Una mujer muere a tiros al entrar por error en una favela de R¨ªo
La v¨ªctima y su marido segu¨ªan las indicaciones de una aplicaci¨®n de m¨®vil
La ruta equivocada, confiada a una aplicaci¨®n de tel¨¦fono m¨®vil, llev¨® el s¨¢bado al matrimonio formado por Francisco y Regina Murmura a la entrada de una favela en Niteroi, ciudad del Estado de R¨ªo de Janeiro, donde un grupo de narcotraficantes dispar¨® cerca de 20 veces contra su coche. Regina, periodista y empresaria de 70 a?os, muri¨® alcanzada por la espalda. Francisco lleg¨® a salir del coche y rog¨® al grupo de cerca de 20 hombres armados que le dejasen marcharse para salvar a su mujer. Le respondieron golpe¨¢ndole con la culata de un arma en la cabeza, retiraron una moto que le imped¨ªa el paso y le despidieron con otra r¨¢faga de disparos. ¡°Pensaron que yo era polic¨ªa¡±, dijo el viudo, de 69 a?os, durante el velatorio.
La pareja, casada hace casi medio siglo, hab¨ªa salido de Leme, un barrio de la zona sur de R¨ªo, para ir a cenar con unos parientes a una pizzeria de Niteroi. Francisco conduc¨ªa y Regina, con el tel¨¦fono m¨®vil en la mano, orientaba el camino que deb¨ªan seguir seg¨²n la aplicaci¨®n de tr¨¢fico Waze. La confusi¨®n de la avenida Quintino Bocai¨²va, en la playa, con la calle Quintino Bocai¨²va convirti¨® el itinerario en tragedia. Apenas ocho kil¨®metros de distancia separaban el lugar de encuentro familiar de la favela Caramujo, territorio infranqueable del tr¨¢fico de drogas.
El matrimonio no fue el primero en caer en esa trampa. Hace dos meses, la actriz brasile?a Fabiana Karla, famosa por su participaci¨®n en realities y programas de humor, acab¨® en la misma favela, tambi¨¦n orientada por una aplicaci¨®n. Los narcotraficantes dispararon contra el coche, pero tanto ella como su marido y su madre salieron ilesos.
La regi¨®n de la favela de Caramujo es uno de los lugares m¨¢s violentos de Niteroi. Hasta agosto de este de a?o ya se hab¨ªan registrado 25 homicidios, 24 muertes en enfrentamientos con la polic¨ªa (los llamados autos de resistencia) y 25 desapariciones, seg¨²n datos del Instituto de Seguridad P¨²blica recolectados por el diario O Globo.
La entrada en algunas favelas de R¨ªo de Janeiro, dominadas por el narcotr¨¢fico, depende de la aprobaci¨®n expresa de sus due?os. Lo saben bien los taxistas cariocas que se niegan llegar a los barrios donde las reglas las imponen los narcos. La ¨²ltima muerte por traspasar esa frontera invisible fue en mayo, cuando el escalador Ulisses Costa, de 36 a?os, entr¨® sin querer en una comunidad de la Baixada Fluminense, en el Estado de R¨ªo de Janeiro. Costa, que conduc¨ªa acompa?ado de su mujer y dos amigos, recibi¨® un tiro en la cabeza mientras daba marcha atr¨¢s para salir del callej¨®n donde lleg¨® por equivocaci¨®n.
Los casos se repiten con cierta frecuencia hace a?os. En mayo de 2013 el asistente de direcci¨®n de la TV Globo Thomaz Cividanes entr¨® tambi¨¦n por equivocaci¨®n en una favela de la zona norte. A pesar de que su coche era blindado, Cividanes recibi¨® un disparo en el pie. Dos meses despu¨¦s, el ingeniero Gil Augusto Barbosa, de 53 a?os, mor¨ªa despu¨¦s de recibir un tiro en la cabeza por haber entrado sin querer en una favela del complejo da Mar¨¦, hoy ocupado por la polic¨ªa militar.
El principal desaf¨ªo de R¨ªo de Janeiro, que acoger¨¢ las Olimpiadas en agosto de 2016, es precisamente la seguridad, un problema end¨¦mico del pa¨ªs donde, en 2013, murieron violentamente 53.646 personas. R¨ªo de Janeiro vive semanas dif¨ªciles que han puesto en jaque la imagen de destino ideal de vacaciones. Una ola de asaltos en grupo a ba?istas sembr¨® el caos hace tres semanas en sus playas m¨¢s famosas e incit¨® que algunos vecinos se tomasen la justicia por su mano linchando a los supuestos delincuentes, la mayor¨ªa menores de edad. A los asaltos se sum¨® la muerte la semana pasada de tres polic¨ªas, uno de ellos torturado y arrastrado por una caballo por las calles de una favela, y la detenci¨®n de cinco agentes por alterar la escena del asesinato de un chico de 17 a?os.
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