As¨ª se detuvo el ¨¦xodo de migrantes en cayucos desde ?frica occidental
Espa?a fren¨® la crisis de los cayucos a base de diplomacia, dinero y cooperaci¨®n policial
Los europeos suelen ir a Nuadib¨² sin familia y por razones de trabajo. Aunque es la capital econ¨®mica de Mauritania y la segunda m¨¢s poblada, los cortes de luz son frecuentes, no hay cine, ni conciertos ni teatro, el alcohol est¨¢ prohibido, como en el resto del pa¨ªs; no hay buenos colegios y el ¨²nico hospital no dispone siquiera de vacunas contra la rabia. Pero se encuentra a unos 800 kil¨®metros de las islas Canarias. Eso la vuelve muy seductora para cualquier emigrante clandestino que pretenda llegar a Europa. Y eso hace que Europa y el Gobierno espa?ol sigan muy de cerca los movimientos de los miles de cayucos que amarran en su puerto. En 2006, cuando Marruecos intensific¨® su lucha contra la inmigraci¨®n ilegal, los subsaharianos abrieron una autopista mar¨ªtima que iba desde Mauritania y Senegal hasta las Canarias durante cinco o seis d¨ªas de navegaci¨®n.
Aquella distancia parec¨ªa insuperable, pero a las islas Canarias llegaron en piraguas hasta 31.678 inmigrantes procedentes de Mauritania y Senegal. Ninguno de estos dos pa¨ªses aceptaban de buen grado la llegada de aviones con repatriados. Y de pronto, aquello se fue frenando. En 2008 alcanzaron Canarias 108 cayucos procedentes de Mauritania. Y en lo que va de este a?o no arrib¨® ninguno. No es f¨¢cil explicar c¨®mo se consigui¨® detener la hemorragia. Pero una buena parte de la respuesta se encuentra en Nuadib¨², 55 kil¨®metros al sur del S¨¢hara occidental.
Mauritania es un pa¨ªs des¨¦rtico de apenas 3,5 millones de habitantes y una extensi¨®n dos veces mayor que Espa?a. El n¨²mero de habitantes en Nuadib¨² oscila entre 180.000 y unos 300.000. No existe ning¨²n censo fiable. En esta ciudad, que vive sobre todo de la pesca, comenz¨® a producirse en 2008 un hecho del que otros pa¨ªses europeos est¨¢n tomando nota: cinco polic¨ªas espa?oles formaron un equipo de trabajo con seis polic¨ªas mauritanos. Y 25 guardias civiles integraron otro equipo junto a 6 gendarmes mauritanos. Desde entonces vienen trabajando codo con codo.
El inspector jefe de polic¨ªa Ignacio Rico vivi¨® en Senegal la explosi¨®n de la crisis y ahora est¨¢ al frente del equipo de polic¨ªas espa?oles y mauritanos de Nuadib¨². ¡°Para solventar aquella crisis fue esencial que Mauritania y Senegal aceptaran las repatriaciones¡±. Tambi¨¦n fue determinante que Mauritania decidiera aprobar en 2009 una ley que preve¨ªa penas de hasta cinco a?os de c¨¢rcel para quien colaborase en el tr¨¢fico de inmigrantes.
En 2006 llegaron a las islas Canarias en cayucos hasta 31.678 inmigrantes procedentes de Mauritania y Senegal
Ahora, las costas de ?frica occidental son una balsa de aceite. Tanto es as¨ª, que podr¨ªa parecer excesivo el gasto de personal desplazado m¨¢s el helic¨®ptero de la guardia civil, m¨¢s sus dos patrulleras de 30 metros de largo, m¨¢s otras dos de 15 metros. Pero el capit¨¢n Pablo Lorenzo, que ya vivi¨® en Nuadib¨² la crisis de 2006, lo tiene claro: cree que el efecto disuasivo es innegable, y que si desplazaran medios de aqu¨ª de nuevo comenzar¨ªa el movimiento. ¡°Al fin y al cabo, Canarias est¨¢ a cinco d¨ªas en barco y por la ruta de ?frica central que termina en Libia se tardan a veces hasta 30 d¨ªas en llegar a costas europeas¡±.
