El Estado Isl¨¢mico quiere sentar las bases de una ¡®sociedad yihadista¡¯
La organizaci¨®n apuesta por el pragmatismo; dispone de polic¨ªa y servicios asistenciales
Un a?o despu¨¦s de proclamarse como Califato, el Estado Isl¨¢mico est¨¢ volcado en levantar una estructura para administrar su territorio. Tras conquistar en junio de 2014 Mosul y Raqa, la organizaci¨®n controla zonas de Irak y Siria que, juntas, tienen una extensi¨®n mayor que Reino Unido (aunque gran parte es una superficie des¨¦rtica). Ya tiene algo parecido a un ej¨¦rcito y un cuerpo de polic¨ªa local para garantizar la seguridad. Trata de asegurar el abastecimiento de comida y electricidad a la poblaci¨®n. Quiere asentar y gobernar una sociedad yihadista.
¡°El Estado Isl¨¢mico ha entrado en una segunda fase. Ya no es una organizaci¨®n militar, es un Estado que intenta garantizar la seguridad y el abastecimiento de agua, comida y electricidad para la poblaci¨®n local¡±, explica la experta en terrorismo internacional Loretta Napoleoni. Su objetivo es alcanzar la legitimaci¨®n y por esto muestra cierto pragmatismo en muchos ambitos de la vida diaria, incluso en la aplicaci¨®n de la shar¨ªa (ley isl¨¢mica), a?ade la autora de El F¨¦nix islamista.
¡°Si hay una mujer m¨¦dico, los del EI no la encierran en casa, la hacen trabajar en un ambulatorio para mujeres: una cosa, esta, que en Arabia Saud¨ª no podr¨ªa hacerse¡±, relata Napoleoni. La polit¨®loga a?ade otro ejemplo a su teor¨ªa: la prohibici¨®n de fumar. ¡°Aunque est¨¢ prohibido, es de facto tolerado. Si no, ?c¨®mo podr¨ªan retener a un miliciano que viene desde Occidente y que quiz¨¢s es un genio de la inform¨¢tica?¡±, se pregunta.
La ductilidad del EI es evidente tambi¨¦n en la organizaci¨®n del poder. En Irak, por ejemplo, aspira a consolidar una estructura vertical de poder, en clara evoluci¨®n respecto a la red de c¨¦lulas dispersas de Al Qaeda. Esta ¨²ltima tiene la ambici¨®n de edificar una ¡°franquicia terrorista global¡±, afirma Karim Bitar, director del Centro franc¨¦s de Estudios de Asuntos Internacionales y Estrat¨¦gicos (IRIS, en sus siglas en franc¨¦s), mientras que el ¡°Estado Isl¨¢mico prefiere construir un poder territorial que le permita recaudar el dinero necesario para pagar sus legiones y llevar adelante su batalla. Est¨¢ aprendiendo a delegar el poder¡±, zanja Bitar.
Los expertos espa?oles del servicio antiterrorista se?alan que el viraje hacia el pragmatismo se manifiesta en la comunicaci¨®n pol¨ªtica. Estamos acostumbrados a ver mensajes de violencia despiadada, pero estos v¨ªdeos grabados con la tecnolog¨ªa m¨¢s avanzada estar¨ªan dirigidos sobre todo hacia el exterior, para intimidar al enemigo o llamar la atenci¨®n de los musulmanes de segunda o tercera generaci¨®n que residen en Occidente. En el interior, el EI se concentra en hablar de temas de gesti¨®n y administraci¨®n, como la distribuci¨®n de alimentos y medicinas.
Muchos de los aproximadamente 20.000 extranjeros que se han unido a las filas del EI ¨Cde los cuales 4.000 occidentales, seg¨²n las cifras del think tank ICSR¨C se creen h¨¦roes. Y a las mujeres se les explica que est¨¢n participando en algo hist¨®rico, "parecido a los de los padres fundadores en Estados Unidos", cuenta Napoleoni, quien habl¨® con refugiados sirios. Los combatientes locales, en cambio, tienen una visi¨®n menos rom¨¢ntica. Ven en el Estado Isl¨¢mico una defensa contra las milicias chi¨ªes apoyadas por el gobierno de Bagdad, o contra el ej¨¦rcito de Bachar al Asad en Siria.
En muchos casos, los milicianos locales son incluso funcionarios del Estado contra el que combaten. En Siria e Irak, por ejemplo, donde los empleados p¨²blicos son la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, los funcionarios pueden no ir al trabajo, o hacer lo m¨ªnimo, y seguir cobrando su salario o subsidio para harina y gasolina. ¡°Es una situaci¨®n surrealista", relata Francesca Borri, una periodista que entr¨® en la zona controlada por el grupo terrorista y que explica esta paradoja.
La sociedad yihadista que el EI pretende construir busca la definici¨®n de una identidad colectiva fundamentada en la ley isl¨¢mica y tiene una visi¨®n territorial y expansionista del Califato. Arrebatarle el territorio que controla significar¨ªa, por lo tanto, no solamente limitar su atractivo en el exterior sino anular la fuente misma de su legitimaci¨®n en el interior. El EI adopta la estrategia del ¡°paso a paso¡±, explica Ignacio ?lvarez-Ossorio, profesor de Estudios ?rabes en la Universidad de Alicante y coordinador de Oriente Medio y Magreb en la Fundaci¨®n Alternativas. Es consciente de que ahora es pr¨¢cticamente imposible continuar su avance hacia Damasco o Bagdad y por esto intenta asentar su presencia en los territorios ya conquistados: ¡°Antes de emprender una nueva fase expansiva, el EI necesita recuperarse y fortalecerse¡±.
La organizaci¨®n terrorista est¨¢ aprendiendo a administrar una comunidad; controlar el territorio y ofrecerse a la poblaci¨®n como la soluci¨®n a sus problemas. Es sobre todo consciente de que en las regiones donde ejerce su autoridad el fanatismo, as¨ª como el dinero recaudado a trav¨¦s de la venta ilegal de petr¨®leo, pueden ser utilizados para resolver el hambre y el miedo, y de paso obtener la confianza de la poblaci¨®n. Dos pilares, la seguridad y la prosperidad, esenciales en la construcci¨®n de un Estado que persiguen.
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