En Honduras, construyen el futuro con chocolate

En la d¨¦cada de los 90, el cacao viv¨ªa una ¨¦poca dorada en Honduras: unos 3.500 productores cultivaban 8 mil hect¨¢reas y produc¨ªan alrededor de 5.500 toneladas m¨¦tricas por cosecha, lo que hizo al pa¨ªs el primer productor del grano en Centroam¨¦rica.

Pero esta posici¨®n privilegiada lleg¨® a su fin en 1998, tras el paso del hurac¨¢n Mitch y la plaga de la moniliasis, un hongo que provoca la putrefacci¨®n del fruto antes de su recolecci¨®n. Como resultado, se perdi¨® el 80% de la producci¨®n.

La familia de Arturo Elvir, productor de cacao, fue una de las afectadas por estos infortunios. Sin embargo, esto no supuso un adi¨®s definitivo al cultivo. Despu¨¦s de varios a?os de dificultades, desde 2012 Arturo y otras 1.200 familias hondure?as participan de un proyecto que les ha permitido recuperar la producci¨®n.

¡°No solo recuperamos el volumen si no que mejoramos mucha la calidad¡± dice. ¡°Antes solo consegu¨ªamos vender a intermediarios. Ahora, gracias a la formaci¨®n que hemos recibido, a los conocimientos adquiridos sobre abonos y fertilidad del suelo y a la puesta en marcha de las estructuras necesarias para el secado vendemos en el extranjero a una compa?¨ªa suiza, por m¨¢s del doble de lo que obten¨ªamos antes¡±.

M¨¢s cacao a mejor precio

El objetivo es incrementar el cultivo de cacao con peque?os productores y reducir los costes de producci¨®n. Adem¨¢s, se impulsa la certificaci¨®n org¨¢nica y de comercio justo, que garantizan precios atractivos a las familias que hacen parte del proyecto, financiado por el gobierno de Jap¨®n y administrado por el Banco Mundial.

Muchos de estos agricultores ven en el cacao una v¨ªa para salir de la pobreza. M¨¢s de dos tercios de los m¨¢s de 8 millones de habitantes de Honduras viven en pobreza, y cinco de cada diez en extrema pobreza, seg¨²n cifras del 2012.

En las zonas rurales la situaci¨®n es m¨¢s aguda, ya que 6 de cada 10 hogares est¨¢n en condiciones de pobreza extrema. La pobreza afecta especialmente a la poblaci¨®n ind¨ªgena, que representa m¨¢s del 30% de los peque?os productores que reciben asistencia del proyecto.

Eleuterio Castillo, es gar¨ªfuna, un grupo ¨¦tnico descendiente de los africanos llegados al Caribe. Tiene seis hijos, tres de ellos ya han terminado la secundaria. Aunque le gustar¨ªa poder pagarles la universidad, le resulta imposible.

Antes de comenzar con el cultivo del cacao, hab¨ªa pedido un pr¨¦stamo a un banco local. Compr¨® una barca y equipo de pescar, pero sus ingresos no le permit¨ªan pagar los intereses del 5% que se le exig¨ªa, y tuvo que deshacerse de todo. Tras aquel fiasco, pens¨® en la ganader¨ªa, pero de nuevo el acceso a financiamiento era dif¨ªcil, el coste alto, y el retorno, seg¨²n dice, min¨²sculo.

Al cacao, en cambio, cree que le podr¨¢ sacar lo suficiente para cubrir sus necesidades y ahorrar, para quiz¨¢ poder pagar la universidad de sus hijos peque?os, ya que los mayores tambi¨¦n han comenzado a cultivar cacao.

¡°El precio es bueno y la cosecha se puede recoger varias veces al a?o, otra gente en especial los ladinos optan por plantar palma africana pero destroza el suelo y lo hace inservible por varios a?os. Creo que hay m¨¢s futuro en el cacao¡±, dice.

Un mejor futuro

Maura Duarte, integrante de la etnia Pech, tambi¨¦n piensa que el cacao ofrece un mejor futuro a su ¨²nica hija. ¡°Aqu¨ª hay mucha pobreza, creo que en Estados Unidos le ir¨ªa mejor¡±, afirma. De hecho, el 54% de la poblaci¨®n de Honduras esta subempleada. De ellos, la mayor¨ªa se dedica casi exclusivamente a la agricultura de subsistencia.

Para Maura, este es el ¨²nico modo de vida que conoce. La yuca el pl¨¢tano y los frijoles son los componentes casi exclusivos de su dieta. Para ella, el cultivo del cacao no solo es una fuente de ingresos, tambi¨¦n espera poder dar a conocer a su pueblo y su cultura, de los que se siente orgullosa.

Los sue?os de todos estos productores dependen en gran parte del precio internacional del cacao, que de momento no se ha visto afectado por el descenso dr¨¢stico de la cotizaci¨®n de las materias primas que afecta a otras econom¨ªas en Latinoam¨¦rica y el Caribe.

Al contrario, aunque haya fluctuado, no ha dejado de subir de forma continuada. En parte por la creciente demanda de Asia, donde se empieza a apreciar su sabor, y por el descenso de la cosecha del Este de ?frica afectada principalmente por un fuerte harmattan (viento seco y polvoriento del S¨¢hara).

Eleuterio, Maura y Arturo solo esperan que los vaivenes econ¨®micos de sus principales pa¨ªses clientes no hagan decaer su inter¨¦s por el chocolate y las otras golosinas que se pueden preparar con cacao hondure?o.

Diana del Olmo Campos es Asistente de Comunicaciones en el Banco Mundial.