Austria abre su frontera a los refugiados que est¨¢n en Hungr¨ªa
Unas 2.000 personas llegan a la frontera con Austria en autobuses fletados por el Gobierno h¨²ngaro El canciller austriaco asegura que su pa¨ªs y Alemania permitir¨¢n la entrada de los refugiados
Alemania y Austria han accedido esta madrugada, como una medida excepcional, a abrir sus fronteras y permitir la entrada y el paso de los cientos de refugiados, en su mayor¨ªa provenientes de pa¨ªses en conflicto, que se dirigen desde Hungr¨ªa hacia la frontera austriaca. Durante la noche del viernes al s¨¢bado han comenzado a llegar a la frontera entre Austria y Hungr¨ªa los primeros autobuses del centenar que el viernes por la noche ofreci¨® el Gobierno h¨²ngaro para acelerar el traslado de los refugiados que dejaban la capital a pie y de los que siguen en la estaci¨®n ferroviaria de Keleti. Seg¨²n la polic¨ªa autriaca, a las siete de la ma?ana, unos 2.000 refugiados hab¨ªan cruzado ya la frontera desde Hungr¨ªa, aunque esperan que el n¨²mero se duplique a lo largo del s¨¢bado.
Siete autobuses, escoltados por la polic¨ªa h¨²ngara, pararon pocos metros antes de la frontera y decenas de refugiados se bajaron para recibir agua y otros alimentos de la Cruz Roja magiar. Seg¨²n la polic¨ªa, se esperan entre 50 y 60 autobuses m¨¢s en las pr¨®ximas horas, en los que podr¨ªan llegar entre 800 y 3.000 refugiados, varados desde el lunes en diferentes puntos de Hungr¨ªa. Una vez en suelo austriaco los refugiados son enviados hacia la estaci¨®n de tren de Nikelsdorf, a solo tres kil¨®metros del paso fronterizo, o a un cercano pabell¨®n de m¨²sica, el Nova Rock Halle, donde se instal¨® hace unos meses un centro de acogida para refugiados.
Marcha a pie
El cambio de actitud del Gobierno h¨²ngaro permitiendo a los refugiados llegar hasta la frontera con Austria tuvo lugar el viernes por la tarde, cuando cientos de refugiados ya llevaban horas caminando desde Budaspest, decididos a alcanzar su meta a pie, dado que las autoridades h¨²ngaras les imped¨ªan hacer el trayecto por otros medios. A eso de la una de la tarde del viernes, tras varios d¨ªas de espera en la estaci¨®n internacional de Keleti, en Budapest, los primeros centenares de refugiados ¡ªsirios en su mayor¨ªa¡ª echaron a andar. Bajo un sol de justicia, los hombres y los m¨¢s j¨®venes, a buen ritmo, abrieron el camino. M¨¢s rezagadas hab¨ªa familias enteras, con beb¨¦s a cuestas, con ni?os en cochecito, con sus mochilas por toda pertenencia y una determinaci¨®n inquebrantable. Una adolescente lloraba cogida del brazo de su padre. Apenas pod¨ªa andar. Le dol¨ªan los pies. Su padre, impert¨¦rrito, tiraba de ella, la mirada al frente. ¡°Siria, Austria¡±, repet¨ªa a falta de m¨¢s conocimientos ling¨¹¨ªsticos para explicar sus planes.
La polic¨ªa checa marca con n¨²meros a los refugiados
La prensa checa inform¨® de que el martes la polic¨ªa retuvo en Breclav, en el sureste del pa¨ªs, a m¨¢s de 200 sirios que viajaban sin papeles rumbo a Alemania. Los agentes marcaron con rotuladores n¨²meros en las manos de los 115 hombres, 38 mujeres y 61 ni?os que llegaron desde Hungr¨ªa, supuestamente para poder agrupar a los refugiados por familias, explic¨® la polic¨ªa local.
Esta medida ha causado comentarios cr¨ªticos en las redes sociales por su similitud a los n¨²meros que tatuaban los nazis a sus v¨ªctimas en los campos de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial.
La Rep¨²blica Checa forma parte del grupo de pa¨ªses que se ha mostrado contrario a las cuotas obligatorias para aliviar la crisis de refugiados en Europa. "Las cuotas ser¨ªa el camino equivocado", afirm¨® el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, el pasado 31 de agosto. De momento, los checos se han comprometido a recibir 1.500 refugiados hasta el 2017.
Hab¨ªan hecho demasiados kil¨®metros antes de llegar a Hungr¨ªa como para rendirse. La ruta ha sido Turqu¨ªa, Grecia, Macedonia y Serbia. Ahora emprend¨ªan el ¨¦xodo caminando por la autopista que une Budapest con Austria. Apenas se inmutaban ahora cuando se les informaba de que la distancia era de casi 200 kil¨®metros. Susan, de 25 a?os, llevaba? una pesada mochila. Su marido Benji, de 32, cargaba con otra y con Mohamed, de un a?o, el hijo de ambos. Dicen proceder de la zona de Alepo y estar seguros de poder culminar su ¨¦xodo con ¨¦xito. ¡°Dios nos ayuda¡±, dice Benji.