El agregado de la Guardia Civil en la embajada espa?ola, Carlos Rodr¨ªguez, a?ade: ¡°?Si en vez de los barcos patrulla tuvi¨¦ramos una Zodiac la situaci¨®n ser¨ªa la misma que ahora? En estos pa¨ªses los errores se pagan caros. Si uno ha construido una confianza y hay algo que funciona, es mejor mantenerlo¡±.
Ahmel Khaled, inspector responsable de los seis agentes mauritanos que trabajan con la polic¨ªa espa?ola, se?ala: ¡°El problema est¨¢ controlado, no solucionado. Nuadib¨² es una zona de tr¨¢nsito. Aqu¨ª hay miles de inmigrantes que han llegado con la idea de ganar dinero para irse a Europa. Solo esperan su ocasi¨®n para hacerlo¡±.
La tarea de Ahmel Khaled y de Ignacio Rico consiste sobre todo en recabar informaci¨®n. Los espa?oles han facilitado asistencia t¨¦cnica a los mauritanos para que puedan llevar un control de los trabajadores temporales de la pesca. Y Mauritania se ha vuelto mucho m¨¢s estricta en el control de la poblaci¨®n extranjera. En 2013 el Gobierno mauritano expuls¨® a 713 emigrantes y el a?o pasado a 6.463.
Los agentes espa?oles han construido, con ayuda de los mauritanos, una buena red de confidentes que les mantienen al tanto de cada movimiento en las costas de Nuadib¨². Ganarse esa confianza por parte de los mauritanos no ha sido f¨¢cil. La diplomacia iniciada con el Gobierno del PSOE y continuada con el PP fue esencial. En 2008, cuando el Gobierno del presidente democr¨¢ticamente elegido, Sidi Ould Cheikh Abdallah, comenzaba a colaborar con el de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, el actual presidente, Mohamed Ould Abdelaziz, perpetr¨® un golpe de Estado. El Gobierno espa?ol conden¨® la asonada, pero en seguida corrigi¨® el rumbo y fue uno de los primeros pa¨ªses en felicitar a Abdelaziz cuando gan¨® sus primeras elecciones en 2009. Espa?a prim¨® la estabilidad frente a los escr¨²pulos democr¨¢ticos. No quer¨ªa una Somalia en el ?frica occidental. Y Abdelaziz respondi¨® con una colaboraci¨®n plena frente a la inmigraci¨®n clandestina.
Tampoco falt¨® el dinero en forma de proyectos de cooperaci¨®n econ¨®mica. Entre 2007 y 2011, Espa?a invirti¨® unos 150 millones de euros en Mauritania, seg¨²n Francisco Sancho, jefe hasta esta semana del departamento de Cooperaci¨®n. El plan m¨¢s exitoso de todos, seg¨²n Sancho, ech¨® a andar en 2013. Y consiste en un proyecto de distribuci¨®n de pescado congelado por todo el pa¨ªs. Cost¨® cinco millones de euros y garantiza la llegada de pescado fresco a los puntos m¨¢s poblados y tambi¨¦n a los m¨¢s remotos del pa¨ªs mediante cinco camiones y 126 peque?as pescader¨ªas.
Diplomacia, dinero y cooperaci¨®n policial. De momento, la f¨®rmula funciona. Pero sigue habiendo mucha gente mirando hacia Europa. En la recepci¨®n de uno de los mejores hoteles de Nuadib¨² trabaja un hombre de 25 a?os que perdi¨® a su padre, a su madre y a su hermano peque?o en el naufragio del 19 de abril, donde murieron unas 900 personas. ?l hab¨ªa pagado para meterse en ese barco, pero no hab¨ªa cupo y le prometieron que saldr¨ªa en la siguiente embarcaci¨®n. El barco se hundi¨®, la polic¨ªa libia inici¨® redadas en las costas, ¨¦l tuvo que esconderse durante horas en un contenedor de basuras. Y al salir se dijo que ya no ir¨ªa nunca a Europa. Pero meses m¨¢s tarde asegura que su ¨²nico futuro est¨¢ all¨ª. Est¨¢ ahorrando en Nuadib¨² con los 120 euros que le pagan al mes y dice que para el 1 de enero volver¨¢ a intentarlo, esta vez desde los alrededores de T¨¢nger. La meta la tiene muy clara: Alemania.
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