El cannabis legal cambia los h¨¢bitos en Uruguay

Los consumidores de marihuana de Uruguay han descubierto en estos meses de legalizaci¨®n que fumar las plantas artesanales del autocultivo es una experiencia mucho m¨¢s ¡°fuerte¡± que el consumo de la sustancia en el mercado negro. ¡°Con dos caladas basta¡±, coinciden: se terminaron las largas rondas fumando, la experiencia es ahora mucho m¨¢s breve, con un sabor y aroma diferentes. Hasta tal punto que desde los sectores que propiciaron la despenalizaci¨®n se afirma que la distribuci¨®n legal de 10 gramos semanales en farmacias podr¨ªa ser excesiva si no se llevan a cabo campa?as de informaci¨®n.

Desde septiembre del 2014, los clubes de marihuana son legales en Uruguay, as¨ª como el autocultivo para aquellos que cumplan con un sencillo tr¨¢mite de registro en las oficinas de correos. As¨ª, seg¨²n datos oficiales, unas 3.000 personas hacen crecer legalmente en sus casas hasta seis plantas. Pero muchos otros lo siguen haciendo clandestinamente porque no se f¨ªan del registro o por pereza: se calcula que la cifra de consumidores en Uruguay ronda las 120.000 personas. El dato es informal, pero el Gobierno lo mencion¨® varias veces durante el debate parlamentario sobre la despenalizaci¨®n.

A falta de una inscripci¨®n masiva en el registro, lo que s¨ª parece generalizarse es la preferencia por la marihuana artesanal y el lento retroceso de la venta de la marihuana ilegal, el llamado prensado paraguayo, procedente del pa¨ªs vecino, una mezcla de cannabis con otras sustancias indeterminadas que incluyen productos qu¨ªmicos.

Pedro es consumidor asiduo, tiene varias plantas en su casa y por ahora no piensa regularizarlas: teme dejar su nombre en un registro. ¡°Desde hace tiempo cultivo mi propia marihuana y ni se me pasa por la cabeza comprar en el mercado negro. Hace poco tuve que hacerlo porque estaba en el extranjero, pero luego me dol¨ªa la cabeza y ten¨ªa gusto a amon¨ªaco en la boca¡±, explica. Otro consumidor, ?lvaro Delgado Vivas, decidi¨® formar parte de un club cann¨¢bico que actualmente cuenta con 45 miembros y cultiva unas 95 plantas, todo dentro de la legalidad. ¡°Es fuerte, es mucho m¨¢s psicoactiva, pero te deja mejor cuerpo¡±, explica refiri¨¦ndose a las plantas del autocultivo. ¡°Tengo 26 a?os y hace tres dej¨¦ de consumir prensado paraguayo. A veces me toca ir a la cancha [al estadio] y hay gente que lo sigue fumando, porque el cogollo [artesanal] vale m¨¢s caro. Dentro de lo que cabe es una novedad esto del cogollo, es otro mundo. En Montevideo se sigue consumiendo marihuana ilegal porque va a demorar un tiempo que se venda en las farmacias¡±, asegura.

Terrenos del Estado

El Gobierno ha anunciado que dos empresas empezar¨¢n a cultivar cannabis en unos terrenos propiedad del Estado y que la sustancia llegar¨¢ a las farmacias para su venta al p¨²blico a mediados de 2016. Diego Pieri, soci¨®logo y miembro de la organizaci¨®n Proderechos, confirma que el consumidor uruguayo transita cada vez m¨¢s entre el mercado legal y el ilegal. ¡°La marihuana de calidad no est¨¢ accesible al 100%, todav¨ªa falta la implementaci¨®n de la venta en farmacias. Entonces mucha gente combina: fuma paraguayo cuando se queda sin flores. Eso lleva a darse cuenta de la diferencia de experiencia¡±.

Pieri asegura que el mercado negro se ha estancado mientras que la marihuana artesanal gana cada vez m¨¢s adeptos. Un estudio de la Fundaci¨®n Friedrich Ebert de Uruguay de mayo del 2015 muestra que el 39% de los consumidores de marihuana eligen ya las flores del cultivo artesanal.

Todos los d¨ªas llegan a la Asociaci¨®n de Estudios del Cannabis (AECU) adultos en busca de productos para aliviar sus dolores y ¡°que se marchan con sus plantitas¡±, dice Laura Blanco, la presidenta. Tambi¨¦n llegan extranjeros. Seg¨²n la ley, s¨®lo los residentes pueden consumir y cultivar. Blanco afirma tambi¨¦n que los 40 gramos mensuales autorizados por la ley son excesivos, y que el Gobierno debe hacer campa?as de prevenci¨®n e informaci¨®n.