¡°Las balas que matan a ni?os negros no son perdidas, son preventivas¡±
Una cr¨®nica escrita a partir de hechos reales en R¨ªo de Janeiro y comentarios de odio en internet
Si los ni?os negros y pobres hubiesen aprendido a leer, no interrumpir¨ªan el tr¨¢fico con sus cuerpecitos oscuros. Pero van a escuelas p¨²blicas bien equipadas, en edificios planificados, cercados de jardines e instalaciones deportivas, con profesores bien pagados y preparados, a jornada completa, se alimentan de comida nutritiva y aun as¨ª no consiguen leer bien. No hacen m¨¢s que desperdiciar los impuestos que paga la gente de bien, como yo.Prefieren quedarse en sus chozas sofocantes, en calles llenas de baches y sin ¨¢rboles, por puro mal gusto. Es impresionante el mal gusto de los ni?os pobres y negros, algo que les viene de cuna, solo hace falta ver c¨®mo se visten mal. Por eso, no entienden el Estatuto del Ni?o y del Adolescente (ECA, por sus siglas en portugu¨¦s) de Brasil. Nola tonter¨ªa aprobada en los a?os noventa por aquel mont¨®n de gilipollas que se quedan llorando hasta hoy porque la dictadura tortur¨® y mat¨® a algunos miles de comunistas. ?Deber¨ªa haber matado a m¨¢s! Estoy hablando del verdadero Estatuto del Ni?o y del Adolescente, el que no fue hecho por gente que desperdici¨® a?os estudiando para proteger los derechos humanos de peque?os delincuentes. ?Como si los ni?os pobres y negros fuesen humanos! Estoy hablando del ECA que vale, el de las calles, la ley en la pr¨¢ctica, la de verdad. El otro, el oficial,es solo para dejarlo en la biblioteca de aquellos intelectualoides de izquierdas, para llenar aquella boca tan sensible de porquer¨ªa pol¨ªticamente correcta y exhibirse en las reuniones de la ONU. Si los cr¨ªos supiesen leer y supiesen cu¨¢l es su lugar, estar¨ªan ah¨ª, vivos, para seguir chapoteando en los desag¨¹es, como les gusta. Ya que no tengo est¨®mago para la suciedad en la v¨ªa p¨²blica, he decidido sistematizar la ley vigente y hacer el manual de 2015, una versi¨®n actualizada, para ver si dejan de ensuciar el suelo con sus sesos. Una cosa muy did¨¢ctica, muy simple, para que incluso una raza inferior pueda entenderla. Voy a ponerle a cada ley el nombre de uno de esos cr¨ªos, a ver si es m¨¢s f¨¢cil que entre en esas cabecitas llenas de marihuana. En plan: ¡°Acu¨¦rdate del caso, as¨®cialo a la ley, no la cagues, todo resuelto¡±. Como el a?o que viene son los Juegos Ol¨ªmpicos y no quiero que los gringos piensen que aqu¨ª no hay ley que valga, me he limitado a R¨ªo de Janeiro. Si cada uno hace su parte para sanear la ciudad, Brasil todav¨ªa puede brillar:
1) Ley Herinaldo: los ni?os negros no pueden correr en la calle
?Once a?os de edad y corriendo en la favela? ?Vete a trabajar!
