¡°No negociaremos como Ir¨¢n, tenemos una formidable disuasi¨®n¡±
El diplom¨¢tico Kim Hyok-chol (Pyongyang, 1971) abri¨® la embajada de Corea del Norte en Espa?a hace casi dos a?os. Se instal¨® con su esposa y sus dos hijas en este chal¨¦ con jard¨ªn de las afueras de Madrid donde se realiza la entrevista y que es residencia adem¨¢s de legaci¨®n. Presiden el sal¨®n los retratos de Kim Il-sung y de su hijo Kim Jong-il, abuelo y padre del actual l¨ªder supremo.
El embajador, que luce en la solapa como todos sus compatriotas el retrato del fundador de la dinast¨ªa, corrige a la periodista una vez. Cuando pronuncia el nombre del sucesor de la tercera generaci¨®n: ¡°El nombre correcto es Kim Jong-un¡±, precisa marcando los tonos del coreano.
El embajador Kim prefiere conversar en ingl¨¦s porque, admite, sus intentos de aprender espa?ol por su cuenta han resultado infructuosos. La apertura de embajadas, la concesi¨®n de visados a periodistas, a acad¨¦micos y a un cineasta espa?ol y turistas (50 espa?oles el a?o pasado y 100 m¨¢s desde enero, una cifra que le gustar¨ªa multiplicar por mucho) es parte de la ofensiva del r¨¦gimen, acusado por la ONU de cr¨ªmenes contra la humanidad, para explicar al mundo su versi¨®n de la parad¨®jicamente denominada Rep¨²blica Popular democr¨¢tica de Corea. Un pa¨ªs con 20 millones de habitantes que seis d¨¦cadas despu¨¦s de la contienda que dividi¨® la pen¨ªnsula coreana tiene la bomba nuclear y sigue t¨¦cnicamente en guerra con Estados Unidos y la capitalista Corea del Sur.
El embajador es perfectamente consciente del inter¨¦s que despierta su pa¨ªs. Este a?o ha organizado tres visitas de periodistas espa?oles, recalca. Aunque estos muy coreografiados y vigilados viajes para extranjeros son cada vez m¨¢s frecuentes, Kim niega que su pa¨ªs est¨¦ inmerso en una timid¨ªsima apertura al mundo exterior: ¡°Francamente, nosotros nunca cerramos las puertas a los periodistas occidentales. Siempre que haya una gran celebraci¨®n normalmente invitamos a periodistas¡±. As¨ª fue este mes. Las autoridades norcoreanas autorizaron a decenas de reporteros occidentales (incluido de este diario) viajar a Pyongyang para asistir en directo a la espectacular celebraci¨®n del 70? aniversario del Partido de los Trabajadores. Tambi¨¦n aceptaron la propuesta de un cineasta espa?ol, ?lvaro Longoria, para rodar all¨ª el documental The Propaganda Game, que se estrena esta noche. ¡°Eso significa que abrimos [las puertas] todo el tiempo. Por supuesto que hay unas restricciones, es por la situaci¨®n especial en la pen¨ªnsula de Corea. Pero en lo que respecta a m¨ª, la sociedad occidental la que deber¨ªa abrirse a nosotros. Ellos han construido muros con propaganda, muros con sanciones, contra nosotros y luego nos culpan de que [somos] cerrados¡±.
A la hora de repartir culpas por las tensiones actuales o pasadas, Kim apunta siempre hacia el extranjero como sistem¨¢ticamente hacen los representantes de su pa¨ªs: Estados Unidos y la prensa occidental encabezan la lista de culpables. ¡°Estamos preparados para implicarnos en una negociaci¨®n con EEUU en igualdad de condiciones. Pero el principal problema es que EEUU no tiene intenci¨®n de resolver el asunto nuclear y el asunto de la pen¨ªnsula de Corea mediante el di¨¢logo. Nuestro Ministerio de Exteriores ha difundido un comunicado en que lo prioritario es hacer un tratado de paz¡±.
Para los norcoreanos es el requisito previo a abordar la cuesti¨®n at¨®mica. ¡°Nosotros empezamos el di¨¢logo hace m¨¢s de 20 a?os y no hubo ning¨²n resultado¡±, recalca el embajador Kim, que deja claro que Pyongyang no tiene ahora mismo ning¨²n inter¨¦s en embarcarse en un di¨¢logo como el que ha llevado a Ir¨¢n a limitar su programa at¨®mico a cambio del levantamiento de sanciones. ¡°Hemos hecho tres ensayos, de modo que podemos decir que tenemos una formidable disuasi¨®n militar para prevenir la guerra¡±, asegura. ¡°Ahora tenemos la disuasi¨®n autosuficiente. Los iran¨ªes no la tienen y quiz¨¢ por eso han podido negociar con las potencias a su modo. Pero nuestra situaci¨®n es diferente¡±.
Aunque Corea del Norte exhiba su pertenencia al club de las potencias nucleares, su aliado hist¨®rico, China, no esconde su malestar con el r¨¦gimen de los Kim. El presidente chino, Xi Jinping, se ha reunido con Obama, con Cameron, con Merkel e incluso con la presidenta Park de Corea del Sur, pero a¨²n no se ha dejado ver con el norcoreano Kim Jong-un. ¡°No hay ninguna obligaci¨®n de juzgar la relaci¨®n entre ciertos pa¨ªses solo por las reuniones de sus l¨ªderes¡±, responde el embajador con cierta incomodidad. Tras destacar los lazos que unen Pyongyang a Pek¨ªn, asegura que ¡°las relaciones no tienen que estar siempre al 100%. Como usted sabe, en las familias, entre hermanos y hermanas a veces tambi¨¦n hay malentendidos. Eso no quiere decir que sea una ruptura, o una pelea¡±.
El embajador, como todos los representantes norcoreanos, desecha como ¡°campa?as de calumnias¡± las acusaciones de que el r¨¦gimen viola sistem¨¢ticamente los derechos humanos. Critica lo que denomina ¡°el negocio de la propaganda. Son 10-15 famosos que viven de atacar a mi pa¨ªs con fabricaciones¡±. Apostilla que ¡°a veces la verdad se ha hecho p¨²blica y ellos lo han admitido¡±, en referencia al descubrimiento de que el m¨¢s famosos de los disidentes, Shin Dong Hyuk, maquill¨® su historia. ¡°Consideramos esas campa?as de derechos humanos orquestadas por EEUU como maniobras hostiles para derrocar nuestro sistema, demonizar y aislar a nuestro pa¨ªs¡±.
Hasta que en enero de 2014 el se?or Kim present¨® sus cartas credenciales ante el entonces rey Juan Carlos, Alejandro Cao de Ben¨®s ejerc¨ªa como informal representante norcoreano en Espa?a desde los noventa. ¡°No le hemos dado ning¨²n cargo oficial, pero le apoyamos, le ayudamos, cooperamos con ¨¦l¡±. Asegura que, aunque vista uniforme incluso en Corea del Norte, tampoco es miembro de su Ej¨¦rcito. ¡°Pero no nos importa porque ¨¦l actu¨® por su propia convicci¨®n, no le obligamos. No le dimos ning¨²n salario ni siquiera dinero¡±.
El embajador, que demuestra estar al d¨ªa de las rocambolescas, y a menudo falsas, historias que circulan sobre su pa¨ªs, y considera que las elecciones son b¨¢sicamente una p¨¦rdida de tiempo, asegura va cumpliendo los objetivos con los que lleg¨®, que se ha reunido con pol¨ªticos e instituciones, pero que aspira a incrementar mucho m¨¢s la cooperaci¨®n entre Espa?a y Corea del Norte.
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