Manuel Contreras, el jefe de la Gestapo de Pinochet
El general lider¨® la Direcci¨®n de Inteligencia Nacional entre 1973 y 1977, los a?os m¨¢s salvajes de la dictadura en Chile
El militar en retiro Manuel Contreras, fallecido la noche del viernes 7 de agosto en Santiago, era el s¨ªmbolo de los criminales de lesa humanidad en Chile. Como director de la temida Direcci¨®n de Inteligencia Nacional (DINA), la polic¨ªa secreta de la dictadura de Augusto Pinochet, fue el pu?o de hierro, cerrado, inflexible y macabro que ejecut¨® las detenciones ilegales, torturas, ejecuciones y desapariciones de miles de chilenos desde noviembre de 1973, apenas dos meses despu¨¦s del Golpe de Estado que derroc¨® al presidente socialista Salvador Allende. Condenado a 526 a?os de c¨¢rcel por violaciones a los derechos humanos, y a la espera de la confirmaci¨®n de sentencias por otros 578 a?os de prisi¨®n, muri¨® enfermo en el Hospital Militar de la capital chilena, a los 86 a?os, sin haber tenido jam¨¢s alguna se?al de arrepentimiento. Nunca reconoci¨® los cr¨ªmenes que lider¨®, porque a lo m¨¢s lejos que lleg¨® fue culpar a Pinochet, ni colabor¨® con la Justicia en su esclarecimiento.
Las ¨²ltimas declaraciones p¨²blicas de Contreras, por el contrario, fueron especialmente insultantes para las v¨ªctimas y sus familiares. Cuando en 2013 se conmemoraban los 40 a?os del quiebre democr¨¢tico, el general en retiro del Ej¨¦rcito concedi¨® una entrevista televisiva donde se?al¨® que gracias al Golpe ¡°se salv¨® a la patria de caer en una dictadura totalitaria marxista¡± y que en los ¨²ltimos a?os ¡°se ha estado enga?ando¡± respecto de las violaciones a los derechos humanos en dictadura (1973-1990). El militar afirm¨® que en los centros de la DINA no se torturaba, que los muertos fallecieron en combate y que los detenidos desaparecidos no existen. Las palabras de Contreras, que siempre se distingui¨® por su orgullo y altaner¨ªa, motivaron que el entonces presidente de derecha, Sebasti¨¢n Pi?era, ordenara el cierre del peculiar centro detenci¨®n donde estaba recluido, el Penal Cordillera, que ofrec¨ªa especiales condiciones de comodidad a los violadores de los derechos humanos.
Detenido por primera vez en 1995 por el crimen del excanciller Orlando Letelier en Washington en 1976, el ascenso de Contreras al mando de la DINA solo se explica por el ofrecimiento de incondicionalidad total a Pinochet los primeros meses de la dictadura. Exalumno del dictador de la Academia de Guerra del Ej¨¦rcito, le ofreci¨® lealtad personal en un momento en que el Ej¨¦rcito viv¨ªa una dura lucha interna, llena de desconfianzas. Esta relaci¨®n fue la que permiti¨® que un coronel, como lo era Contreras en 1973, adquiriera poder al mando de la DINA y se superpusiera a los generales que controlaban los servicios de inteligencias de las Fuerzas Armadas. ¡°Hombre convencido de la urgencia de una purificaci¨®n ideol¨®gica nacional, cre¨ªa que era imprescindible un combate a fondo contra los partidos de izquierda que hab¨ªan dado se?as de preparaci¨®n militar y vocaci¨®n de resistencia¡±, lo describe La historia oculta del r¨¦gimen militar, la mayor investigaci¨®n que se haya hecho de la dictadura, de los periodistas Ascanio Cavallo, Manuel Salazar y ?scar Sep¨²lveda.
Nunca reconoci¨® los cr¨ªmenes que lider¨®, porque a lo m¨¢s lejos que lleg¨® fue culpar a Pinochet, ni colabor¨® con la Justicia en su esclarecimiento
No le rend¨ªa cuentas a nadie, salvo a Pinochet: ¡°La organizaci¨®n solo ser¨¢ responsable ante el presidente de la Junta. Nuestra misi¨®n ser¨¢ exterminar el marxismo y sus ideolog¨ªas afines, como si fueran plagas¡±, dijo Contreras en noviembre de 1973, ante centenares de reclutados procedentes de todas las ramas de las Fuerzas Armadas, seg¨²n consigna el libro period¨ªstico. En los primeros meses despu¨¦s del Golpe, los militares golpistas hab¨ªan tenido problemas para la cacer¨ªa de los militantes de izquierda y los servicios de inteligencia actuaban con una coordinaci¨®n deficiente. El nacimiento de la DINA, una organizaci¨®n todopoderosa que comenz¨® a trabajar en las penumbras hasta llegar a legalizarse a trav¨¦s de un decreto, respond¨ªa a la necesidad de tener un organismo que se comunicara directamente al Poder Ejecutivo.
La DINA de Contreras tuvo un crecimiento espectacular y su estructura interna se conform¨® de decenas de agrupaciones, unidades, brigadas, departamentos y cuarteles clandestinos. Uno de sus principales centros de detenci¨®n fue Villa Grimaldi, en la falda de la cordillera de Los Andes de Santiago, donde en enero de 1975 lleg¨® una veintea?era Michelle Bachelet junto a su madre, ?ngela Jeria, que fueron torturadas y vejadas por los agentes del Estado.
El militar afirm¨® que en los centro de la DINA no se torturaba y que los detenidos desaparecidos no existen
El aparato represor aniquil¨® a la mayor parte de los cerca de 3.000 muertos y desaparecidos de la dictadura chilena. La DINA tambi¨¦n fue la responsable de la prisi¨®n pol¨ªtica y tortura de una inmensa porci¨®n de los m¨¢s de 40.000 chilenos que, seg¨²n el Informe Valech, sufrieron apremios durante el r¨¦gimen. La ferocidad de la DINA y el poder de Contreras tuvo, sin embargo, una fecha de caducidad. En 1977, luego de la presi¨®n norteamericana por el crimen de Letelier y las desconfianzas que Contreras despertaba en parte de la c¨²pula del Gobierno, Pinochet determin¨® sacarlo de la escena, lo que finalmente termin¨® con la disoluci¨®n de la DINA y el quiebre de la relaci¨®n entre el profesor y el alumno. La dictadura la reemplaz¨® con la Central Nacional de Informaciones (CNI), un organismo que realiz¨® las mismas acciones que su antecesor hasta el final de la dictadura, en marzo de 1990. Los cuatro a?os de Contreras como jefe de la polic¨ªa secreta de Pinochet, sin embargo, fueron probablemente los m¨¢s salvajes de la historia de Chile.
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