El Ej¨¦rcito de EE UU ya cuenta con mujeres listas para combatir
El Ej¨¦rcito no ha desvelado la identidad de las dos j¨®venes que se grad¨²an este viernes
Dos mujeres han superado por primera vez en la historia las pruebas para participar en operaciones de combate del Ej¨¦rcito de Estados Unidos. Ambas forman parte de una iniciativa piloto para abrir a las mujeres la escuela de Rangers, uno de los programas de entrenamiento militar m¨¢s duros de las fuerzas norteamericanas. Su ceremonia de graduaci¨®n, que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo viernes, representa la ca¨ªda de la ¨²ltima barrera ante la igualdad de las mujeres en las fuerzas armadas.
¡°Todos nos vamos a beneficiar al tener a los mejores soldados del mundo defendiendo nuestro pa¨ªs y no hay ninguna duda de que los mejores ser¨¢n tanto hombres como mujeres¡±, declar¨® a Foreign Policy Leon Panetta, exsecretario de Defensa de EE UU. Panetta es uno de los principales responsables de la apertura que desde el 1 de enero de 2016 permitir¨¢ a las mujeres participar en operaciones de combate.
¡°Este es un paso m¨¢s en un proceso que empez¨® hace mucho tiempo, cuando apenas se estaba prestando atenci¨®n¡±, explica Gayle T. Lemmon, autora de La Guerra de Ashley una obra que relata la lucha de las primeras mujeres que integraron las Fuerzas de Operaciones Especiales en Afganist¨¢n. La escritora describe los cambios en el Ej¨¦rcito como ¡°una verdadera evoluci¨®n cultural¡± que atribuye directamente a Panetta. ¡°Ahora vemos la continuaci¨®n de ese esfuerzo¡±.
El Ej¨¦rcito tiene hasta el? 1 de enero para integrar a las mujeres en los diversos regimientos o justificar su exclusi¨®n de operaciones de combate directo sobre el terreno
Lemmon explica que en las ¨²ltimas semanas el Pent¨¢gono ha abierto las puertas de la Escuela de Rangers en Fort Benning (Georgia) a los medios para demostrar que hombres y mujeres deb¨ªan superar las mismas pruebas f¨ªsicas, al mismo nivel, antes de lograr el prestigioso emblema negro y amarillo que distinguir¨¢ su uniforme desde ahora. ¡°Era imposible distinguir cu¨¢les eran las mujeres entre ellos¡±, afirma en una conferencia organizada por el Council of Foreign Relations.
Fueron las propias soldados las que pidieron el mismo nivel de exigencia que el de los hombres. ¡°Lo primero que pidieron fue que no se rebajara el nivel para ellas porque el Ej¨¦rcito necesita soldados que pueda superar los requisitos¡±, dice Lemmon. ¡°As¨ª es como se cambian las actitudes, a?ade Janine Davidson, excomandante y piloto de las fuerzas a¨¦reas de EE UU, que asegura que la clave est¨¢ en la decisi¨®n del Pent¨¢gono de respaldar los mismos est¨¢ndares para todos.
Ambas reconocen que las exigencias f¨ªsicas de los puestos de combate han servido de barrera para la integraci¨®n de las mujeres. Davidson entr¨® en las fuerzas a¨¦reas en los a?os 90, cuando las mujeres todav¨ªa no pod¨ªan participar en operaciones de combate a¨¦reo. ¡°Una vez que llegamos las mujeres aprendimos que no hab¨ªa obst¨¢culos f¨ªsicos a lo que pod¨ªamos hacer y que lo que siempre queda pendiente son las barreras sociales¡±, explica. Seg¨²n la veterana, el reto actual del Ej¨¦rcito es garantizar una transici¨®n sencilla tanto a las primeras mujeres que entren en combate como a los equipos que las integren.
Lo que vemos ahora son pol¨ªticas que se ajustan a la realidad¡± Gayle T. Lemmon, autora de 'La Guerra de Ashley'
El Ej¨¦rcito de EE UU, a iniciativa de Panetta, prepar¨® en 2013 una serie de medidas para abrir las posiciones de combate a las mujeres. Se estima que unas 300.000 soldados han sido destinadas a Irak y Afganist¨¢n -150 han perdido la vida sobre el terreno- y de las que 9.000 han recibido condecoraciones por enfrentarse al enemigo. Las cifras hablan de c¨®mo los conflictos m¨¢s recientes han borrado la l¨ªnea del frente, mucho m¨¢s difusa gracias al uso de artefactos explosivos y que puede obligar a cualquier soldado, independientemente de su rango, a responder a un ataque directo del enemigo. Ahora el Ej¨¦rcito tiene hasta el pr¨®ximo 1 de enero para integrar a las mujeres en los diversos regimientos o justificar su exclusi¨®n de operaciones de combate directo sobre el terreno.
La decisi¨®n del Departamento de Defensa fue impulsada en gran parte por la misma situaci¨®n que retrata Lemmon en su libro, La Guerra de Ashley, sobre c¨®mo las fuerzas especiales de Afganist¨¢n requirieron de la presencia de mujeres en las redadas nocturnas que pudieran interactuar con ciudadanas afganas y obtener as¨ª informaci¨®n clave. ¡°La prohibici¨®n ha sido puesta a prueba durante mucho tiempo sobre el terreno¡±, afirma. ¡°Lo que vemos ahora son pol¨ªticas que se ajustan a esa realidad¡±.
Davidson habla de una nueva generaci¨®n de soldados que se sorprende cuando le dicen que sus hermanas no hubieran podido hacer lo mismo d¨¦cadas atr¨¢s. ¡°No voy a negar que no permanezca cierto grado de sexismo, pero hemos visto un cambio de mentalidad. Cuando un soldado hace su trabajo, aporta valor y garantiza la seguridad de sus compa?eros, esto es lo m¨¢s importante para los profesionales, no si se trata de un hombre o una mujer¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.