Del Bergoglio conservador al Francisco aperturista

Jorge Mario Bergoglio no ha regresado a Argentina desde que fuese elegido papa en 2013, pero no ha hecho falta. Casi todas las personalidades argentinas han viajado al Vaticano para saludarlo y hacerse la foto. Y muchos de quienes lo han visitado aseguran que existen enormes diferencias entre el Bergoglio que fue y el Francisco que es, que su mensaje actual es mucho m¨¢s aperturista. Otros, tal vez los que m¨¢s de cerca lo conocen, sostienen, sin embargo, que, al margen de un car¨¢cter que sin duda ahora es m¨¢s cordial, sus convicciones siguen siendo las mismas. Cuando algunos de sus viejos conocidos le preguntan por este cambio, les responde con una sonrisa p¨ªcara: ¡°Es que es mucho mejor ser Papa que arzobispo de Buenos Aires¡±.

La idea m¨¢s extendida entre los que lo visitan en la Santa Sede es que Bergoglio se ha liberado, que antes ten¨ªa que hacer pactos internos dentro de la Iglesia argentina y que ahora, l¨®gicamente, tiene mucho m¨¢s poder y libertad. Tambi¨¦n hay quienes creen que, en realidad, siempre fue un conservador, un peronista de derechas, pero que se ha dado cuenta, gracias a un pragmatismo y una visi¨®n pol¨ªtica que nunca le faltaron, de que lo que ahora conviene a la Iglesia es un cambio de talante, m¨¢s comprensi¨®n en cuestiones como el aborto, el divorcio o la homosexualidad en las que antes se mostraba extremadamente duro. Lo ¨²nico seguro es que ha conquistado incluso a sus detractores m¨¢s feroces.

Adolfo P¨¦rez Esquivel, premio Nobel de la Paz en 1980 por su papel contra las dictaduras latinoamericanas y uno de los mayores exponentes de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, est¨¢ entusiasmado con la nueva cara de Bergoglio. ¡°Antes, como jefe de la Iglesia argentina, representaba a muchos, tambi¨¦n a los m¨¢s conservadores. Ahora puede decir como papa lo que antes se guardaba. Adem¨¢s, el mundo cambia, la iglesia cambia, y el Papa tambi¨¦n. ?l lo ha hecho desde la espiritualidad. Est¨¢ dando una gran sorpresa a todos. Ha provocado una esperanza que hace mucho tiempo que no se ve¨ªa en la iglesia universal¡±, explica P¨¦rez Esquivel, que se emociona cuando resalta el apoyo del Papa a los m¨¢s desfavorecidos o su ¡°impresionante enc¨ªclica¡± contra las multinacionales.

Horacio Gonz¨¢lez, director de la Biblioteca Nacional y l¨ªder de Carta Abierta, un grupo de intelectuales kirchneristas, fue dur¨ªsimo en sus cr¨ªticas a Bergoglio cuando estaba en Buenos Aires. Ahora est¨¢ entregado: ¡°Ha realizado una transmutaci¨®n pol¨ªtico-religiosa fascinante. Antes lo ve¨ªamos como un gran opositor al Gobierno, representante de los sectores m¨¢s conservadores, del peronismo de derechas. Ahora Francisco est¨¢ cercano a la teolog¨ªa de la liberaci¨®n que Bergoglio combati¨®. He cambiado mi apreciaci¨®n sobre ¨¦l con un cierto dolor personal; ahora estoy de alguna manera pensando en contra de m¨ª mismo. Pero no creo que la transmutaci¨®n de Bergoglio se trate de un cambio t¨¢ctico. El mundo ha cambiado, y ¨¦l hace la lectura del abismo que se abre ante la enorme crisis ¨¦tica de la humanidad¡±.

Dos de los argentinos que sostienen que Bergoglio no ha cambiado son monse?or Marcelo S¨¢nchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, y la periodista Elisabetta Piqu¨¦, autora del libro Francisco. Vida y Revoluci¨®n, en el que se basa la pel¨ªcula sobre el Papa que se estrena ahora. Ambos son, adem¨¢s, amigos del ¡°padre Jorge¡±.

Seg¨²n S¨¢nchez Sorondo, Bergoglio sigue siendo ¨¦l mismo: ¡°No ha cambiado. Sigue estando en contra del aborto, pero advierte a los cristianos de que no se puede estar en contra del aborto y a favor de tirar 70.000 bombas en Irak. Pero eso siempre lo dijo el Papa. ?l es la misma persona, lo que es m¨¢s curioso es que en el Gobierno ahora todos sean amigos de Francisco¡±.

Piqu¨¦ recalca que Bergoglio ¡°siempre tuvo la misma actitud abierta y de inclusi¨®n con homosexuales o divorciados vueltos a casar y de misericordia con aquellas mujeres que pasaron por el drama del aborto¡±. La periodista aporta una prueba: ¡°No hay que olvidar que, cuando era arzobispo de Buenos Aires, sectores conservadores del Vaticano lo cuestionaban por ser tibio en todas esas cuestiones, o por ordenar a los curas de su di¨®cesis que no se negaran jam¨¢s a bautizar a hijos de madres solteras¡±.