Castro reactiva su relaci¨®n especial con M¨¦xico con una visita de Estado
El mandatario cubano viajar¨¢ al pa¨ªs norteamericano del 5 al 7 de noviembre
Las piezas del tablero americano no dejan de moverse. En un gesto hist¨®rico, el presidente de Cuba, Ra¨²l Castro, ha decidido poner fin al maleficio que pesaba en su relaci¨®n con M¨¦xico y girar visita de Estado del 5 al 7 de noviembre en M¨¦rida (Yucat¨¢n). El viaje, el primero del mandatario al pa¨ªs norteamericano desde que lleg¨® a la c¨²spide del poder en 2006, muestra la acelerada recuperaci¨®n de las relaciones bilaterales, fuertemente erosionadas durante los gobiernos panistas (2000-2012), pero tambi¨¦n se inscribe en la b¨²squeda de apoyos a la que se ha lanzado el r¨¦gimen castrista tras el deshielo con Estados Unidos. Un escenario con nuevas reglas, donde M¨¦xico, tercer socio comercial de Cuba, quiere tener presencia y recuperar el papel que anta?o jug¨®.?"Esta visita de Estado tiene un significado especial al darse en el marco de una relaci¨®n que es entra?able para ambos pa¨ªses y que atraviesa por una excelente etapa¡±, se?ala la canciller¨ªa mexicana.
En M¨¦xico, la pol¨ªtica con Cuba se ha vivido desde los albores del castrismo como un asunto interno. El explosivo expansionismo de la revoluci¨®n cubana, cristalizado en su capacidad para alimentar guerrillas locales, fue conjurado durante d¨¦cadas con una pol¨ªtica de amistad y respeto mutuo. En un entorno dominado por la hostilidad estadounidense hacia los Castro, M¨¦xico mantuvo su puerta abierta y jam¨¢s rompi¨® relaciones con La Habana. Ni siquiera la extraordinaria dependencia econ¨®mica con Washington pudo con este lineamiento pol¨ªtico. Es m¨¢s, entre ambos universos pol¨ªticos, los dirigentes mexicanos hicieron las veces de v¨¢lvula de escape y, como revelan los documentos desclasificados del Departamento de Estado, tambi¨¦n de mensajeros secretos.
La relaci¨®n entre ambos pa¨ªses se empez¨® a resquebrajar durante el Gobierno pri¨ªsta de Ernesto Zedillo y qued¨® congelada con la llegada del PAN a la presidencia en 2000
Esta relaci¨®n especial se empez¨® a resquebrajar durante el gobierno pri¨ªsta de Ernesto Zedillo y qued¨® congelada con la llegada del PAN a la presidencia de M¨¦xico en 2000. La torpeza diplom¨¢tica de Vicente Fox en la Cumbre de Monterrey (2002), donde le pidi¨® a Fidel Castro que abandonar¨¢ la reuni¨®n para evitar que coincidiera con George W. Bush, constituy¨® un hito en este alejamiento. Este helor perdur¨® con Felipe Calder¨®n y s¨®lo empez¨® su retorno a territorios m¨¢s c¨¢lidos con la vuelta del PRI al poder en 2012.
De la mano del presidente Enrique Pe?a Nieto, M¨¦xico emprendi¨® la reconstrucci¨®n del v¨ªnculo bilateral. ¡°Se pas¨® de un enfoque ideol¨®gico a uno pragm¨¢tico. No quer¨ªamos quedarnos fuera¡±, se?ala una fuente diplom¨¢tica. Fue una apuesta estrat¨¦gica. No s¨®lo se trataba de recuperar una bandera tradicional y muy querida en M¨¦xico, en tanto que define su personalidad frente a Estados Unidos, sino de inter¨¦s propio. Durante los a?os de lejan¨ªa, Brasil y Espa?a hab¨ªan aprovechado para fortalecer sus relaciones econ¨®micas con la isla y prefigurar un ¨¢rea de expansi¨®n ante un hipot¨¦tico fin del castrismo. La p¨¦rdida de influencia ten¨ªa una traducci¨®n econ¨®mica. El da?o era doble.
La respuesta no se hizo esperar. A finales de 2012, M¨¦xico condon¨® casi en su totalidad la deuda de 500 millones de d¨®lares que 15 a?os antes hab¨ªa contra¨ªdo Cuba y se lanz¨® a una intensa diplomacia empresarial. En los ¨²ltimos a?os, las visitas de empresarios y secretarios mexicanos a la isla caribe?a han sido constantes. Y los acuerdos bilaterales, especialmente en el ¨¢rea tur¨ªstica y de intercambio comercial, han aumentado.
Pese a estas se?ales amistosas, la visita de Castro se ha hecho esperar. En la Cumbre Iberoamericana de 2014, celebrada en Veracruz la diplomacia mexicana vivi¨® con enorme frustraci¨®n la ausencia del presidente cubano y hasta el ¨²ltimo minuto estuvo esperando su aterrizaje. Su presencia ahora en territorio mexicano tiene para el PRI y su maquinaria pol¨ªtica un valor profundo. La llegada de Castro es tomada como una recuperaci¨®n del peso exterior que en tiempos tuvo M¨¦xico. Pero tambi¨¦n de una muestra de que en la nueva era sellada por el presidente Barak Obama y Ra¨²l Castro en la Cumbre de las Am¨¦ricas, M¨¦xico tiene un papel.
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