En guerra
Si Francia se declara en guerra es porque ha sido atacada y, lo peor, porque espera m¨¢s ataques, tanto dentro como fuera de su territorio
Entender la respuesta francesa a los ataques del viernes y construir una estrategia articulada y, sobre todo, eficaz, al desaf¨ªo que plantean requiere dejar atr¨¢s dos debates o, casi mejor, tentaciones.
El primero es el debate relacionado con el papel del islam en nuestras sociedades. En ¨¦l se mezclan sin mucho orden ni concierto prejuicios y clich¨¦s sobre la compatibilidad o incompatibilidad del islam con la democracia, la integraci¨®n de los musulmanes, el papel de la religi¨®n en los espacios p¨²blicos, la identidad, el multiculturalismo y, ahora tambi¨¦n, la necesidad de controlar los flujos de inmigraci¨®n, asilo y refugio provenientes tanto del ?frica subsahariana como de Oriente Pr¨®ximo. Pero ese debate, que suele acabar enfrentando los partidarios de hablar de las ¡°causas ¨²ltimas del terrorismo¡± con los partidarios de establecer un cord¨®n sanitario al islam tanto dentro como fuera de nuestras sociedades, resulta bald¨ªo a la hora de luchar contra el terrorismo.
El segundo falso debate es el relacionado con la definici¨®n del problema, y por tanto de su eventual respuesta, en t¨¦rminos b¨¦licos. Ah¨ª nos encontramos con los que intentan establecer una divisoria estricta (jur¨ªdica, pol¨ªtica e incluso moral) entre las respuestas que involucran el uso de la fuerza militar y las que involucran el recurso a instrumentos propios del Estado de derecho como los tribunales, las fuerzas de polic¨ªa y los servicios de inteligencia. Pero establecer un cortafuegos entre ambos tipos de respuesta tambi¨¦n resulta est¨¦ril pues en el mundo en el que vivimos, y especialmente cuando enfrentamos una amenaza tan brutal como la que representan Al Qaeda y el Estado Isl¨¢mico, las democracias tienen todo el derecho, y toda la legitimidad, para emplear a fondo todo el rango de instrumentos de los que disponen, incluida la fuerza militar, para luchar contra el terrorismo.
En enero desde este a?o, despu¨¦s de los atentados contra la revista Charlie Hebdo, el presidente Hollande se declar¨® en guerra contra el terrorismo yihadista. Y hace unas semanas, el primer ministro franc¨¦s, Manuel Valls, justific¨® los bombardeos contra el Estado Isl¨¢mico en Siria arguyendo el derecho de Francia, de acuerdo con el derecho internacional, a la leg¨ªtima defensa. Ahora, tras los ataques del pasado viernes, Hollande ha convocado al Consejo de Defensa, haciendo as¨ª nuevamente presente el componente militar en la respuesta francesa al terrorismo.
Aunque desde Espa?a, con una cultura estrat¨¦gica bien distinta, cueste a veces entenderlo, la posici¨®n francesa es clara, consistente y leg¨ªtima. Si Francia se declara en guerra es porque ha sido atacada y, lo peor, porque espera m¨¢s ataques, tanto dentro como fuera de su territorio. Espa?a como pa¨ªs socio, amigo y vecino, deber¨ªa pedir la activaci¨®n de la cl¨¢usula de solidaridad prevista en art¨ªculo 222 del Tratado de Funcionamiento de la UE, que prev¨¦ la movilizaci¨®n de todos los medios disponibles, incluidos los militares, en caso de ataque terrorista.
@jitorreblanca
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