ONG internacionales se movilizan contra la crucifixi¨®n de un joven saud¨ª
Riad ratifica la pena capital para dos chicos que protestaron durante la primavera ¨¢rabe saud¨ª
Cuando el pasado 29 de septiembre Ali al Nimr no llam¨® a su familia desde la c¨¢rcel como estaba autorizado a hacer cada semana, sus padres temieron lo peor. Dos semanas antes las autoridades de Arabia Saud¨ª hab¨ªan ratificado su sentencia de crucifixi¨®n por haber participado en las protestas de 2011, y s¨®lo faltaba la firma del rey Salm¨¢n. En medio de la movilizaci¨®n de las organizaciones de derechos humanos, Riad ha confirmado esta semana una segunda pena de muerte a un joven, Dawoud al Marhoon, que como Ali, era menor de edad cuando particip¨® en aquellas manifestaciones.
¡°Parece que la respuesta al llamamiento internacional para parar la ejecuci¨®n de Ali al Nimr ha sido la ratificaci¨®n de la pena capital de Dawoud al Marhoon¡±, afirma en un correo electr¨®nico Ali Adubisi, director de la Organizaci¨®n Europeo-Saud¨ª para los Derechos Humanos (ESOHR, en sus siglas inglesas).
Ambos j¨®venes ten¨ªan 17 a?os cuando fueron detenidos en 2012, con pocos meses de diferencia, en medio de las protestas que entonces se organizaban casi a diario en la Provincia Oriental de Arabia Saud¨ª. Desde el a?o anterior, al hilo de la primavera ¨¢rabe, la poblaci¨®n chi¨ª de ese reino, reclamaba ¡°la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos¡± y ¡°reformas que pongan fin a la discriminaci¨®n¡± de su comunidad, en torno al 10% de los 20 millones de saud¨ªes. Las manifestaciones han cesado, pero entre los centenares de detenidos siete fueron condenados a muerte a lo largo de 2014. Los otros cinco casos, incluido un tercer menor, est¨¢n en fase de apelaci¨®n.
¡°Los planes de Arabia Saud¨ª para decapitar a Ali y Dawoud son una desgracia. La comunidad internacional, incluido EE UU y otros aliados del gobierno saud¨ª, debe hacer un llamamiento urgente a que se paren estas terribles ejecuciones antes de que sea demasiado tarde¡±, ha declarado a EL PA?S Maya Foa, directora del equipo que se encarga de la pena capital en Reprieve, una organizaci¨®n brit¨¢nica que defiende a condenados a muerte y a v¨ªctimas de la tortura. Foa subraya que ¡°ambos eran menores cuando fueron detenidos, y no han cometido delitos. Sus juicios se celebraron a puerta cerrada y fueron manifiestamente injustos¡±.
En lo que va de a?o, Arabia Saud¨ª ha consumado al menos 135 condenas a la pena capital
Ali fue acusado de participar en una protesta ilegal y de una larga lista de delitos que, seg¨²n la ESOHR, incluye ¡°explicar c¨®mo proporcionar primeros auxilios a los manifestantes¡± y usar su m¨®vil para invitar a otros a unirse. Dawoud firm¨® una confesi¨®n bajo tortura que ha servido para condenarle sin permitir siquiera la presencia de su abogado.
¡°El Tribunal Penal Especializado ¨Cla misma instancia que recientemente ratific¨® la sentencia de crucifixi¨®n para Ali al Nimr-- confirm¨® la semana pasada la condena de Dawoud, y estableci¨® su muerte por decapitaci¨®n¡±, seg¨²n ha informado Reprieve.
La decapitaci¨®n por espada es la forma habitual de ejecuci¨®n en Arabia Saud¨ª, donde este a?o ya van al menos 135 condenas consumadas, un significativo aumento respecto a 2014. La m¨¢s inusual pena de ¡°crucifixi¨®n¡± es una variedad de aquella en la que el cuerpo decapitado se exhibe en p¨²blico para escarnio. El ¨²ltimo caso del que se tiene ocurri¨® en Abha, la provincia de Asir, hace dos a?os cuando uno de los siete condenados por varios robos a joyer¨ªas sufri¨® ese destino.
¡°Que Ali haya recibido esta sentencia pone de relieve que el Gobierno saud¨ª est¨¢ tratando de dar un ejemplo¡±, interpreta Alice Gillham, portavoz de Reprieve. Junto a esta, Amnist¨ªa Internacional, Human Rights Watch y cuatro organizaciones saud¨ªes de derechos humanos han denunciado su condena.
Para los observadores, el caso contra Ali tiene que ver con su t¨ªo el jeque Nimr al Nimr, un prominente cl¨¦rigo chi¨ª muy cr¨ªtico con el r¨¦gimen saud¨ª que tambi¨¦n est¨¢ condenado a crucifixi¨®n por ¡°insultos al rey¡± y ¡°poner en peligro la unidad nacional¡±. Su ejecuci¨®n corre el riesgo de inflamar los ¨¢nimos en la Provincia Oriental, donde se concentran la mayor¨ªa de los chi¨ªes saud¨ªes y tambi¨¦n el grueso de los pozos petroleros del reino. El ajusticiamiento de su sobrino ser¨ªa una formar de escarmentar a la familia.
Ali y Dawoud han agotado todas las v¨ªas legales por lo que sus padres ¡°est¨¢n terriblemente preocupados, ya que desconocen lo que va a pasar con ellos¡±, seg¨²n Gillham. De acuerdo con la pr¨¢ctica habitual de las autoridades saud¨ªes, los dos j¨®venes pueden ser ejecutados en cualquier momento sin avisar previamente a sus familias, ni atender a las numerosas irregularidades de sus juicios.
Adem¨¢s de Arabia Saud¨ª, s¨®lo Ir¨¢n, Yemen y Sud¨¢n contin¨²an ejecutando a personas que delinquieron siendo menores, algo que proh¨ªbe la Convenci¨®n Internacional de los Derechos del Ni?o que Riad ratific¨® en 1996. El Reino tambi¨¦n es signatario de la Convenci¨®n contra la Tortura, a pesar de lo cual tanto Ali como Dawoud han denunciado que se les tortur¨® para que confesaran.
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