Ir¨¢n corea ¡®Muerte a Am¨¦rica¡¯ en el aniversario de la toma de la Embajada
Los ultras agitan su antiamericanismo en el 36? aniversario del asalto a la embajada de EEUU
Los ultras del r¨¦gimen iran¨ª han desplegado este mi¨¦rcoles toda su capacidad de movilizaci¨®n para conmemorar el 36? aniversario de la toma de la Embajada de Estados Unidos, un ejercicio de reafirmaci¨®n ideol¨®gica con especial significado tras la firma del acuerdo nuclear. Leales, funcionarios, oportunistas y escolares, sobre todo muchos escolares, se han dado cita frente a esa antigua sede diplom¨¢tica en el centro de Teher¨¢n para volver a corear ¡°Muerte a Am¨¦rica¡± y ¡°Muerte a Israel¡± como si la enemistad fuera a ser eterna. Pero a pesar de la radicalidad de los mensajes, el ambiente era m¨¢s de romer¨ªa que de agresi¨®n.
Con la perfecta coreograf¨ªa ensayada varias veces al a?o, veteranos de la guerra contra Irak, miembros de diversas asociaciones isl¨¢micas y de escuelas de los distintos distritos de la capital y sus alrededores han ido desfilando bajo las banderolas que los identificaban hasta llegar frente a la entrada principal, donde estaba situada la tribuna de oradores. Los hombres por un lado; las mujeres, por otro. En la esquina, los voluntarios distribu¨ªan p¨®steres, banderolas y pancartas con los que animar la concentraci¨®n.
¡°Estamos aqu¨ª para denunciar los cr¨ªmenes que Estados Unidos ha cometido contra Ir¨¢n. Es nuestro deber religioso¡±, explica una funcionaria de 47 a?os que prefiere no dar su nombre. Pero la religi¨®n ?no les ense?a a perdonar? ¡°Perdonar al enemigo no tiene sentido si el enemigo persiste en su hostilidad. Es peor el enemigo que finge amistad que quien muestra su enemistad¡±, afirma ante la anuencia de las otras dos mujeres que la acompa?an. El enemigo, no hace falta decirlo, es desde hace 36 a?os Estados Unidos.
?Y qu¨¦ opinan del acuerdo nuclear? ¡°Lo mismo que el l¨ªder supremo¡±, zanjan casi al un¨ªsono. El l¨ªder supremo, Ali Jamenei, dio su acuerdo condicional al pacto el pasado 21 de octubre, despu¨¦s de meses de calculada ambig¨¹edad y despu¨¦s de que el texto hubiera pasado el tr¨¢mite del Congreso norteamericano. Desde entonces, ha tratado de compensar al sector m¨¢s inmovilista del r¨¦gimen de que ese convenio no equivale a un acercamiento al Gran Sat¨¢n, como la propaganda oficial llama a EE UU, y ha descartado la posibilidad de colaborar en otros asuntos.
La v¨ªspera, en una de las numerosas actividades previas para calentar motores ante la cita de hoy, Jamenei hab¨ªa reivindicado la vigencia del Muerte a Am¨¦rica. ¡°No est¨¢ dirigido contra el pueblo americano, sino contra las pol¨ªticas de Estados Unidos y su arrogancia¡±, declar¨® el l¨ªder supremo en una reuni¨®n con estudiantes para conmemorar la fecha en que un grupo de estudiantes revolucionarios asalt¨® la Embajada de ese pa¨ªs y tom¨® como rehenes a 52 estadounidenses durante 444 d¨ªas. El nido de esp¨ªas, como bautizaron la sede, pas¨® a manos de los Basiyi, los voluntarios isl¨¢micos que act¨²an como fuerza auxiliar de los Pasdar¨¢n, y una parte se convirti¨® en un museo que s¨®lo ocasionalmente se abre al p¨²blico.
Aquel suceso, en clara violaci¨®n de la legislaci¨®n internacional que protege la inviolabilidad de las legaciones diplom¨¢ticas, supuso la suspensi¨®n de las relaciones bilaterales y ha definido la posici¨®n de Ir¨¢n en el mundo desde entonces. S¨®lo ahora, 36 a?os despu¨¦s, la firma de un acuerdo nuclear con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EE UU, China, Rusia, Reino Unido y Francia), adem¨¢s de Alemania, ha abierto el camino para su rehabilitaci¨®n internacional. Algunos sectores del r¨¦gimen, con Jamenei a la cabeza, recelan, en parte por desconfianza hacia EE UU, debido a su historia de intervencionismo en la regi¨®n, en parte por temor a perder un statu quo les resulta confortable.
Pero el antiamericanismo, uno de los pilares del r¨¦gimen isl¨¢mico salido de la revoluci¨®n de 1979, hace ya tiempo que dej¨® de ser el potente instrumento movilizador de masas de hace tres d¨¦cadas. La sociedad iran¨ª ha cambiado m¨¢s de lo que algunos de sus dirigentes est¨¢n dispuestos a aceptar. El 60% de la poblaci¨®n ha nacido despu¨¦s de proclamarse la Rep¨²blica Isl¨¢mica y el 65% es urbano. Sus preocupaciones son el paro, los bajos salarios, la dificultad de dar una buena educaci¨®n a sus hijos o de encontrar piso para poder casarse; la calidad de vida m¨¢s que la ideolog¨ªa.
A apenas un centenar de metros de la concentraci¨®n, la vida sigue su curso habitual. En las oficinas de una empresa de importaci¨®n de maquinaria industrial, los empleados ni se inmutan ante las consignas que se cuelan por las ventanas cerradas. ¡°Ya estamos acostumbrados; casi cada mes tenemos alguna manifestaci¨®n¡±, se?alan resignados. Hoy les ha llamado la atenci¨®n la cantidad de escolares que han sido trasladados a la cita. ¡°Cuando hemos abierto a las ocho de la ma?ana, ya hab¨ªa decenas de autobuses y luego no han parado de venir m¨¢s¡±, comenta uno de ellos.
M¨¢s al norte, en el restaurante Gilaneh, un popular local de comida del norte de Ir¨¢n, los parroquianos ignoran el evento. ¡°Ah, s¨ª, hoy es el aniversario¡±, comenta con gesto de aburrimiento una artista m¨¢s interesada en hablar de sus proyectos profesionales. ¡°Mejor se preocupar¨ªan de arreglar la situaci¨®n econ¨®mica¡±, apunta en un correcto ingl¨¦s un trabajador de artes gr¨¢ficas al que el paro ha obligado a trabajar de taxista.
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