?Para qu¨¦ va a correr un ni?o, dime? No tiene que correr para nada. ?Once a?os de edad y corriendo? ?Vete a trabajar! El polic¨ªa se asusta con aquel cuerpecito oscuro y escu¨¢lido yendo en su direcci¨®n y le dispara. Ya est¨¢, la bala lo encuentra. Sucedi¨® ahora, la semana pasada, con Herinaldo. Espera un momento, tengo que re¨ªrme un poco. Ah, ?d¨®nde encuentran esos nombres esos pobres? Herinaldo, mira si alguien va a tener futuro con un nombre deesos.Herinaldocorri¨®, le dieron un tiro. ¡°Bum¡±, un disparo en el pecho.Dicen que estaba yendo a comprar una pelota de ping pong. ?Seguro! ?Desde cu¨¢ndoun negro sabe jugar al ping pong? Estaba yendo a comprar qu¨¦ fumar en alg¨²n callej¨®n. O estaba transportando droga para alg¨²n traficante. Y eramaric¨®nel cr¨ªo. En vez de llevar la situaci¨®n como un hombre, se qued¨® gritando: "?Quiero a mi mam¨¢!¡± Por favor. Lo que importa es que, debido a esa falta de atenci¨®n de Herinaldo, mi coche SUV se qued¨® parado en el tr¨¢fico. A la gente que vive en la favela le encanta bloquear las calles, debe ser por envidia de quienes tienen coche. En lugar de ense?arles a susabortosque los ni?os pobres no pueden correr, hacen protestas. Los brasile?os son muy subdesarrollados. Por eso el pa¨ªs no anda. Por suerte, la polic¨ªa militar distribuy¨® unas bombas de gas y ech¨® a los monos a correr. Consegu¨ª llegar a la cena a tiempo, pero fue por poco. Y Rosinete hace una comida muy rica, es una negra de alma blanca, pr¨¢cticamente de la familia. Despu¨¦s vi en el programa Balance General alpresentador entrevistando a la madre del estropicio. El periodistafue directo al grano. ?D¨®nde estaba usted cuando sucedi¨®? La mujer dijo queestabacuidando a un anciano. Bueno, a ver. En vez de cuidar a su hijo, mantenerlo en casa, estaba de visita en casa de los dem¨¢s. Dijo que trabajando, ?pero vete a saber lo que anda haciendo esa gente! Despu¨¦s el periodista pregunt¨® si Herinaldoestaba metido en el tr¨¢fico. La madre lo neg¨®, pero se nota que estaba. Si no fuera as¨ª,?por qu¨¦ estaba corriendo? ?Acaso un ni?o de 11 a?os corre en la calle?
El cr¨ªo est¨¢ en el medio del camino estorbando el trabajo de la polic¨ªa y una bala acaba por encontrarlo. ?De qui¨¦n es la culpa?
Uso: la ¨²ltima aplicaci¨®n de la ley n¨²mero 1 del estatuto real del ni?o y del adolescente tuvo lugar el 23 de septiembre de 2015. Herinaldo Vinicius Santana, de 11 a?os, recibi¨® un disparo en el pecho, en Caju, zona portuaria de R¨ªo de Janeiro.
?Te da pena? ?Ll¨¦vatelo a casa!
2) Ley Cristian: los adolescentes negros no pueden jugar al f¨²tbol
?Para qu¨¦ jugar al f¨²tbol? Mira bien lo que un corto de esos tiene en la cabeza. Si el cr¨ªo tiene 13 a?os y vive en una favela llena de traficantes ?qu¨¦ va a hacer? ?Jugar al f¨²tbol? ?No! Va a quedarse encerrado en la chabola, yo qu¨¦ s¨¦, viendo Netflix en la televisi¨®n o jugando en la tableta, ya que no le gusta estudiar. ?No estaban tan orgullosos de haberse convertido en Clase C y de comprar televisores de pantalla plana, enormes? Pues aprovecha. ?Que hace 40 grados dentro de casa? ?T¨®mate un ba?o de hidromasaje para que te bajen las hormonas! Pero no, el proyecto de bandido se cree que es Neymar y va all¨¢ a jugar al f¨²tbol. ?Desde cu¨¢ndo los ni?os juegan al f¨²tbol en Brasil? As¨ª que la polic¨ªa est¨¢ ah¨ª, haciendo su trabajo, detr¨¢s de un animal que hab¨ªa matado a un polic¨ªa militar, un padre de familia, un trabajador, y una bala acaba encontrando al cr¨ªo. ?De qui¨¦n es la culpa? ?De la polic¨ªa? Solo en las cabezas de chorlito de esos de los derechos humanos. Si el cr¨ªo estuviese trabajando en un momento de esos, no hubiera pasado nada. Pero no, estaba all¨ª, jugando al f¨²tbol, antes del mediod¨ªa. Hay alg¨²n diputado de izquierda por ah¨ª diciendo que cuando oy¨® los disparos el cr¨ªo hasta par¨® para ayudar a una anciana a protegerse. Oh, s¨ª, ahora se ha convertido en un santo. El hecho es: ?c¨®mo va a poner orden la polic¨ªa en el jaleo con esos perdidos en medio? ?Y la madre del ni?o? Haciendo teatro en el entierro: ¡°Hijo m¨ªo, despierta, hijo m¨ªo, despierta...¡± Pat¨¦tico. ?Acaso la mujer no consigue juntar las piezas y darse cuenta de que aquel ya estaba en el infierno? Es solo uno, ?para qu¨¦ tanto esc¨¢ndalo? Tal y como es esa gente, debe de tener unos 13 negritos m¨¢s en casa, todos de la misma cala?a, para que le den bastante Bolsa Familia. Pero entonces los pobres protestan, m¨¢s jaleo. Aquella Amnist¨ªa Internacional, que deber¨ªa estar all¨¢ en Siria, cuidando a aquellos ni?os blancos, publica una nota hablando de "l¨®gica de guerra". ?Qu¨¦ guerra? Es la ley. ?ECA real para limpiar Brasil! Jugaste al f¨²tbol en el momento equivocado, la bala te encuentra. As¨ª de simple. ?O hace falta que te lo explique con dibujos?
