Una b¨²squeda de m¨¢s de 30 a?os

Le mostraron seis bolsas peque?as llenas de huesos incinerados y medio cr¨¢neo envuelto en un pl¨¢stico de burbujas. Rosa Milena C¨¢rdenas apenas pudo acercarse a la mesa que le se?alaron los forenses cuando le dijeron que esos restos que estaban ah¨ª, delante suyo, eran los de su hermana Luz Mary Portelo. Desde hac¨ªa 30 a?os quer¨ªa encontrarla. Grit¨® muchas veces que, viva o muerta, su hermana ten¨ªa que aparecer, pero reconoce que hasta el pasado 20 de octubre, en el instante en que le pusieron esas muestras frente a los ojos se refiri¨® a ella en presente. Como si estuviera viva.

Rosa Milena ten¨ªa seis a?os cuando el 6 de noviembre su hermana sali¨® de su casa, en el sur de Bogot¨¢ al trabajo. Su madre, Rosalbina, hab¨ªa enfermado y Luz Mary la reemplazaba en sus labores en la cafeter¨ªa del Palacio de Justicia. Ten¨ªa 26 a?os cuando la guerrilla del M-19 tom¨® el edificio con la intenci¨®n de arrinconar al presidente de la ¨¦poca, Belisario Betancur, ante el incumplimiento, seg¨²n ellos, de los acuerdos para lograr la paz y negociar, que se hab¨ªan alcanzado un a?o atr¨¢s. La toma y la posterior retoma por parte del Ej¨¦rcito dej¨® un centenar de muertos. Por la desaparici¨®n forzosa de 11 personas la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) conden¨® al Estado Colombiano en 2014 a investigar y sancionar a los responsables, buscar a los desaparecidos y pedir perd¨®n p¨²blicamente por lo ocurrido.

¡°Prendimos el televisor y el Palacio estaba en llamas¡±, dice hoy Rosa Milena evocando el momento en que perdi¨® a su hermana. Y a su mam¨¢. ¡°Nunca nada volvi¨® a ser igual. Todo lo que no fuera la b¨²squeda qued¨® en un segundo plano¡±. Las horas pasaron y nadie les dec¨ªa el paradero de Luz Mary. Recorrieron hospitales y sanatorios casi a diario. ¡°Mi pap¨¢ se fue de la casa. Mi mam¨¢ asumi¨® todo. Mantenernos a mi hermano y a m¨ª y buscar a su hija. A su amiga. En eso se convirti¨® su vida¡±.

Rosalbina levant¨® un altar. Durante muchos a?os prendi¨® velas y pidi¨® un milagro. En 2009 muri¨® de c¨¢ncer de ¨²tero. ¡°Crec¨ª vi¨¦ndola en una constante b¨²squeda, esperando y sintiendo impotencia¡±. Su mam¨¢ solo alcanz¨® a llevarse una verdad. Que su hija hab¨ªa salido viva de la toma del M-19 y posterior retoma del Palacio de Justicia por parte del Ej¨¦rcito y la Polic¨ªa. Varios testigos aseguraron que la vieron. Siempre la describieron con un traje azul, el mismo que tambi¨¦n ten¨ªa su madre pero de color rojo.

Rosa Milena no ha dejado un solo a?o de asistir todos los 6 de noviembre en la Plaza de Bol¨ªvar, frente al Palacio de Justicia, para recordar al centenar de personas muertas y a las once que desaparecieron ese d¨ªa de 1985. Desde ese lugar han visto c¨®mo durante los primeros a?os el caso parec¨ªa invisible ante los ojos del Estado y de la opini¨®n p¨²blica. ¡°Pas¨® mucho tiempo antes de ver algo de justicia y de que el tema importara¡±, dice. Y enumera lo que en 30 a?os ha avanzado el caso: la sentencia de 30 a?os por desaparici¨®n forzada contra Alfonso Plazas Vega (general retirado), que lider¨® la retoma al Palacio; la condena a 35 a?os al, tambi¨¦n militar, Jes¨²s Armando Arias Cabrales y en el 2014 la condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Fue en esta ¨²ltima decisi¨®n de la justicia cuando, seg¨²n ella, por fin vieron que alguien los escuch¨®. Aunque poco o nada se haya cumplido, en su opini¨®n, lo que orden¨® la CIDH. ¡°Nos sigue faltando la verdad¡±, repite. Saber que identificaron a su hermana le da tranquilidad, pero le genera nuevas dudas: ¡°?C¨®mo muri¨®?, ?cu¨¢ndo?, ?por qu¨¦? A¨²n hay mucho por resolver¡±, dice Rosa Milena sentada junto a Ren¨¦ Guar¨ªn, el hermano de Cristina, otra de las mujeres de la que no se ten¨ªa rastro hasta el pasado 20 de octubre. Ese d¨ªa Medicina Legal identific¨® tres v¨¦rtebras que corresponden a Lucy Amparo Oviedo, una visitante del Palacio que ten¨ªa una cita con el magistrado Alfonso Reyes Echand¨ªa para que le diera una recomendaci¨®n de trabajo. En el caso de Cristina Guar¨ªn, un pedacito de tela de cuadros confirm¨® que la mujer que se ve¨ªa en los v¨ªdeos saliendo viva del Palacio de Justicia era ella. El caso de Cristina fue llevado al teatro. Con ¡®La siempreviva¡¯, que tuvo una puesta en escena de m¨¢s de 20 a?os (y despu¨¦s se hizo pel¨ªcula), el pa¨ªs conoci¨® su historia.

Guar¨ªn relata c¨®mo fue su exilio a causa de las amenazas que recibi¨® por exigirle al Estado justicia. Narra la lucha de sus padres y c¨®mo hasta 1995 la habitaci¨®n de Cristina estuvo intacta. Su madre hab¨ªa cuidado cada detalle esperando su regreso, mientras su pap¨¢ se dedicaba a escribir poemas. Ren¨¦ muestra un libro de tapa roja donde qued¨® escrito lo que su padre sent¨ªa despu¨¦s de que su hija desapareci¨®. ¡°Muchas veces se iba para la carrera s¨¦ptima a buscarla entre la gente¡±, cuenta Guar¨ªn. Sus padres murieron sin tener noticias de Cristina. Ren¨¦ espera que con la identificaci¨®n de los restos de su hermana, se empiece a cerrar la historia, que solo podr¨¢ tener un final: ¡°Cuando se sepa por qu¨¦ los desaparecieron¡±.