El mundo entre comillas
Vivimos en un universo lleno de instituciones y situaciones deliberadamente dise?adas para enga?ar a los incautos
Tras visitar Argentina en 1980, el novelista V. S. Naipaul escribi¨®: ¡°En Argentina muchas palabras han disminuido su significado: general, artista, periodista, historiador, profesor, universidad, director, ejecutivo, industrial, arist¨®crata, biblioteca, museo, zool¨®gico; tantas palabras necesitan estar entre comillas¡±.
Esta es una brillante met¨¢fora que transmite muy bien una compleja realidad en la cual lo que parece, con frecuencia, no es. Pero las comillas a las que se refiere este premio Nobel de literatura no son solo un fen¨®meno argentino del siglo pasado. Tambi¨¦n captan perfectamente bien el mundo del siglo XXI. Es un mundo lleno de ¡°escuelas¡± que no educan, ¡°hospitales¡± que no curan, ¡°polic¨ªas¡± que con frecuencia son criminales, ¡°empresas privadas¡± que solo existen gracias al Estado o ¡°ministerios de Defensa¡± que atacan a sus ciudadanos. Vivimos en un universo plagado de instituciones que cumplen solo muy parcialmente con los objetivos que justifican su existencia. Y de situaciones deliberadamente dise?adas para enga?ar a los incautos.
Hace unos d¨ªas, por ejemplo, el Gobierno de Rusia anunci¨® que mandar¨ªa ¡°voluntarios¡± a pelear en Siria (las comillas no son m¨ªas; as¨ª lo titul¨® The New York Times). Estos ¡°voluntarios¡± rusos en Siria son sospechosamente parecidos a los ¡°militantes nacionalistas prorrusos¡± que invadieron Crimea y que siguen en guerra contra Ucrania. Y es que tanto los ¡°voluntarios¡± rusos en Siria como los ¡°militantes¡± que atacan a Ucrania son, en realidad, militares rusos o mercenarios en la n¨®mina de Mosc¨².
Pareciera que el Kremlin ha desarrollado una fuerte preferencia por usar ¡°organizaciones no gubernamentales-ONG¡± (as¨ª, entre comillas) para alcanzar objetivos militares y pol¨ªticos. NASHI, por ejemplo, es un ¡°movimiento¡± de j¨®venes rusos que se declara ¡°democr¨¢tico, antifascista y en contra del capitalismo olig¨¢rquico¡±. Todo va entre comillas porque en realidad esta ONG es un ente promovido, organizado y patrocinado por el Gobierno ruso. Que no es el ¨²nico que usa lo que se ha dado en llamar ONGOG: Organizaciones No Gubernamentales Organizadas y Controladas por Gobiernos. Ya en 2007 escrib¨ª: ¡°La Federaci¨®n de Asuntos de la Mujer de Myanmar es una ONGOG. Y la Organizaci¨®n de Derechos Humanos de Sud¨¢n. La Asociaci¨®n de Organizaciones No Comerciales y No Gubernamentales de Kirguizist¨¢n, igual que Chongryon, la Asociaci¨®n General de Residentes Coreanos en Jap¨®n, son ONGOG. Esta es una tendencia mundial, cada vez m¨¢s extendida: gobiernos que financian y controlan organizaciones no gubernamentales (ONG), muchas veces a escondidas¡±.
En pa¨ªses con gobiernos autocr¨¢ticos o democracias iliberales tambi¨¦n est¨¢n proliferando los ¡°medios de comunicaci¨®n privados e independientes¡± que en realidad no lo son. Cadenas de radio, televisi¨®n, peri¨®dicos y revistas que son creadas o compradas por ¡°inversionistas privados¡± y que son nominalmente independientes, pero editorialmente esclavas del gobierno que clandestinamente las financia y controla.
En estos pa¨ªses, el presidente, dictador o jefe de Estado tambi¨¦n suele ejercer un control clandestino, f¨¦rreo, de ¡°senadores¡±, ¡°diputados¡±, ¡°fiscales¡±, ¡°jueces¡± y de ¡°tribunales electorales¡± que pasan por ¡°¨¢rbitros imparciales¡± de ¡°elecciones democr¨¢ticas¡± que con frecuencia son trucadas y fraudulentas. Por eso, en Rusia, Ir¨¢n, Venezuela o Hungr¨ªa, por ejemplo, los conceptos de ¡°democracia¡±, ¡°separaci¨®n de poderes¡± y ¡°elecciones¡± necesitan las comillas que nos alertan de su disminuido significado.
Y no son solo los pa¨ªses. El mundo de las organizaciones internacionales est¨¢ inundado de comillas. ?Usted ha o¨ªdo hablar del Consejo de Derechos Humanos de la ONU? Su misi¨®n es la ¡°promoci¨®n y protecci¨®n de los derechos humanos en el mundo¡±. ?Sus miembros? Pues entre otros Cuba, Congo, China, Kazajist¨¢n, Rusia, Venezuela y Vietnam. Otro ilustrativo ejemplo de lo indispensable que se ha hecho el uso de comillas es la ¡°Carta Democr¨¢tica¡± de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA).
En 2001, con gran pompa y emoci¨®n, los pa¨ªses democr¨¢ticos de Am¨¦rica Latina acordaron que el ¡°fortalecimiento y preservaci¨®n de la institucionalidad democr¨¢tica¡± era una prioridad y que si en alg¨²n pa¨ªs miembro de la OEA se produc¨ªa una ruptura o alteraci¨®n institucional que afectara gravemente el orden democr¨¢tico, ello constituir¨ªa ¡°un obst¨¢culo insuperable¡± para la permanencia de ese gobierno en la instituci¨®n. No ha sido as¨ª. No solo la OEA no ha actuado cuando se han producido flagrantes violaciones al ¡°orden democr¨¢tico¡± en diferentes pa¨ªses de la regi¨®n, sino que tiene la seria intenci¨®n de incorporar a otro palad¨ªn de la democracia: Cuba.
Pero quiz¨¢s el pa¨ªs que m¨¢s requiera de comillas para entenderlo es China. La China del sistema ¡°comunista¡± que se ha vuelto un pilar fundamental de la econom¨ªa capitalista del mundo. Y, por solo dar otro ejemplo, la China que ahora nos obliga a ponerle comillas al concepto de ¡°isla¡±. Tom¨® unas rocas en una zona con soberan¨ªa muy disputada el mar del sur de China y las ha hecho ¡°crecer¡±. As¨ª, en vez de ser inhabitadas e inhabitables rocas en el oc¨¦ano, ahora son peque?as ¡°islas¡± donde Pek¨ªn ya ha instalado bases navales y a¨¦reas.
?Ser¨¢ el siglo XXI el ¡°siglo de las comillas¡±?
S¨ªganme en twitter @moisesnaim
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.