Si ese cr¨ªo no hubiera recibido un disparo en la cabeza, en dos a?os m¨¢s ya ser¨ªa un delincuente. No es una bala perdida ni encontrada: es preventiva
Uso: la aplicaci¨®n conocida m¨¢s reciente de la ley n¨²mero 2 del estatuto real del ni?o y del adolescente fue el 8 de septiembre de 2015.Cristian Soares Andrade, de 13 a?os, fue asesinado a tiros en la regi¨®n de Manguinhos, en R¨ªo de Janeiro.
?Te da pena? ?Ll¨¦vatelo a casa!
3) Ley Jesus: los ni?os pobres no pueden estar sentados a la puerta de casa
Los m¨®viles no son para las manos de los negros. Comienzan a creer que son personas y graban todo, incluso la propia muerte
?Qu¨¦ tiene en la cabeza un ni?o de 10 a?os para sentarse delante de su casa si vive en una de las favelas del Complexo do Alem?o? No, en serio, dime. Nada, no tiene nada en la cabeza. O mejor dicho, no ten¨ªa. Ahora tiene una bala. Los polic¨ªas all¨¢, haciendo su trabajo, que es matar a los bandidos, y el cr¨ªo all¨¢, estorbando la operaci¨®n. Y entonces la madre, otra tipa de esas, empieza a gritarle al polic¨ªa. Si la mujer monta jaleo, lo que el agente de la ley tiene que hacer es apuntar el arma hacia ella. ?Va a aguantar callado, como una mujercita? Y entonces la perdida grita: "?Puede matarme! ?Puede matarme que ya ha acabado con mi vida!¡± Las mujeres son bichos hist¨¦ricos, ?verdad? Y esas de ah¨ª, las de la favela, bien demuestran que nacieron en las cloacas. Si soy yo, que tengo la sangre caliente, le pego un tiro en seguida y aprovecho para enterrar a la madre y al hijo en la misma tumba, que el cementerio ya no tiene sitio para aquella plantaci¨®n de negros a medio palmo del suelo. Si aquella no estuviese tirada en el sof¨¢ viendo la televisi¨®n, se habr¨ªa dado cuenta de que el hijo estaba sentado donde no deb¨ªa. ?O la puerta de casa es un lugar para que un ni?o se siente a jugar? Pero no, all¨¢ estaba ella, distra¨ªda por la telenovela o alguna otra tonter¨ªa, y despu¨¦s no paraba de lloriquear. ¡°Cuando me di cuenta, una parte del cr¨¢neo de mi hijo estaba en la sala¡±. Si hubiese tenido cuidado, no estar¨ªa all¨ª, as¨ª de simple. Ella dijo que trabajaba como empleada dom¨¦stica... ?Qu¨¦ estaba haciendo en casa al final de la tarde, entonces? Y m¨¢s pobre parando el tr¨¢fico para protestar. M¨¢s derechos humanos tocando las narices. Este pa¨ªs se est¨¢ volviendo inviable. Si yo no fuese tan patriota, me iba en seguida a Miami y hasta le votaba a Donald Trump, un hombre que va a poner las cosas en su sitio despu¨¦s de desinfectar la Casa Blanca de aquellos negros. Pero no, soy de Brasil, con gran orgullo, y voy a hacer mi parte para barrer a esos negros de aqu¨ª. Sin contar que no me da miedo decirlo, le digo la verdad a la cara a quien haga falta: si no le hubieran pegado un tiro a ese cr¨ªo, en un par de a?os ya era un delincuente. La madre dijo que quer¨ªa ser bombero. Claro. En dos a?os como m¨¢ximo ya estar¨ªa trabajando para los traficantes. Si iba a morir de cualquier forma, al menos muri¨® sin haberle hecho mal a ning¨²n ciudadano de bien. En este caso no es una bala perdida ni encontrada: es una bala preventiva.
