D¨ªas de la ira por la muerte de un beb¨¦
Puede ser el inicio de una guerra entre yihadismo y extremismo nacionalista jud¨ªo
Israel ha encarado el primer Sabbat de agosto en un clima de tensi¨®n sin precedentes desde la guerra del pasado verano en Gaza. El secuestro y la muerte de tres adolescentes jud¨ªos y el asesinato de un muchacho palestino que fue quemado vivo precedieron entonces al conflicto m¨¢s mort¨ªfero desde la Guerra de los Seis D¨ªas (1967) y el m¨¢s largo desde el de la Independencia (1948-1949).
Las consecuencias del ataque incendiario de la madrugada del viernes en Duma, en el que muri¨® abrasado un beb¨¦ de 18 meses y que caus¨® graves heridas a sus familiares, son a¨²n impredecibles, aunque tanto el Gobierno de Israel como la Autoridad Palestina tratan de evitar que el incendio se propague por toda Cisjordania.
Ni el primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu ni el presidente Mahmud Abbas parecen dispuestos a pagar el precio de haber desencadenado la Tercera Intifada. El dirigente israel¨ª se apresur¨® a condenar el terrorismo ¡°venga de donde venga¡±, aunque sea jud¨ªo. El mandatario de la Autoridad Palestina moviliz¨® a sus fuerzas de seguridad en las mezquitas para que la jornada de oraci¨®n no desembocase en un estallido de ira.
Pero la escalada de la tensi¨®n con la que concluyen las semanas musulmana y hebrea no invita al optimismo. Los incidentes protagonizados por colonos jud¨ªos tras el derribo de edificaciones declaradas ilegales por el Tribunal Supremo israel¨ª en el asentamiento de Beit El encendieron los ¨¢nimos en el campo nacionalista. Y la detenci¨®n por el Shin Bet (seguridad interior) de dos extremistas jud¨ªos como responsables del incendio hace dos meses de la iglesia del milagro de los panes y los peces en Galilea cay¨® como un mazazo entre los defensores de la colonizaci¨®n de las b¨ªblicas Judea y Samaria (actual Cisjordania).
La presencia de jud¨ªos ultrarreligiosos en la Explanada de las Mezquitas de Jerusal¨¦n, tercer lugar santo isl¨¢mico tras Medina y La Meca y tambi¨¦n hist¨®rico Monte del Templo para la tradici¨®n hebrea, ech¨® a¨²n m¨¢s le?a al fuego. El movimiento de resistencia isl¨¢mica Ham¨¢s, hegem¨®nico en Gaza y con creciente influencia sobre la sociedad civil de Cisjordania, aprovech¨® la circunstancia para convocar una jornada de protestas durante el rezo del viernes. Ahora redobla sus llamamientos a la venganza.
Como apuntaba Amos Harel en un an¨¢lisis de urgencia en el diario Haaretz, podemos estar asistiendo al nacimiento de una guerra de religi¨®n entre el yihadismo isl¨¢mico y el extremismo nacionalista jud¨ªo. Netanyahu, proclive a fijar l¨ªneas rojas a todos los dem¨¢s, se declar¨® ¡°conmocionado y enfurecido¡± tras visitar en un hospital israel¨ª a la familia que fue v¨ªctima del ataque incendiario en Duma, en el norte de Cisjordania, cuyo hijo menor muri¨® quemado vivo. Fue un ataque de represalia atribuido a radicales jud¨ªos que pretenden imponer una estrategia del ¡°ojo por ojo¡± y de ¡°hacer pagar un precio¡± por cada retroceso que sufra la pol¨ªtica de colonizaci¨®n.
El propio Netanyahu, que se puso al frente de las condenas al ataque con l¨ªquidos inflamables contra una familia en plena madrugada, y sus ministros del partido Hogar Jud¨ªo (nacionalista y procolonos) que le secundaron de inmediato, han guardado silencio y mirado hacia otro lado durante sus seis ¨²ltimos a?os en el Gobierno ante otros ataques incendiarios contra hogares palestinos en los que no se registraron v¨ªctimas. O contra mezquitas e iglesias.
La impunidad de estas acciones, la manga ancha con la violencia nacionalista, est¨¢ detr¨¢s de la progresiva radicalizaci¨®n de sectores de los colonos, jaleados por sus propios dirigentes pol¨ªticos y por rabinos exaltados. Ahora incluso Netanyahu cruza los dedos para que la mecha encendida por los radicales jud¨ªos no reavive las brasas siempre candentes tras d¨¦cadas de conflicto.
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