C¨²cuta sufre el ¡®efecto frontera¡¯
La gasolina se cotiza en el lado colombiano por cuatro veces de su valor habitual y Maduro culpa a Bogot¨¢ de "atacar" al bol¨ªvar
El Gobierno venezolano celebra que en sus ciudades fronterizas est¨¦n apareciendo de nuevo los productos que normalmente escasean y que no haya filas para echar gasolina en las estaciones de servicio, mientras que al otro lado del r¨ªo, en Colombia, ya hay letreros de "No Hay". La revoluci¨®n bolivariana lo considera como una victoria del presidente Nicol¨¢s Maduro, despu¨¦s de ordenar el cierre de la frontera el pasado mi¨¦rcoles 19 de agosto y de haber decretado el estado de excepci¨®n en seis municipios. La medida, seg¨²n el Gobierno, ha sido tan exitosa que el viernes la ampli¨® a cuatro m¨¢s.
Del lado colombiano, la ciudad de C¨²cuta vive una calamidad. No s¨®lo han llegado miles de deportados y retornados colombianos ¡ªa quienes el Gobierno venezolano se?ala como contrabandistas y paramilitares¡ª sino que ya se empieza a sentir el impacto econ¨®mico del cierre de la frontera. La mayor¨ªa de los cucute?os compra gasolina venezolana, que normalmente se vende por pimpinas (bidones) y no en las pocas estaciones que hay en la zona metropolitana. Desde hace una semana, no hay pimpinas a la vista, y las que hay, se est¨¢n vendiendo a 70.000 pesos (algo m¨¢s de 20 d¨®lares), cuando normalmente cuestan 17.000 (cinco d¨®lares). Casi todas son de un l¨ªquido amarillo, lo que indica que es combustible colombiano revendido. "La gente est¨¢ viniendo a las bombas a retanquear, es el mismo problema de Venezuela que ahora se vino para este lado," dice el taxista Johnny Sanabria, mientras espera m¨¢s de seis horas en una fila de coches de un kil¨®metro de largo.
Seg¨²n el Gobierno venezolano, el contrabando de gasolina le caus¨® p¨¦rdidas el a?o pasado por 3.600 millones de d¨®lares y m¨¢s de 6.000 toneladas de alimentos se fugaron por la frontera. Las cifras de la polic¨ªa colombiana, sin contar el combustible, indican que tan solo en los primeros siete meses de este a?o, la mercanc¨ªa que se incautaron est¨¢ valuada en 25.000 millones de pesos. Los decomisos pueden ser apenas una pizca de lo que se presume entra a diario por la frontera y basta entrar a La Parada, justo se cruza el puente, para encontrar todos los productos y marcas que hoy escasean en Caracas.
Los conductores en Colombia esperan hasta seis horas en largas filas para conseguir gasolina
Detr¨¢s del negocio est¨¢n tanto colombianos como venezolanos. Algunos son peque?os comerciantes informales, conocidos como bachaqueros. Dicen los habitantes de La Parada que el bachaqueo se volvi¨® el empleo secundario, o el primero en muchos casos, de la gente de la regi¨®n. Los que mueven grandes vol¨²menes, sin embargo, son las grandes mafias del crimen organizado, que tienen como pagar sobornos para que dejen pasar camiones enteros y act¨²an con complicidad de las autoridades en ambos pa¨ªses.?
Ambos pa¨ªses hab¨ªan elegido abordar el asunto hasta el momento como un problema de seguridad, porque atacar el problema de ra¨ªz es meterse con el modelo econ¨®mico-ideol¨®gico que cada cual defiende y que diplom¨¢ticamente hab¨ªan acordado respetar para mantener una convivencia de vecinos. Pero esa convivencia parece haberse roto.
Adem¨¢s de la oleada masiva de deportaciones de colombianos que estaban en territorio venezolano, ahora distintos portavoces del Gobierno est¨¢n afirmando que la legislaci¨®n interna colombiana fomenta el contrabando y que desde C¨²cuta se atenta contra el bol¨ªvar para que siga perdiendo su valor. Es decir, Colombia ya no es s¨®lo se?alada por exportar a supuestos paramilitares y contrabandistas a su pa¨ªs, sino que es la culpable de la devaluaci¨®n del bol¨ªvar y la especulaci¨®n en el mercado paralelo de divisas, seg¨²n Caracas. "Hasta que no se acabe el ataque a la moneda venezolana no abrir¨¦ la frontera hacia el Norte de Santander," dijo Maduro.
Seg¨²n el Gobierno venezolano, Colombia es la culpable de la devaluaci¨®n del bol¨ªvar?
En Venezuela existe desde hace a?os el control cambiario. Actualmente hay tres tipos de cambio oficial, el de 6,30 bol¨ªvares por d¨®lar para compras prioritarias como medicinas y alimentos, otro de 12 bol¨ªvares y un tercero que fluct¨²a pero no supera los 200 bol¨ªvares por d¨®lar. Como la demanda de divisas es superior a la oferta oficial, su valor en el mercado negro se ha trepado hasta 700 bol¨ªvares por d¨®lar.
Seg¨²n Juan Fernando Gonz¨¢lez, presidente de Asocambios en C¨²cuta, que agrupa a las casas de cambio en la ciudad, las p¨¢ginas web como DolarToday ¡ªque funcionan tambi¨¦n a trav¨¦s de cuentas de twitter ante los intentos de bloqueo del gobierno venezolano¡ª son las que marcan el valor del paralelo en Venezuela, y la referencia que utilizan para determinarlo, es la del bol¨ªvar respecto al peso en C¨²cuta y el valor del peso respecto al d¨®lar. "Macroecon¨®micamente no tiene sentido que esta ciudad le ponga el precio del d¨®lar a Venezuela. Esto ha generado una distorsi¨®n", dice Gonz¨¢lez, pero afirma que es absurdo pensar que los cucute?os est¨¦n detr¨¢s de una conspiraci¨®n en alianza con las p¨¢ginas como DolarToday, que ante el cierre de la frontera, anunci¨® un nuevo tipo de marcador, teniendo en cuenta los valores en las casas de cambio de Bogot¨¢ y de Manaos. "En Venezuela, el precio del bol¨ªvar respecto al d¨®lar lo coloca el gobierno bajo unas reglas que solo entienden ellos. Ac¨¢ en Colombia hay libre mercado y el valor depende de la oferta y la demanda, y desde 2010, la oferta de bol¨ªvares ha sido mayor que la demanda," a?ade.
?Sabes porque el d¨®lar paralelo no lo detiene el cierre en la frontera? Puedes leer la respuesta en http://t.co/cXpFAqM8Da
— DolarToday? (@DolarToday) August 27, 2015
Con el cierre indefinido de la frontera, la demanda de bol¨ªvares probablemente seguir¨¢ bajando, por estos d¨ªas los?maneros que se paran al borde de la carretera, ofreciendo la faja de billetes, est¨¢n ausentes y en las casas de cambio no hay clientes. Detr¨¢s del vidrio de su peque?a empresa, Gabriela, quien trabaj¨® como manera en la calle, pasa las horas pensando que si la situaci¨®n va para largo, tendr¨¢ que entregar el local que arrienda en La Parada y buscarse otro empleo. Sus padres, ya mayores, viven del lado venezolano y dependen econ¨®micamente de ella. ¡°No s¨¦ como ese se?or Maduro habla de socialismo humanista, ¡± dice.
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