?Desde cu¨¢ndo los esclavos van a la playa? Incluso aunque los cr¨ªos no asalten a nadie, van a estropear la postal de R¨ªo con aquellas caras achatadas
Uso: La ¨²ltima aplicaci¨®n conocida de la ley n¨²mero 3 del estatuto real del ni?o y del adolescente se produjo el 2 de abril de 2015. Eduardo de Jesus Ferreira, de 10 a?os, recibi¨® un disparo en la cabeza, en la puerta de su casa, en el conjunto de favelas del Complexo do Alem?o, en la zona norte de R¨ªo de Janeiro.
?Te da pena? ?Ll¨¦vatelo a casa!
4)?Ley Alan: adolescentes pobres no pueden jugar con el m¨®vil
Ese es otro caso demasiado obvio. Pero ya que tenemos que explicar todo, vamos all¨¢. Tres ni?os jugando con un m¨®vil en una favela, encima de bicicletas. ?Qu¨¦ piensa un polic¨ªa? Est¨¢n haciendo algo equivocado, claro. Seguramente las bicicletas son robadas y el tel¨¦fono tambi¨¦n. Entonces uno de ellos se echa a correr. ?Qu¨¦ hace el polic¨ªa bueno? Dispara, por supuesto. Y no va a disparar para dejarlo inv¨¢lido, que no es un hombre cruel, tira a matar, que el Estado no puede permitirse tantos beneficios por invalidez. Que, por cierto, es el sue?o de esa gente. Tener un hijo lisiado por la polic¨ªa para quedarse mamando de las tetas del estado sin tener que trabajar. Entonces el cr¨ªo cae. El polic¨ªa, bien educado, le pregunta al amigo que qued¨® vivo: ¡°?Por qu¨¦ estabais corriendo?¡± El cr¨ªo, uno de esos vendedores de t¨¦ que acosan a los turistas en la playa, dice: ¡°Est¨¢bamos jugando, se?or¡±. Listo, los derechos humanos hacen un esc¨¢ndalo con esa frase, incluso va a parar a un peri¨®dico extranjero. Por eso los m¨®viles no deben estar en manos de negros. Empiezan a pensar que son personas y lo graban todo. Estoy aqu¨ª, pregunt¨¢ndome si no ser¨ªa mejor hacer pronto un p¨¢rrafo extra para esa ley, que les proh¨ªba a los negros y pobres usar m¨®viles. A ver.
El ECA real es la ley no escrita, pero entra?ada en el sistema, que rige la pr¨¢ctica cotidiana del pa¨ªs
Uso: La ¨²ltima aplicaci¨®n conocida de la ley n¨²mero 4 del estatuto real del ni?o y del adolescente ocurri¨® el 20 de febrero de 2015. Alan de Souza Lima, 15, fue asesinado por la polic¨ªa en la favela de Palmeirinha, en Hon¨®rio Gurgel, un suburbio de R¨ªo de Janeiro.
?Te da pena? ?Ll¨¦vatelo a casa!
5)?Ley de Circulaci¨®n de PN: Pobre y Negro menor no puede tomar el autob¨²s para ir a las playas de la Zona Sur
En esta no puse ning¨²n nombre, porque los marginales son tantos que la lista tendr¨ªa kil¨®metros. A los intelectuales les gustan las leyes largas. Pero el ECA real es simple, blanco sobre negro. ?Encima del negro! Cualquier idiota consigue entenderlo. El hombre entra en un autob¨²s sin ning¨²n dinero en el bolsillo, mal vestido o incluso sin camiseta, lo que no hay calor que justifique, all¨¢ en el fin del mundo donde vive, y quiere ir a las playas de la Zona Sur de R¨ªo de Janeiro. ?Y qu¨¦ va a hacer all¨ª? Un asalto en grupo, obviamente. Ah¨ª viene aquella historia de que es una minor¨ªa la que asalta, que el resto de los negros solo quieren divertirse en la playa. Por favor. Aunque sea as¨ª, ?c¨®mo vamos a saberlo? ?No dicen que siempre hay que evitar la delincuencia? Pues ah¨ª est¨¢. Si no es la polic¨ªa, es la persona de bien como yo la que tiene que hacer valer la justicia. Me llevo a mis hijos, a mis sobrinos, todos chicos fuertes, de gimnasio, chicos buenos, y quitamos a esos cr¨ªos por el pescuezo de dentro del autob¨²s. Los quitamos a todos de all¨¢, de vuelta a la cloaca de donde nunca deb¨ªan haber salido. Despu¨¦s nos damos una ducha de alcohol Zul¨² para descontaminarnos. ?Qu¨¦ es lo