Una anciana andaba con dificultad agarrando del brazo a sus dos hijas. Detr¨¢s caminaban los Mahir, de Deir ez-Zor: un matrimonio con cuatro hijas de trece, diez, siete y cinco a?os. El d¨ªa anterior hab¨ªan instalado su hogar sobre un edred¨®n en la estaci¨®n de Keleti. Reconocen a la periodista espa?ola y con gestos preguntan si la cabecera de la marcha queda muy lejos. Parecen contentos. Y determinados. La polic¨ªa esta vez no les deten¨ªa y les abr¨ªa paso.
Este es un ¨¦xodo masivo. La voz parec¨ªa haber cundido en todos los puntos de Hungr¨ªa donde se concentraban los refugiados. Casi al mismo tiempo que se emprend¨ªa la marcha a pie desde la capital, m¨¢s de 60 migrantes se escapaban de un centro de acogida cerca de Bicske, a 36 kil¨®metros al oeste de la capital. 300 abandonaron tambi¨¦n el centro de acogida situado en la frontera con Serbia, en R?szke, en el sur del pa¨ªs, seg¨²n informa Reuters.
La decisi¨®n del gobierno de fletar autobuses puso fin de madruga al ¨¦xodo a pie de miles de refugiados y facilitaba la huida a los refugiados. De paso, interrump¨ªa el triste espect¨¢culo de miles de personas abandonando el pa¨ªs a pie.
El tren de la verg¨¹enza
Horas antes, un tren varado en una peque?a estaci¨®n al oeste de Budapest era durante la ma?ana el epicentro de la crisis migratoria europea. Algunos medios le llaman ya El tren de la verg¨¹enza. Doscientos de los quinientos refugiados trasladados en tren el jueves por la ma?ana de Budapest a Bicske, a 36 kil¨®metros de la capital, permanecen en los vagones. Se niegan a entrar en el campo de acogida que hay en la localidad. Los otros trescientos ya est¨¢n alojados en ese campo, donde esperan poder poner a regla sus papeles para poder viajar.
La mayor¨ªa de los migrantes no quieren que las autoridades h¨²ngaras registren sus identidades, un tr¨¢mite que implica que es en ese pa¨ªs, en este caso Hungr¨ªa, el que debe tramitar su solicitud de asilo. Quieren seguir camino hacia Alemania. Muchos muestran sus billetes. El tren que tomaron el jueves en la estaci¨®n de Keleti de Budapest ten¨ªa por destino la ciudad de Sopron, junto a la frontera con Austria. Desde ah¨ª, los refugiados, sirios en su mayor¨ªa, pretend¨ªan seguir a pie. Sorpresivamente, la polic¨ªa detuvo el convoy al poco de salir de Budaspest, en Bicske, y traslad¨® a muchos al campo de acogida. Otros resistieron dentro y pasaron la noche en el tren, reclamando libertad para seguir viaje. Ofrec¨ªan resistencia pasiva, seg¨²n la polic¨ªa. Algunos se tiraban el viernes a las v¨ªas, desesperados al saber que no podr¨ªan alcanzar la frontera austriaca. La severidad con la que actu¨® la polic¨ªa en la estaci¨®n de Bicske alent¨® a muchos a quedarse en el tren, el ¨²nico tren que parti¨® ayer de la capital h¨²ngara.
La compa?¨ªa ferroviaria h¨²ngara MAV, por su parte, ha informado de que no partir¨¢n trenes desde la capital hacia destinos de Europa Occidental. Solo se pueden hacer trayectos dentro del pa¨ªs y, a¨²n as¨ª, la polic¨ªa exige a los viajeros tener los papeles en regla. De ah¨ª que los refugiados no puedan optar m¨¢s que por caminar.
La prensa local habla de dos razones para el intento de huida de los refugiados. Una de las teor¨ªas es que los refugiados deseaban hablar con la prensa sobre sus condiciones en el centro, lo que las autoridades les denegaron. La otra se?ala que la huida es una protesta contra las malas condiciones en el centro, causadas sobre todo por la excesiva poblaci¨®n en el mismo. El campamento de R?szke se encuentra a unos cuatro kil¨®metros de la frontera con Serbia, un poco alejado de la ciudad, rodeado por unos campos agr¨ªcolas y bosques
Mientras tanto, el primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orban, contin¨²a con su discurso contra la llegada masiva de inmigrantes."La realidad es que Europa est¨¢ amenazada por el flujo masivo de personas, muchas decenas de millones de personas podr¨ªan venir a Europa", ha subrayado este viernes. "Ahora hablamos de cientos de miles pero el a?o que viene hablaremos sobre millones y esto no tiene fin", ha advertido. "De repente, veremos que somos una minor¨ªa en nuestro propio continente", ha augurado en declaraciones a una radio local, instando a Europa a "mostrar fuerza protegiendo nuestras fronteras".
La polic¨ªa h¨²ngara ha informado este viernes de que que las autoridades interceptaron el jueves a 3.313 refugiados que entraron en el pa¨ªs de una forma ilegal por la frontera sure?a con Serbia. Los cinco campos de acogida h¨²ngaros solo tienen capacidad para un m¨¢ximo de 8.000 refugiados. Es una capacidad rid¨ªcula para la avalancha que llega a este pa¨ªs de menos de diez millones de habitantes. ACNUR calcula que ya han entrado m¨¢s de 150.000. Cada d¨ªa entran entre 2.00 y 3.000 nuevos migrantes.
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