No es la libertad, es la democracia
Las mejores elecciones catalanas de la historia: en participaci¨®n al menos. Este es un dato cualitativo trat¨¢ndose de la democracia, la ley del n¨²mero aplicada a la voluntad ciudadana. El motor de esta intensificaci¨®n democr¨¢tica es el proyecto independentista. El se?uelo de la secesi¨®n, planteada como un proyecto a corto plazo, ha servido para movilizar a quienes la desean fervientemente pero tambi¨¦n a quienes la viven como una p¨¦rdida y una cat¨¢strofe.
No es el ¨²nico. Los ciudadanos han sido convocados tambi¨¦n con prop¨®sitos de demolici¨®n, una pulsi¨®n m¨¢s de castigo que de b¨²squeda de utop¨ªas a mano, impulsada por la corrupci¨®n, los recortes sociales, la desafecci¨®n pol¨ªtica, e incluso el cambio generacional. El resultado es un paisaje pol¨ªtico nuevo, con el partido del Gobierno espa?ol en su porci¨®n congrua, Ciutadans convertido en el primer partido de la oposici¨®n y Podemos que no consigue similar proeza respecto al PSC ni devenir alternativa de Gobierno.
Estos resultados no permiten lecturas simplistas. Mas tendr¨¢ dificultades para gobernar dependiendo de los votos de la CUP, una fuerza que quiere sacar a Catalu?a no tan solo de Espa?a sino de la OTAN y de la UE. El Parlamento no es tan solo mayoritariamente independentista, sino muy escorado a la izquierda. El derecho a decidir, sea lo que sea, contar¨¢ con una mayor¨ªa tan ancha que puede acercarse a los 90 diputados necesarios para las grandes reformas estatutarias. Si contara con el PSC, como hace un cuarto de hora, superar¨ªa el centenar.
Traducido a votos, la cuenta finalmente m¨¢s aut¨¦ntica de la ley de los n¨²meros, Catalu?a aparece partida limpiamente en dos: el hemisferio que sit¨²a como su preferencia casi ¨²nica la independencia y el hemisferio que la rechaza o no la considera prioritaria. La fuerza del secesionismo es enorme, pero la independencia no est¨¢ m¨¢s cerca. La lecci¨®n que recibe el PP valdr¨¢ para todos: no se puede gobernar Espa?a contra Catalu?a y ni siquiera sin Catalu?a. Tampoco Catalu?a puede ser independiente con el 50 por ciento de los ciudadanos que no lo desean o est¨¢n abiertamente en contra.
Al contrario de lo que dice la propaganda, no es la libertad de los catalanes en Espa?a ni de los espa?oles en Catalu?a lo que est¨¢ en juego. Es la capacidad de la democracia para funcionar adecuadamente, es decir, convertir los conflictos en cauces de di¨¢logo y de pacto. Eso es lo que dice el extraordinario equilibrio de votos y de fuerzas que arrojaron ayer las urnas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
