La lucha contra el cambio clim¨¢tico se vuelca en la tierra

La lucha contra el cambio clim¨¢tico se asocia con la reducci¨®n de emisiones y sus efectos con la desertificaci¨®n, uno de los muchos desastres naturales relacionados con la subida de la temperatura terrestre. Sin embargo, por primera vez, en un acuerdo destinado a marcar los pasos que deben seguirse para controlar el cambio clim¨¢tico, el deterioro el suelo tendr¨¢ una importancia de la que hasta ahora carec¨ªa. El combate contra la degradaci¨®n del campo ser¨¢ as¨ª una de las claves de la pr¨®xima cumbre de diciembre en Par¨ªs, que reunir¨¢ a la comunidad internacional en busca de un pacto para tratar de frenar el aumento de la temperatura terrestre antes de que sea demasiado tarde. Este es uno de los temas que han centrado la 12? sesi¨®n plenaria de la Convenci¨®n de Naciones Unidas para Luchar contra la Desertificaci¨®n (UNCCD), que se celebra esta semana en Ankara.

En total, un cuarto de las emisiones de efecto invernadero est¨¢n relacionadas con el manejo del suelo, la desertificaci¨®n empeora el problema pero, por otro lado, las zonas verdes, no s¨®lo los bosques sino tambi¨¦n los cultivos, tienen una capacidad enorme para absorber el CO2. Como asegura un documento de la UNCCD, "existe un creciente reconocimiento de que s¨®lo utilizando el potencial de los ecosistemas terrestres podr¨¢ alcanzarse el objetivo de limitar el calentamiento a 2 grados". "Enfrentarse al problema de la degradaci¨®n de los suelos f¨¦rtiles es la pieza que falta para alcanzar los objetivos de emisiones. Sin tener en cuenta la necesidad de luchar contra la degradaci¨®n de la tierra no podr¨¢ llegarse a un protocolo sobre cambio clim¨¢tico que tenga garantizado su ¨¦xito".

Han pasado casi 20 a?os desde la firma del protocolo de Kioto y la situaci¨®n no ha hecho m¨¢s que deteriorarse, con crecientes muestras de que el problema va ir a peor y de que, si no se toman las medidas adecuadas, la temperatura terrestre puede subir al final de este siglo entre 3,7 y 4,8 grados seg¨²n datos del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Clim¨¢tico (IPCC) de la ONU. Por otro lado, la degradaci¨®n del suelo, si contin¨²a a este ritmo, puede poner en duda la capacidad para que la humanidad siga haciendo algo que comenz¨® con la revoluci¨®n neol¨ªtica: alimentarse a s¨ª misma a trav¨¦s de la agricultura. Estos dos problemas son, en realidad, el mismo.

La posici¨®n de UNCCD, que espera que diferentes pa¨ªses defiendan en Par¨ªs, es que resulta imposible enfocar el problema del calentamiento global "sin que la tierra tenga un papel importante" y que no se puede luchar de forma separada contra la desertificaci¨®n y el cambio clim¨¢tico, ya que son "dos caras de la misma moneda". Seg¨²n c¨¢lculos de Naciones Unidas, con la rehabilitaci¨®n de 12 millones de hect¨¢reas anualmente durante un periodo de 15 a?os se podr¨ªa alcanzar una reducci¨®n equivalente a la mitad de las propuestas de los diferentes pa¨ªses. "Es una moneda que tienen los Estados, pero muchas veces ni siquiera la utilizan", explicaba un experto de Naciones Unidas con experiencia en negociaciones clim¨¢ticas. No se trata s¨®lo de bosques, que hasta ahora hab¨ªan centrado las discusiones, sino sobre todo de tierras de cultivo.

En la cumbre de R¨ªo, en 1992, se crearon tres convenciones de la ONU: contra el cambio clim¨¢tico, contra la desertificaci¨®n y en defensa de la biodiversidad. Aunque siempre ha estado clara la profunda relaci¨®n entre cambio clim¨¢tico y degradaci¨®n del suelo, el protocolo de Kioto, firmado en 1997, insisti¨® mucho m¨¢s en la reducci¨®n de emisiones y en la eficiencia energ¨¦tica. "?Han tenido en cuenta nuestras pol¨ªticas la estrecha relaci¨®n entre clima y tierra? La respuesta es que no", se?ala el documento del UNCCD. "Hasta ahora, las pol¨ªticas sobre cambio clim¨¢tico han fracasado en la utilizaci¨®n de la tierra para mitigar el problema. Esto tiene que cambiar", prosigue el texto. Como dijo la delegada de EE UU en uno de los debates, "la lucha contra el deterioro del suelo es la clave para que puedan cumplirse tambi¨¦n las otras dos convenciones".

Seguridad alimentaria

Los pa¨ªses m¨¢s pobres son los m¨¢s afectados por la desertificaci¨®n ¨Caunque no los ¨²nicos, como se puede comprobar en el sur de Espa?a y en otros lugares del Mediterr¨¢neo¨C y en Par¨ªs su oferta de mitigaci¨®n de los gases de efecto invernadero pasa necesariamente por la recuperaci¨®n y mantenimiento de tierras. Por otro lado, el efecto que este esfuerzo puede tener sobre su seguridad alimentaria es gigantesco. Como explica un experto de la ONU, "sobre el terreno no existe diferencia entre la b¨²squeda de una mayor productividad de la tierra para hacer frente a la escasez alimentaria y la lucha contra el cambio clim¨¢tico". Sin embargo, como se?alaron los representantes de Estados como Hait¨ª, Burkina Faso, Nepal o Gambia en un debate el martes en el que participaron 50 pa¨ªses, el problema de la financiaci¨®n de estos programas est¨¢ lejos de estar resuelto. Y el dinero es s¨®lo uno de los muchos problemas.

La secretaria de Estado francesa encargada del Desarrollo, Annick Girardin, destac¨® en el debate que "la evoluci¨®n del clima pone en peligro la seguridad alimentaria" y que es imprescindible trazar pasarelas entre las dos convenciones, de cambio clim¨¢tico y el combate contra el deterioro de los suelos. "Frenar la destrucci¨®n de las tierras degradadas es una forma de captar el CO2. Puede ser un regalo de ?frica a todo el planeta". Sin embargo, uno de los ejemplos que puso demuestra hasta qu¨¦ punto la situaci¨®n es compleja y el protocolo de Par¨ªs, si finalmente se alcanza, ser¨¢ s¨®lo un principio: el 50% del territorio africano no est¨¢ cubierto por informaci¨®n meteorol¨®gica fiable, lo que se traduce en que los campesinos no disponen de ning¨²n dato para prepararse ante situaciones clim¨¢ticas extremas y as¨ª evitar no s¨®lo que se arruinen sus cosechas, sino que acaben por abandonar las tierras. El problema ¨Cen realidad, un conjunto de problemas relacionados¨C no puede ser m¨¢s complejo, ni la soluci¨®n m¨¢s importante.