Las elecciones griegas complican el papel del FMI en el tercer rescate
El Fondo solo contempla una participaci¨®n m¨ªnima en el plan y con m¨¢s reformas y una reestructuraci¨®n profunda de la deuda como condici¨®n previa
La convocatoria de elecciones en Grecia a?ade incertidumbre a la ya dif¨ªcil negociaci¨®n para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) participe en el tercer rescate heleno. De entrada, el Fondo solo contempla una aportaci¨®n econ¨®mica m¨ªnima y con un acuerdo previo de alivio de la deuda p¨²blica del pa¨ªs. Estaba previsto que se pudiera concretar en la revisi¨®n del primer programa, en octubre, y empezar a negociar en septiembre. Con una convocatoria electoral encima de la mesa, las conversaciones con el Fondo se complican.
El nuevo rescate europeo de Grecia, de 86.000 millones de euros, no necesita la reducida aportaci¨®n que el FMI estar¨ªa dispuesto a hacer por motivos estrictamente econ¨®micos. Europa, y especialmente Alemania, quieren involucrar al organismo para reforzar la credibilidad del programa en clave interna y contar con el consejo t¨¦cnico de sus expertos. El Fondo solo se plantea participar con la condici¨®n de que Grecia apruebe en el Parlamento las reformas fiscales y de pensiones ¡ªlas promesas ya no le valen¡ª y que los socios de la zona euro acuerden un plan de reestructuraci¨®n de la deuda helena, que de momento no ha suscitado grandes apoyos.
La aportaci¨®n podr¨ªa ser inferior al remanente del segundo rescate y no se descarta dejar a la ayuda en mera asistencia t¨¦cnica
La aportaci¨®n econ¨®mica, seg¨²n fuentes conocedoras de la negociaci¨®n, quedar¨ªa probablemente por debajo del dinero que le ha quedado pendiente del rescate anterior, inconcluso, y que suma unos 16.000 millones de d¨®lares. En la instituci¨®n de Washington est¨¢ grabado a fuego que Grecia se convirti¨® en junio en el primer pa¨ªs desarrollado en ser moroso con el organismo y le costar¨ªa mucho lograr apoyos internos para una aportaci¨®n m¨¢s generosa.
Para el profesor de Harvard y ex economista jefe del Fondo, Kenneth Rogoff, ¡°el escenario ideal para el Fondo ser¨ªa que el Mecanismo Europeo de Estabilidad le comprase su participaci¨®n y que su papel fuera solo como consejero t¨¦cnico¡±. ¡°Y sospecho que el BCE tambi¨¦n estar¨ªa contento con ello¡±, a?ade.
Las derivadas pol¨ªticas del papel del FMI llegan a los emergentes, Berl¨ªn y Washington
De momento, el llamado alivio de la deuda griega ya se ha convertido en un elemento innegociable para el FMI. En 2010 acept¨® un rescate sin medidas para reducir la deuda bajo el argumento de que primaba frenar el riesgo sist¨¦mico ¡ªcon Espa?a, Portugal e Italia en riesgo de contagio¡ª, y en 2012 se conform¨® con la quita del sector privado y una leve extensi¨®n de plazos. Luego la situaci¨®n mejor¨®, Grecia volvi¨® a financiarse en el mercado, pero la falta de avance en las reformas y la crisis pol¨ªtica rompieron la baraja. El Fondo ahora no ve riesgo sist¨¦mico pero s¨ª cree insostenible una deuda p¨²blica que calcula llegar¨¢ al 200% del PIB en dos a?os.
La dificultad de una quita de la deuda
Una extensi¨®n de los plazos. Los socios del euro solo est¨¢n dispuestos a extender los plazos de pago de la deuda griega. El FMI s¨®lo renunciar¨ªa a una quita directa, es decir, a perdonarle una parte de lo adeudado, si hay reformas profundas fiscal y de pensiones.
La quita no es pol¨ªticamente aceptable en una Europa en la que los contribuyentes ya han pagado mucho y han sufrido recortes sociales. El FMI pide una extensi¨®n ¡°dr¨¢stica¡±, como plasm¨® en su informe de julio. Plantean un periodo de gracia de alrededor de 30 a?os en el conjunto de la deuda europea, lo que al final supone una suerte de quita indirecta de la misma.
Hay otras partidas en juego. ?C¨®mo digerir¨ªan pa¨ªses m¨¢s pobres que Grecia que el Fondo ceda de nuevo? ¡°Los mercados financieros se van a poner muy duros para los pa¨ªses emergentes, que dependen de las exportaciones y que tienen altas deudas en d¨®lares, as¨ª que se puede intuir que algunos de ellos necesitar¨¢n alg¨²n programa del FMI si el crecimiento de China sigue atasc¨¢ndose¡±, apunta Rogoff. En ese caso, a?ade, ¡°puede resultar muy complicado que el organismo le d¨¦ a Grecia un trato mucho m¨¢s suave del que ofrece a Am¨¦rica Latina o Asia¡±.
Una inquietud que admiten fuentes conocedoras de la instituci¨®n. Ha habido cr¨ªticas internas de quienes ven un sesgo europe¨ªsta en el Fondo, dirigido desde 2011 por la francesa Christine Lagarde. Y, por otra parte, hay quien ve claves pol¨ªticas, porque Lagarde se juega la reelecci¨®n al cargo en 2016.
"Necesidades pol¨ªticas"
El alem¨¢n Jacob F. Kirkegaard, del Peterson Institute en Washington, se?ala que los recelos del Fondo reflejan el rechazo a creer las vagas promesas de Europa sobre una reestructuraci¨®n de la deuda griega pero tambi¨¦n responde a ¡°necesidades pol¨ªticas¡± en varios flancos: ¡°De Lagarde personalmente, que necesita mostrar una independencia de la zona euro para asegurarse otros cinco a?os de mandato; y del FMI, como organizaci¨®n, que necesita mostrar que est¨¢ en el centro del debate entre ajuste y est¨ªmulos y que pide esfuerzos tanto a deudores como a acreedores¡±, concluye.
Y tambi¨¦n, a su juicio, hay una derivada pol¨ªtica en EEUU, donde ¡°la Administraci¨®n de Obama, con Bernie Sanders [el precandidato dem¨®crata m¨¢s progresista] subiendo en las encuestas, necesita satisfacer la fuerte solidaridad por Grecia en amplias parte del partido Dem¨®crata¡±.
Es un sentir que reflej¨® bien el secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew, al defender un plan de reestructuraci¨®n o alivio ara la deuda griega, algo que el pasado julio tuvo una respuesta con sorna del ministro de Finanzas alem¨¢n, Wolfgang Sch?uble, quien le propuso a Lew lidiar con Grecia y pasar el problema de Puerto Rico a los europeos.
Pero el tono de Sch?uble ha cambiado considerablemente. El mi¨¦rcoles en el Parlamento alem¨¢n, ante de la votaci¨®n del nuevo rescate griego, no tuvo problema en defender alguna medida de alivio para la deuda griega. Es el ¨²nico modo de que FMI entre en el juego, pero, a¨²n as¨ª, el acuerdo para ello va a ser complicado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.