que los negros vienen a hacer en Leblon, Ipanema, Copacabana, d¨ªgame? ?Nada! Como m¨¢ximo vender un coco, una galleta Globo, pero, aun as¨ª, de forma controlada, un n¨²mero limitado. ?Van a querer ba?arse en el mar, jugar al voleibol, disfrutar? Hab¨ªa que darles unas buenas hostias. ?Desde cu¨¢ndo los esclavos van a la playa? Incluso aunque los cr¨ªos no asalten, van a estropear la postal de R¨ªo con aquellas caras achatadas. Los gringos vienen aqu¨ª a gastar sus d¨®lares para ver a la chica de Ipanema, rubia, de ojos azules. Y las mulatas all¨¢ en aquel otro lugar que sabemos bien d¨®nde est¨¢ y para qu¨¦ sirve. Si cada uno supiese su lugar, por cierto, estaba todo resuelto. El problema de Brasil hoy es que las criaturas ya no saben cu¨¢l es su lugar. Pero se lo explicamos, con una llave de pescuezo, colaborando con el trabajo de la polic¨ªa, que ya no da abasto de tanto pobres que quieren venir a la playa. Los negros salen, los blancos se quedan. ?He invertido el nombre de aquella pel¨ªcula! Personalmente, inclusive, yo har¨ªa un p¨¢rrafo ¨²nico aqu¨ª en esta ley n¨²mero 5: autobuses para que los pobres salgan de la favela, solo si es para trabajar. El t¨ªo le ense?a el carnet de trabajo registrado a un polic¨ªa en la puerta del 474 y puede subir, con un sello para salir y un sello para volver, firmado por el patr¨®n. Horario determinado, todo muy clarito. Fuera de eso, si al negro lo ven perdiendo el tiempo por la Zona Sur, a la c¨¢rcel con ¨¦l. En eso tengo que quitarme el sombrero con la gente de S?o Paulo. No me gusta mucho la gente de S?o Paulo, pero saben c¨®mo hacer las cosas bien cuando quieren. ?No hubo aquel, c¨®mo era el nombre? Ah, s¨ª, "Rolezinho", solo los negros podr¨ªan inventar un nombre tan est¨²pido. Pues s¨ª. La escoria quer¨ªa pasear por el centro comercial. Y en manada, como si fuese moda que los adolescentes anduviesen en grupo. ?A la polic¨ªa con ellos! M¨¢s de tres cr¨ªos negros en un centro comercial es asalto y ya est¨¢. ?De vuelta a la favela! ?Van a querer usar ropa de moda? ?M¨ªrate al espejo, imb¨¦cil! No hay marca que limpie tu cara negra, no hay tenis de marca que te haga ser igual a nosotros. Represi¨®n para ellos y todo resuelto. En R¨ªo la gente de bien tambi¨¦n sabe resolver las cosas, este fin de semana fue maravilloso. ?Que cacheen a los pobres!
Uso: la m¨¢s reciente aplicaci¨®n de la Ley de Circulaci¨®n de PN fue este ¨²ltimo fin de semana, pero puede estarse usando ahora mismo. Las leyes con las que los brasile?os est¨¢n de acuerdo son como la gripe, se contagian r¨¢pidamente.
?Te da pena? ?Ll¨¦vatelo a casa!
Y aqu¨ª cierro el ECA real, un conjunto de cinco leyes simples, claras y objetivas. Espero haber contribuido a tranquilizar a los turistas que vienen a los Juegos Ol¨ªmpicos de 2016 a ver nuestras bellezas, a conocer a nuestra gente cordial y las maravillas de nuestra tierra alegre y hospitalaria. ?C¨®mo era el lema de los Juegos Ol¨ªmpicos? ¡°???Somos Todos Brasil!!!¡± ?Viva!?
El texto anterior fue escrito a partir de hechos reales que ocurrieron este a?o en R¨ªo de Janeiro y de una investigaci¨®n sobre los comentarios publicados en sitios web y redes sociales sobre estos hechos, por aquellos que se presentaban a s¨ª mismos como ¡°ciudadanos de bien¡± o t¨¦rminos similares. Crear este texto en primera persona y juntar en una sola voz los principales argumentos en circulaci¨®n fue un intento de hacer visible este discurso del odio. No de la forma habitual, que ya se ve como trivial, sino a partir de su desplazamiento a un lugar donde es extra?o. Y, as¨ª, producirextra?amiento e incomodidad.
