Egipto culmina en las urnas el regreso de la vieja guardia
Elecciones sin los Hermanos Musulmanes y con muchos pol¨ªticos de la era de Mubarak
La vieja guardia de la era Mubarak est¨¢ a punto de regresar a la primera l¨ªnea pol¨ªtica. Egipto celebra a partir de este domingo elecciones legislativas con el tel¨®n de fondo de una ley electoral que favorece a los miembros del partido del expresidente. El proceso, dividido en varias rondas, no acabar¨¢ hasta diciembre. Ser¨¢ la culminaci¨®n de la hoja de ruta elaborada por las autoridades militares tras el golpe de Estado de 2013 que llev¨® al mariscal Abdelfat¨¢ al Sisi al poder.
Egipto volver¨¢ a activar la Asamblea Popular, disuelta en junio del 2012 por el Tribunal Constitucional al considerar inconstitucional la ley que rigi¨® los primeros comicios tras la ca¨ªda de Hosni Mubarak. Aquella C¨¢mara estaba dominada por los islamistas. Liderados por los Hermanos Musulmanes ¡ªel r¨¦gimen de Al Sisi los considera ¡°una organizaci¨®n terrorista¡±¡ª, acapararon el 70% de los votos.
Una alta abstenci¨®n
Ante un escenario de graves y habituales violaciones de los derechos individuales, pocos egipcios se creen la ret¨®rica oficial sobre el proceso de democratizaci¨®n del pa¨ªs, destinada m¨¢s bien al consumo externo.
El precio del retorno al pasado, con un Parlamento fragmentado y con una mayor¨ªa de asientos ocupados por los antiguos miembros del partido de Hosni Mubarak, es la abstenci¨®n. En la ¨¦poca del expresidente, la participaci¨®n era del 15%, frente al 65% de las primeras elecciones tras su ca¨ªda. En las elecciones en las que Abdelfat¨¢ al Sisi result¨® elegido presidente, celebradas en mayo de 2014, vot¨® el 46% de la poblaci¨®n a pesar de que las autoridades egipcias decidieron a?adir una tercera jornada para compensar la baja participaci¨®n de los dos primeros d¨ªas.
¡°No hay verdaderas plataformas pol¨ªticas que puedan ser atractivas para los votantes. Nadie ha presentado un programa electoral tangible¡±, sostiene Mustafa Kamel Said, profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad de El Cairo.
De aquellas formaciones, tan solo concurren ahora los salafistas de Nur, el ¨²nico partido que apoy¨® la asonada de Al Sisi, actual presidente. El resto, como Wasat, boicotea las elecciones al considerar que no ser¨¢n libres.
Sus principales adversarios en aquellos primeros comicios, los partidos laicos de oposici¨®n al r¨¦gimen de Mubarak, no se encuentran en un mejor estado de forma. Debilitados por sus luchas intestinas, algunos han optado por boicotear tambi¨¦n las elecciones, mientras otros se presentar¨¢n a un reducido n¨²mero de circunscripciones. "Las discrepancias pol¨ªticas y la falta de recursos explican que no hayamos sido capaces de formar un bloqueprogresista. Algunos partidos se han coaligado con los mubarakistas porque les daban asistencia fianaciera", explica Hussein Gohar, dirigente del Partido Socialdem¨®crata, que ostent¨® varios ministerios tras la asonada del 2013 y ahora se presenta a un n¨²mero reducido de circunscripciones.
En parte, la debilidad de los partidos responde a una calculada estrategia del r¨¦gimen. Unos meses antes de las elecciones, Al Sisi los inst¨® a unirse en una sola lista, y luego aprob¨® una ley que les perjudica seriamente. Tan solo un 20% de los 596 esca?os en juego se distribuir¨¢n entre las listas de los partidos, mientras el resto se los disputar¨¢n candidatos individuales, un sistema que facilita la elecci¨®n de los caciques locales que dominaban el Parlamento durante la era Mubarak. Seg¨²n el diario Al Ahram, un 40% de los candidatos en liza son exmiembros del Partido Nacional Democr¨¢tico (PND), la ¨²nica formaci¨®n del r¨¦gimen anterior.
Un parlamento d¨®cil
La mayor¨ªa de los aspirantes, incluida la coalici¨®n favorita, con el curioso nombre de ¡°Por el amor de Egipto¡±, se ha comprometido a aprobar la agenda de Al Sisi. M¨¢s que el foro de una competici¨®n entre ideolog¨ªas, la nueva c¨¢mara ser¨¢ el escenario de una lucha de redes clientelares, igual que suced¨ªa antes del 2011.
Acostumbrado a gobernar a golpe de decreto-ley, Al Sisi se enfrentar¨¢ a un Parlamento d¨®cil, a pesar de que la nueva Constituci¨®n de 2014 le atribuye amplios poderes, incluido el de iniciar un proceso de destituci¨®n del presidente. ¡°El r¨¦gimen ha dise?ado unas reglas del juego para tener un Parlamento fragmentado, y lo conseguir¨¢¡±, espeta Gohar.
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