Barack Obama y Ra¨²l Castro: nueva foto del deshielo
Sonrisas y un fuerte apret¨®n de manos para el segundo encuentro bilateral entre un presidente de Estados Unidos y otro de Cuba
Barack Obama y Ra¨²l Castro se abotonaron el traje, desplegaron su m¨¢s amplia sonrisa y se dieron un fuerte apret¨®n de manos para la foto de la segunda reuni¨®n bilateral de la historia del deshielo entre Washington y La Habana. El presidente cubano incluso brome¨® con lo alto que es su par estadounidense. Apagados los flashes, se cerraron las puertas y los dos mandatarios se pusieron a conversar de verdad. Y ah¨ª el tono volvi¨® a ponerse serio. Porque tal y como tambi¨¦n qued¨® claro esta semana en Nueva York, el camino para la normalizaci¨®n de relaciones tiene todav¨ªa una ruta y, sobre todo, un fin muy complicado.
Como los gestos importan, Obama y Castro posaron sonrientes juntos para afianzar el acercamiento iniciado hace nueve meses, aunque 24 horas antes al presidente Cuba dej¨® claro que no piensa ceder un ¨¢pice en sus demandas hacia EE UU. Y Washington replic¨® insistiendo en la cuesti¨®n del respeto de los derechos humanos, la que m¨¢s molesta a La Habana.
Al contrario que en ocasiones anteriores, en los ¨²ltimos meses, Castro no tuvo, en su discurso ante la Asamblea General de la ONU, ni un solo gesto hacia Obama. El presidente cubano se limit¨® a enumerar las demandas de la isla en esta negociaci¨®n: la devoluci¨®n de Guant¨¢namo, el cese de las emisiones de radio y televisi¨®n ¡°desestabilizadoras¡± o una ¡°compensaci¨®n¡± por los da?os sufridos el ¨²ltimo medio siglo. Pero, sobre todo, el fin del embargo.
¡°No habr¨¢ normalizaci¨®n con bloqueo (embargo) y no habr¨¢ progreso sustancial en el proceso de normalizaci¨®n sin cambios sustanciales en la aplicaci¨®n del bloqueo¡±, reiter¨® un d¨ªa despu¨¦s el canciller cubano, Bruno Rodr¨ªguez, ante periodistas. ¡°El ritmo del proceso depender¨¢ del levantamiento¡± del embargo, recalc¨®.
Rodr¨ªguez insisti¨® este martes en que incluso si el Congreso no hace caso al presidente estadounidense, que ha pedido reiteradamente -incluso desde la ONU- que levante el embargo a la isla, Obama tiene ¡°muy amplias facultades ejecutivas¡± para despojar ¡°sustancialmente¡± de contenido el embargo.
Sobre los pasos que ya ha dado Obama al respecto, flexibilizando los viajes a la isla y el comercio con Cuba, Rodr¨ªguez las consider¨® medidas ¡°de valor muy limitado, de alcance y profundidad limitad¨ªsima y que no tocan ning¨²n hecho significativo de la aplicaci¨®n del bloqueo¡±.
No dijo tampoco qu¨¦ es lo que Cuba est¨¢ dispuesta a hacer de su lado (tambi¨¦n Washington tiene una larga lista de reclamos, desde compensaciones por expropiaciones a mejoras en libertades y derechos humanos). Seg¨²n la Casa Blanca, Obama le ¡°subray¨®¡± a Castro que ¡°m¨¢s reformas en Cuba aumentar¨ªan el impacto de los cambios regulatorios¡± de EE UU y le ¡°reiter¨® su apoyo por los derechos humanos en Cuba¡±.
Sobre este asunto, el que m¨¢s ampollas levanta en La Habana, Rodr¨ªguez replic¨® que en su pa¨ªs ¡°se garantiza el pleno ejercicio de los derechos pol¨ªticos y las libertades civiles¡±. Y volvi¨® a clamar, como lo hizo Castro la v¨ªspera, contra la ¡°manipulaci¨®n pol¨ªtica¡± del tema. Tambi¨¦n calific¨® de ¡°hipot¨¦tica¡± una pregunta sobre las posibilidades de una apertura pol¨ªtica en la isla.
Puede que el compromiso cubano con el proceso no se haya traducido en palabras, pero s¨ª en gestos. Porque no hubo solo una foto con Obama. Castro aprovech¨® su estancia en Nueva York para reunirse, discretamente, con legisladores dem¨®cratas y republicanos favorables al deshielo, con empresarios y con miembros de la comunidad cubanoamericana. E incluso se hizo una foto con otro presidente dem¨®crata, el exmandatario Bill Clinton. En una semana, Castro podr¨¢ recibir adem¨¢s a la secretaria de Comercio estadounidense, Penny Pritzker, que realizar¨¢ su primer viaje oficial a Cuba para discutir la nueva tanda de flexibilizaci¨®n de regulaciones.
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