?chale la culpa a Snowden
Tras el 11-S, la UE se pleg¨® a las nuevas necesidades de informaci¨®n en aras de la seguridad
Pensemos en un mundo en el que Facebook, Twitter o WhatsApp no estaban ni en la mente de sus creadores. Un tiempo en que los tel¨¦fonos s¨®lo serv¨ªan para llamadas de voz o mensajes de 140 caracteres, una ¨¦poca en la que Google llevaba s¨®lo dos a?os en el mercado y a¨²n promet¨ªa no hacer el mal. En ese tiempo, el a?o 2000, la UE a¨²n recomendaba t¨¦cnicas de anonimizaci¨®n para proteger la intimidad de los ciudadanos y cre¨ªa que la directiva de Puerto Seguro era un pacto entre caballeros que mejoraba el desarrollo tecnol¨®gico permitiendo un intercambio de datos con EE UU m¨¢s r¨¢pido que con cualquier otro pa¨ªs tercero.
Vinieron los atentados del 11 de septiembre y con ellos la interceptaci¨®n indiscriminada de datos. Bajo la premisa de que cualquiera podr¨ªa convertirse en terrorista, nadie quedaba libre del escrutinio. As¨ª que se investig¨® a todos y la UE se pleg¨® a las nuevas necesidades de informaci¨®n en aras de la seguridad global. As¨ª estuvimos a?os, sospechando que la aplicaci¨®n de la USA Patriot Act contaba con la colaboraci¨®n de las grandes empresas de Internet. Y lleg¨® Snowden y nos lo confirm¨®. Cuando nos desvel¨® la extensi¨®n y la gravedad del espionaje la Comisi¨®n Europea por fin reaccion¨®. En 2013, cuestion¨® que la aplicaci¨®n del puerto seguro protegiera de manera efectiva los datos de los europeos, no s¨®lo de las empresas que los trataban sino de la propia Administraci¨®n estadounidense. Las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE que siguieron a esa comunicaci¨®n han pavimentado el camino hacia una exigencia de control de los poderes de investigaci¨®n del Estado (la anulaci¨®n de la directiva de retenci¨®n de datos) y un sometimiento de las tecnol¨®gicas de EE UU a la legalidad europea (sentencia Google de derecho al olvido).
La sentencia dictada ayer establece que los datos personales de los ciudadanos europeos almacenados por empresas americanas no tienen un nivel de protecci¨®n similar al que se les otorga en la UE por la adhesi¨®n a la directiva de Puerto Seguro y, por tanto, las autoridades nacionales de Protecci¨®n de Datos pueden suspender su aplicaci¨®n si tienen sospechas de que las normas europeas no se cumplen. Resalta la sentencia, parafraseando a la Comisi¨®n, de que todas las entidades que estaban en el programa de la NSA que desvel¨® Snowden estaban en la lista de puerto seguro.
A la vista de esta situaci¨®n, el fallo considera obsoleta la directiva y establece un principio simple pero que puede dar en la l¨ªnea de flotaci¨®n de las m¨¢s grandes empresas tecnol¨®gicas: da la posibilidad a las autoridades nacionales de protecci¨®n de datos de suspender la aplicaci¨®n del sistema de puerto seguro y, por tanto, la transferencia de datos si un ciudadano alega que las pr¨¢cticas de ese pa¨ªs o empresa incumple el nivel de protecci¨®n de datos europeo. La sentencia otorga jurisdicci¨®n sobre las empresas estadounidenses que tengan datos de europeos, lo que es tanto como someterlas al cumplimiento de la normativa europea; algo que ya adelant¨® en su sentencia en el caso del derecho al olvido.
Si los datos son el nuevo petr¨®leo, muchas empresas o cumplen las normas europeas o van a tener que parar en el arc¨¦n.
Paloma Llaneza es abogada experta en protecci¨®n de datos.
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