Tianjin confirma que hab¨ªa 700 toneladas de sustancia t¨®xica

¡°La responsabilidad principal, claro, es de la empresa. Pero el Gobierno tambi¨¦n tiene parte. Para que una empresa pudiera guardar sustancias t¨®xicas a 500 metros de edificios de viviendas, una de dos, o la licencia de almacenamiento se concedi¨® de manera irregular o la empresa viol¨® las condiciones de su permiso y nadie la control¨® de manera adecuada¡±, opina Li, de 36 a?os. Li es uno de los propietarios de las viviendas en las cercan¨ªas de las gigantescas explosiones del pasado mi¨¦rcoles en el puerto chino de Tianjin que han dejado ya al menos 114 muertos y 70 desaparecidos. Junto con m¨¢s de un centenar de sus vecinos, se manifestaba este lunes para reclamar compensaciones por los da?os a su propiedad.

Li resid¨ªa en el complejo residencial Haigangcheng, de 44 bloques de viviendas y uno de los m¨¢s afectados por el desastre. Asegura que los vecinos no buscan protestar, solo pedir ayuda para determinar el paradero de residentes de su bloque a¨²n no localizados. Tambi¨¦n expresan temor sobre las verdaderas condiciones del aire en la zona de la cat¨¢strofe.

All¨ª, todav¨ªa ard¨ªa el fuego este lunes, visible desde la l¨ªnea de la zona de exclusi¨®n de tres kil¨®metros dictada por las autoridades y protegida por un cord¨®n policial cada vez m¨¢s estricto. El teniente de alcalde, Zhang Tingkun, reconoc¨ªa que se han hallado 700 toneladas de cianuro de sodio, una sustancia altamente t¨®xica, en un ¨¢rea de 100.000 metros cuadrados en torno al almac¨¦n donde tuvieron lugar las explosiones, una superficie equivalente a unos 15 campos de f¨²tbol. El Ayuntamiento esperaba recuperar la mayor parte a lo largo del lunes, antes de que las lluvias pronosticadas para los pr¨®ximos d¨ªas puedan dificultar las tareas.

Como Li, son muchos los ciudadanos que sospechan que pudo haber irregularidades en el sector p¨²blico que contribuyeran al accidente, uno de los peores desastres industriales en la historia reciente china. Otro de los manifestantes, Zhuang Tao, de 35 a?os y empleado de la petrolera estatal CNNOC, expresaba su convencimiento de que Ruihai International Logistics, la empresa que gestionaba el almac¨¦n de sustancias peligrosas donde se produjo la explosi¨®n, ¡°no obtuvo la licencia de operaciones de manera muy legal¡±.

La posibilidad de un trato de favor debido a conexiones entre la empresa y altos funcionarios chinos cobra fuerza ante las informaciones publicadas por la prestigiosa revista econ¨®mica Caijin, seg¨²n las cuales el verdadero poder en la sombra tras Ruihai es Dong Mengmeng, hijo del exdirector del Departamento de Seguridad P¨²blica del puerto de Tianjin.

La Fiscal¨ªa General china ya anunci¨® este fin de semana que investigar¨¢ la posibilidad de que funcionarios del sector p¨²blico cometieran irregularidades ¡ª¡°negligencias o abusos de poder¡±, seg¨²n la agencia oficial Xinhua¡ª que contribuyeran a precipitar la cat¨¢strofe.

Ante la desconfianza ciudadana, el peri¨®dico oficial del Partido Comunista de China, el Diario del Pueblo, ha tratado de calmar los ¨¢nimos. ¡°?Por qu¨¦ se tendr¨ªa que encubrir nada sobre un accidente industrial? No tiene ninguna base pensar que se vaya a proteger a ning¨²n funcionario¡±, asegura. Aunque las garant¨ªas que busca ofrecer quedan desvirtuadas: uno de los ejemplos que cita de justicia contra un alto funcionario hace referencia a Zhou Yongkang, el otrora todopoderoso ministro de Seguridad P¨²blica y al que el r¨¦gimen juzg¨® en una audiencia a puerta cerrada.

La falta de fe en lo que puedan decir las autoridades es palpable entre la poblaci¨®n. Pese a las afirmaciones, por activa y por pasiva, de los altos funcionarios, que aseguran que las concentraciones de sustancias t¨®xicas en el aire y en el agua no alcanzan niveles da?inos, muchos ciudadanos ¡ªy no pocos miembros de los equipos de emergencia¡ª lucen m¨¢scaras protectoras.

En los apartamentos Tian Bin, en el per¨ªmetro de la zona acordonada, un grupo de j¨®venes m¨¦dicos en pr¨¢cticas espera que se les permita acceder para recoger las pertenencias que abandonaron precipitadamente el d¨ªa de la explosi¨®n. Entre ruidos de cristales que se apilan, y mientras contempla con tristeza las puertas y ventanas reventadas en lo que hasta ahora era su hogar, la joven He, de 22 a?os, no quiere quitarse la mascarilla protectora bajo ning¨²n concepto.

¡°No es que no crea que las cosas est¨¦n bajo control, pero¡­ eso no quiere decir que no sea un poco peligroso. Puede que respirar no vaya a matarte, pero tambi¨¦n que inhales algo que no sea completamente sano. Pueden pasar muchas cosas, que las pruebas realizadas no hayan sido exhaustivas, o que el viento cambie. Claro que estoy preocupada¡±, sostiene.

Un colectivo por el que el Gobierno chino no parece que tendr¨¢ que preocuparse es el de los familiares de los bomberos desaparecidos, que el fin de semana organizaron protestas p¨²blicas para exigir informaci¨®n. El primer ministro se reuni¨® con ellos; tambi¨¦n las autoridades municipales. Las familias recibieron promesas de que sus hijos ser¨¢n considerados ¡°h¨¦roes que dieron su vida por el pueblo¡±. Este lunes ya no participaron en las protestas.