique para la fiscal¨ªa y despu¨¦s se decidir¨¢ sobre una acusaci¨®n.
Ambos deber¨¢n comparecer de nuevo ante el tribunal el 5 de agosto, fecha para la que se ha fijado el comienzo del juicio. La gran duda es qu¨¦ pasar¨¢ con el principal implicado en la muerte de Cecil, el estadounidense Walter Palmer. Que adem¨¢s tiene antecedentes de caza ilegal.
Palmer, que regenta una cl¨ªnica dental en Minnesota, fue condenado en 2008 por abatir a un oso negro en el estado de Wisconsin dos a?os antes. El cazador dispar¨® al animal fuera de la zona autorizada y trat¨® de disfrazarlo, como si hubiera sido abatido en otro lugar. Palmer fue condenado entonces a pagar una multa de 3.000 d¨®lares y estuvo en libertad condicional durante un a?o. Adem¨¢s, las autoridades limitaron su permiso de usar el arco ¡ªla misma arma que us¨® para matar al le¨®n protegido¡ª a usos deportivos.
No fueron sus primeros problemas con la justicia. En 2006, Palmer fue denunciado por acoso sexual por una recepcionista que trabajaba con ¨¦l. El dentista evit¨® el juicio con un acuerdo privado mediante el que pag¨® a la mujer m¨¢s de 127.000 d¨®lares, seg¨²n los registros de la Junta de Odontolog¨ªa de Minnesota.
El dentista estadounidense, de 55 a?os, est¨¢ siendo objeto de una campa?a masiva de cr¨ªticas que le han llevado a cerrar su cl¨ªnica ¡ªincluso a bloquear su p¨¢gina web¡ª. M¨¢s de 265.000 personas han firmado una petici¨®n en Internet que pide justicia para ¡®Cecil¡¯ y reclama al Gobierno de Zimbabue que detenga la emisi¨®n de permisos de caza para los animales que est¨¢n en peligro de extinci¨®n.
Adem¨¢s, Palmer podr¨ªa tener de nuevo problemas legales por la muerte de Cecil.
Las investigaciones de la Oficina de Parques y Vida Salvaje de Zimbabue y la Asociaci¨®n de Operadores de Safari de ese pa¨ªs apuntan que Palmer pag¨® presuntamente 50.000 d¨®lares por cazar al felino protegido. Las pesquisas indican que el dentista estadounidense y el responsable del safari en el que participaba enga?aron a ¡®Cecil¡¯, de 13 a?os y el animal m¨¢s representativo del parque nacional de Hwange, para que saliera de la zona protegida. Una vez fuera del parque, Palmer le dispar¨® una flecha. ¡®Cecil¡¯¡ªque llevaba un GPS porque formaba parte de un estudio de la Universidad de Oxford-- agoniz¨® durante 40 horas. Despu¨¦s, le remataron, decapitaron y despellejaron.
Palmer, que en un comunicado el martes lament¨® lo ocurrido y asegur¨® que cre¨ªa que la caza del felino hab¨ªa sido legal, dice que ni las autoridades de Zimbabue ni las estadounidenses le han contactado. Aunque asegura que colaborar¨¢ en cualquier investigaci¨®n. El dentista, que es un gran aficionado a la caza y que cuenta con casi una cincuentena de trofeos por abatir con arco y flechas desde b¨²falos y alces hasta un oso polar, podr¨ªa ser acusado en el pa¨ªs africano por practicar la caza furtiva, seg¨²n dijo la portavoz de la polic¨ªa de Zimbabue, Charity Charamba.
La asociaci¨®n de defensa de derechos de los animales PETA ha pedido a trav¨¦s de un comunicado que el dentista estadounidense sea extraditado, juzgado y condenado por la muerte de ¡®Cecil¡¯, que se hab¨ªa convertido en todo un s¨ªmbolo de Zimbabue.
Los problemas legales de Palmer sin embargo podr¨ªan comenzar en su propio pa¨ªs. Si se comprueba que el dentista soborn¨® a los cazadores para realizar la caza ilegal, entonces podr¨ªa ser juzgado en EE UU por violaci¨®n de leyes nacionales que proh¨ªben este tipo de pr¨¢cticas en el extranjero.
La congresista dem¨®crata por Minnesota Betty McCollum ya ha pedido una investigaci¨®n de un caso que le afecta muy personalmente. No solo porque es representante del estado donde vive Palmer, sino porque es una activa defensora de especies en peligro y forma incluso parte del caucus (grupo parlamentario) para protecci¨®n animal de la C¨¢mara de Representantes en Washington.
"Como alguien comprometido con poner fin a la caza furtiva de especies africanas ic¨®nicas, creo que la Fiscal¨ªa General y el Servicio estadounidense de Pesca y Vida Salvaje deber¨ªa investigar si se violaron leyes estadounidenses en materia de conspiraci¨®n, soborno de funcionarios extranjeros y la caza ilegal de una especie protegida", adelant¨® en un comunicado.
"Atraer con un cebo y matar a un animal amenazado como este le¨®n africano y considerarlo un acto deportivo no puede ser calificado como caza, sino una vergonzosa muestra de despiadada crueldad", subray¨® McCollum, quien adem¨¢s prometi¨® seguir luchando para que se aprueben leyes que protejan a animales "ic¨®nicos, amenazados y en peligro de extinci¨®n en todo el mundo de la 'caza deportiva' b¨¢rbara en manos de las ¨¦lites ultra ricas".
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