Al desplazar este discurso de odio, poni¨¦ndolo en este espacio, tal vez resulte m¨¢s dif¨ªcil trivializar el horror que sale de la boca de los brasile?os en las calles virtuales y reales de Brasil, con una facilidad asombrosa. Tambi¨¦n resulta m¨¢s dif¨ªcil aceptar como libertad de expresi¨®n un discurso que legitima a un Estado que act¨²a por encima de la ley, al criminalizar a los pobres y negros y naturalizar sus muertes y las violaciones de sus derechos por parte de las fuerzas del orden p¨²blico, que tambi¨¦n deber¨ªan protegerlos. Si bien el Estatuto del Ni?o y del Adolescente es una legislaci¨®n criticada por sectores de la sociedad y que nunca se ha aplicado por completo, el ECA real es la ley no escrita, pero entra?ada en el sistema y asumida por los diferentes cuerpos de polic¨ªa y por una parte de la poblaci¨®n, la ley fuera la ley que rige la pr¨¢ctica cotidiana del pa¨ªs.
Si te has identificado con este texto, es tambi¨¦n a ti a quien estoy denunciando
Dicen que anunciar la iron¨ªa estropea la iron¨ªa. Hasta hace alg¨²n tiempo, yo estar¨ªa de acuerdo inmediatamente con esa afirmaci¨®n. Ya no. Hoy en d¨ªa hace falta avisar, porque, como ya les ha sucedido a otros columnistas, hay quienes se identifiquen tanto con este discurso que van a hacerle una lectura literal y creer que yo, al fin, ¡°he visto la luz¡±. Para estas personas, as¨ª como para sus pares, lo que es denuncia se convertir¨¢ en defensa del odio y del racismo y del linchamiento y de la ejecuci¨®n. Y as¨ª se replicar¨¢. No puedo correr ese riesgo en tiempos tan agudos. Al usar los instrumentos de la iron¨ªa y de la parodia, busco denunciar a aquellos que creen en ese discurso y lo propagan. Si te has identificado con el texto, es tambi¨¦n a ti a quien estoy denunciando. Y tal vez una de las frases sea la reproducci¨®n de uno de sus comentarios en internet. En este caso, espero que haya quedado algo vivo dentro de ti para que tengas la oportunidad de avergonzarte.
Esos cuatro ni?os fueron asesinados en R¨ªo de Janeiro solo en este a?o de 2015: corriendo, divirti¨¦ndose con los amigos, jugando al f¨²tbol, sentado a la puerta de casa. Y estos fueron solo los que se convirtieron en noticia en la prensa. Herinaldo, Alan, Cristian, Jesus. La imagen del cuerpecito del ni?o sirio llevado a la playa por las olas del Mediterr¨¢neo le oblig¨® a Europa a ver la tragedia de aquellos que hu¨ªan de la guerra en busca de refugio. Y, al verla, comprometerse con ese dolor. Implicarse. El choque de humanidad tuvo un impacto pol¨ªtico.
?A qu¨¦ playa los peque?os cuerpos de esos brasile?os necesitan llegar para ser vistos?
La imagen de los cuerpos destrozados a balazos de Herinaldo, Cristian, Jesus y Alan, sin embargo, parece no tener fuerza para impedir la continuidad del genocidio de los ni?os y j¨®venes negros y pobres de Brasil. Sus cuerpos se vac¨ªan de humanidad y se convierten en objetos, restos cotidianos que ya no espantan a nadie, m¨¢s all¨¢ de los mismos de siempre. Como mucho, protestas de las comunidades de las favelas, recibidas con bombas de gas por la polic¨ªa y con manifestaciones de irritaci¨®n por los conductores, que no quieren que los cuerpos de ni?os interrumpan tr¨¢fico.
Y me quedo pensando: ?a qu¨¦ playa los peque?os cuerpos de esos brasile?os necesitan llegar para ser vistos? A las playas de la Zona Sur de R¨ªo ya s¨¦ que no vale de nada.
Eliane Brum es escritora, reportera y documentalista. Autora de los libros de no ficci¨®n Coluna Prestes - o avesso da lenda, A vida que ningu¨¦m v¨º, O olho da rua, A menina quebrada, Meus desacontecimentos y de la novela Uma duas. Sitio web: desacontecimentos.com Email: elianebrum.coluna@gmail.comTwitter: brumelianebrum
Traducci¨®n de ?scar Curros
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