La marihuana medicinal aterriza en Nueva York
Cinco firmas la dispensar¨¢n desde enero pero el gobernador quiere adelantar el programa
Puede beberse, tragarse o inhalarse, pero en ning¨²n caso se podr¨¢ fumar. La marihuana para uso m¨¦dico est¨¢ a punto de aterrizar en el Estado de Nueva York: cinco compa?¨ªas tienen ya los permisos del gobernador para empezar a distribuir el cannabis con fines m¨¦dicos a primeros de este a?o y dar otro empuj¨®n a una industria al alza. Con el debate abierto de par en par en Estados Unidos y M¨¦xico, y su uso terap¨¦utico aprobado ya en varios Estados, el n¨²mero de firmas dedicadas a su cultivo se ha disparado en los ¨²ltimos a?os.
¡°La industria del cannabis para uso m¨¦dico va a crecer. Queremos mejorar la demostraci¨®n cient¨ªfica de su funcionamiento. Aunque hay muchas evidencias en ese sentido, deseamos profundizar la investigaci¨®n¡±, comenta el doctor Stephen Dahmer, de la Empire State Health Solutions, una de las cinco compa?¨ªas que ha obtenido licencia para distribuirla en Nueva York.
Su firma ¡ªjunto con Etain, Bloomfield Industries, PharmaCannis y Hunts Point¡ª tiene la obligaci¨®n de cultivar la marihuana dentro del Estado para venderla luego a trav¨¦s de dispensarios. El primero de ellos, Columbia Care, abrir¨¢ en Manhattan, en la calle 14, junto a Union Square.
Es una industria floreciente. Seg¨²n datos recopilados por Bloomberg, hay 55 compa?¨ªas cotizadas, con una capitalizaci¨®n conjunta de 3.000 millones de d¨®lares. El sector tiene mucho recorrido a la vista de los Estados que le est¨¢n dando luz verde.
Dahmer era un m¨¦dico de familia y decidi¨® dar un giro a su carrera al entrar en el proyecto de otro doctor, Kyle Kingsley, presidente ejecutivo de Empire. Es, de momento, una compa?¨ªa peque?a, como medianos o peque?os son a¨²n la mayor¨ªa de los grupos que est¨¢n explorando este negocio.
El precio de venta lo fijar¨¢ el Estado de Nueva York, aunque fuentes de la compa?¨ªa se?alan que los tratamientos con cannabis suelen costar entre 300 y 500 d¨®lares mensuales por paciente.
El estigma de droga que arrastra el producto es uno de los obst¨¢culos a su comercializaci¨®n. Mencionar ¡°marihuana¡±, para Dahmer, es parecido a mentar la bicha: ¡°No nos gusta esa palabra, es peyorativa y ofrece una imagen negativa del cannabis, es como referirse al opio como hero¨ªna¡±.
Tampoco les favorece el debate abierto sobre la legalizaci¨®n general del cannabis, es decir, la legalizaci¨®n del llamado ¡°uso recreativo¡±, porque temen que se contamine el proceso de apertura de su aplicaci¨®n medicinal. ¡°No somos pol¨ªticos, ni nos interesa el consumo recreativo del cannabis. No queremos que ese debate se mezcle con el uso m¨¦dico¡±, recalca el responsable de Empire.
La legalizaci¨®n total de la marihuana se est¨¢ debatiendo en California o Arizona y ya existe ¡ªregulada, gravada con impuestos y disponible para adultos¡ª en otros Estados, como Colorado, Oreg¨®n, Washington y Alaska, seg¨²n los datos de la Marijuana Policy Project, una organizaci¨®n que batalla por la despenalizaci¨®n. Su utilizaci¨®n para fines m¨¦dicos est¨¢ permitida en alrededor de una docena de Estados.
Nueva York, con un gobernador dem¨®crata al frente, Andrew Cuomo, aprob¨® en el verano de 2014 un programa de uso terap¨¦utico de la marihuana para pacientes con prescripci¨®n m¨¦dica. Las empresas deben producir estos medicamentos en locales cerrados y seguros dentro del Estado y se pueden distribuir en forma de l¨ªquido o aceite, c¨¢psulas o preparados para inhalar como vapor.
Aunque el programa deber¨ªa arrancar oficialmente el pr¨®ximo 5 de enero, la semana pasada Cuomo aprob¨® dos proyectos de ley para adelantarlo dos meses en el caso de enfermos con verdadera necesidad de recurrir a ¨¦l.
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