Los ciudadanos desaf¨ªan al miedo bajo extrema tensi¨®n
Desoyendo la prohibici¨®n oficial, miles de ciudadanos acudieron a la plaza de la Rep¨²blica
Par¨ªs ha vivido un extra?o fin de semana. Tras los m¨¢s graves atentados terroristas de su historia reciente, los ciudadanos han desafiado al miedo concentr¨¢ndose en las zonas atacadas, a pesar de la prohibici¨®n oficial de manifestarse. La tensi¨®n ha sido, sin embargo, tan evidente que una m¨ªnima explosi¨®n o el mero grito de alguien ha producido momentos de p¨¢nico y estampidas. ¡°Han logrado que tengamos miedo¡±, dec¨ªa un joven. ¡°Pasear por Par¨ªs y no volver a casa es una forma de rendir tributo a la libertad¡±, seg¨²n un turista argentino.
Los gestos de desaf¨ªo se multiplicaron tras los ataques; especialmente este domingo, cuando la ciudad recobraba un tanto la calma. A media tarde, desoyendo la prohibici¨®n oficial, miles de ciudadanos acudieron de manera espont¨¢nea a la plaza de la Rep¨²blica y a las calles adyacentes, las m¨¢s castigadas por la barbarie. Las velas y las flores en los restaurantes atacados se amontonaban y muchos cantaron La Marsellesa. Un ruido, un posible petardo, bast¨®, sin embargo, para que la multitud huyera despavorida. Cientos de ciudadanos se refugiaron, como la noche del viernes, en portales que muchos parisinos abr¨ªan para ayudarles. ¡°Han logrado meternos miedo¡±, dec¨ªa Jean Henriot a las puertas del restaurante asaltado Le Carillon. Henriot ven¨ªa de ver a un amigo herido en la sala Bataclan.
En otros lugares de la ciudad ocurri¨® algo similar. Alguien corriendo y gritando era suficiente para generar el p¨¢nico. El barrio de Le Marais qued¨® cerrado por seguridad. Las fuerzas del orden no eran inmunes a la tensi¨®n. Pero, una vez aclarada la situaci¨®n, la gente volv¨ªa a las calles. En pocos minutos, los parisinos regresaron a la plaza de la Rep¨²blica; en torno a las ocho de la noche.
Cientos, quiz¨¢ miles de turistas, regresaron sin embargo el s¨¢bado precipitadamente a casa. Otros han cancelado las reservas hechas para los pr¨®ximos d¨ªas. As¨ª lo aseguran los hoteleros consultados. ¡°Han anulado, sobre todo, los turistas americanos¡±, explica Jeremy Delgado, del hotel Le Buci, en el barrio latino. En la oficina central de France Tourisme confirman la tendencia. ¡°Estamos intentando tranquilizar a la gente, pero muchos prefieren cambiar de planes. Los m¨¢s asustados son los asi¨¢ticos¡±, explica Anne Catherine.
El turismo es una de las m¨¢s potentes industrias de Francia, pero, sobre todo, de Par¨ªs, la ciudad m¨¢s visitada del mundo. Cada a?o pasan por la capital 32 millones de turistas que dejan 9.800 millones de euros. El sector genera el 10% de los empleos asalariados. Un portavoz del Gobierno cree que estas reacciones de p¨¢nico son siempre pasajeras; que Par¨ªs recobrar¨¢ pronto su ritmo habitual como ocurri¨® tras los ataques de enero.
Elena Vald¨¦s, directora de Turespa?a en Par¨ªs, considera que los atentados del viernes pueden tener mayores consecuencias. ¡°En esta ocasi¨®n son m¨¢s indiscriminados y eso puede hacer mucho da?o a corto y medio plazo¡±.
Miles de turistas se quedaron en Par¨ªs. Muchos no pod¨ªan cambiar sus billetes. Otros prefer¨ªan desafiar al miedo. Ver que los parisinos se echaban a la calle el s¨¢bado por la ma?ana con normalidad anim¨® a muchos a dejar los hoteles y hacer turismo. Los museos, la torre Eiffel, el parque Euro Disney y las salas de fiestas estaban cerrados por orden gubernativa. Los bateaux mouches pararon el s¨¢bado ¡°por consideraci¨®n hacia las v¨ªctimas¡±, seg¨²n una empleada. El domingo volvieron a funcionar.
¡°Vamos a seguir amenazados¡±, dice la sueca Cathalina Belob. ¡°Pretenden asustarnos, pero no podemos dejarles ganar, as¨ª que volveremos a Par¨ªs¡±.
¡°Los que tenemos una cierta edad sabemos lo que fue el terrorismo¡±, dice el argentino Jos¨¦ Lorido, que pasea acompa?ado de su mujer y sus dos hijos junto al cerrado Museo del Louvre. ¡°Nosotros no vamos a irnos antes de lo previsto porque es darles el triunfo a los terroristas. No podemos entrar hoy en algunos sitios, pero no importa. Esta es una ciudad preciosa y pasear por ella es una manera de rendir tributo a la libertad¡±.
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