La radio, instrumento para explicar la paz en zonas remotas de Colombia

¡°Yo nombro a mi esposo Luis Javier Laverde Salazar, porque nombrarlo es tener memoria y tener memoria es no llegar al olvido¡±. La que habla es Luz Helena Galeano. Est¨¢ en la radio y durante cinco minutos repetir¨¢ dos veces m¨¢s la misma frase. Al fondo se escucha una estrofa de Mujer Divina, esa salsa pegajosa de Joe Cuba¡­ ¡°Mulata, mi prieta, mi cielo, te quiero, te adoro, divina mujer¡±... Luz Helena tararea lo que le cantaba su esposo y cuenta sin afanes que desapareci¨® el 9 de diciembre de 2008 en la comuna 13 de Medell¨ªn. Un grupo de paramilitares lo baj¨® de un bus y, desde entonces, desconoce su paradero.

El programa radial se llama Memorias en voz alta del productor Juan Gabriel Vanegas y fue transmitido en Esquina Radio, una emisora comunitaria de Medell¨ªn que se escucha en el centro y las comunas del oriente de la ciudad. Es corto, pero contundente. Cinco minutos para reivindicar a una v¨ªctima del conflicto armado que ten¨ªa nombre, una esposa y dos hijas.

Los programas est¨¢n alojados en la p¨¢gina Contamos para la paz y pueden reproducirse en las emisoras comunitarias

El trabajo de Vanegas particip¨®, con otros 51, en un concurso nacional de radio, cuyo prop¨®sito era contar historias que hablaran de verdad, de memoria, de reconciliaci¨®n y de construcci¨®n de la paz. Un tema que, aunque est¨¢ en el centro de la agenda del Gobierno por cuenta de las negociaciones de paz con las FARC, muchos lo sienten lejano y ajeno.

El presidente Santos y sus negociadores lo saben. Incluso reconocen que no han sabido comunicar de la mejor manera lo que ocurre en La Habana con las negociaciones de paz. ?Qu¨¦ se negocia? ?En qu¨¦ beneficia a las comunidades que viven, por ejemplo, en las regiones donde la guerra se ha ensa?ado? Las preguntas abundan y tambi¨¦n los falsos mitos. Por eso, desde hace un a?o la Oficina del Alto Comisionado de Paz empez¨® a preparar a informadores que trabajan en emisoras comunitarias, las cuales, en muchas ocasiones son el ¨²nico medio que existe en cientos de poblados alejados de las grandes ciudades.

Hab¨ªa que romper el hielo, dicen los formadores. ¡°La paz (de La Habana) era un tema que pasaba a miles de kil¨®metros de los territorios¡±, cuenta Ivonne Pico, integrante de Resander, la red cooperativa de medios comunitarios de Santander, socio estrat¨¦gico en la formaci¨®n. Esta red not¨® que el espacio que ten¨ªan estas emisoras para hablar de las negociaciones o de la paz en general, era muy peque?o y que el escepticismo abunda. Hay otros casos, en que hablar de la paz es definitivamente un tema vetado, por lo complejo de la guerra. ¡°Nos toc¨® empezar por explicar lo que s¨ª se discute y lo que no entra en las negociaciones. Tambi¨¦n se dieron pistas sobre c¨®mo informar¡±, cuenta Pico y aclara que no se trata de que los informadores sean ¡°animadores del proceso¡±, pero s¨ª de que lo entiendan.

Luego vinieron las historias. No del proceso de paz, sino de c¨®mo, desde esos territorios alejados de los reflectores se puede construir paz o se ha venido construyendo. De nuevo, en talleres, pero esta vez de producci¨®n en caliente, cientos de informadores trabajaron para hacer 21 radio-revistas que, desde una narrativa muy particular, agrupan 178 experiencias de paz. ¡°Una paz que no comienza ni termina en La Habana¡±, dice Jos¨¦ Luis Mu?oz, otro de los formadores. De todos los rincones del pa¨ªs surgen los relatos de la convivencia.

En las piezas de radio sobresalen lecciones de resistencia y esperanza. Hay historias de mujeres valientes, de cantantes de hip hop, de j¨®venes futbolistas, de profesores que salvan a sus estudiantes del reclutamiento, de comunidades que retornaron a sus pueblos arrasados por la guerra. Tambi¨¦n, de pueblos indignados por el secuestro y de otros que apostaron a sustituir los cultivos de coca. Muchos de los protagonistas coinciden en que la paz puede construirse desde la cotidianidad. ¡°Contar historias es poderoso, muestra caminos, revela personajes, dibuja territorios¡±, dice Mu?oz. ¡°Es en esos territorios, donde ha corrido sangre, donde tambi¨¦n tenemos la posibilidad de empezar a reescribir la historia¡±, agrega Pico.

Los programas est¨¢n alojados en la p¨¢gina Contamos para la paz y pueden reproducirse libremente en las emisoras comunitarias del pa¨ªs. Tambi¨¦n est¨¢n varias de las historias que ganaron el concurso de radio. El primer lugar se lo llev¨® Jorge Arias, un informador del sur de pa¨ªs que en nueve minutos cuenta la ins¨®lita historia de c¨®mo en un peque?a pedan¨ªa asediada por la violencia, se idearon c¨®digos secretos para poder comunicarse a trav¨¦s de altavoces, sin arriesgar la vida. ¡°Quer¨ªamos que la gente no se sintiera sola¡±, dice uno de esos informadores de la Colombia profunda.