El comando yihadista de Saint-Denis estaba listo para ¡°pasar a la acci¨®n¡±
El presunto cerebro de los atentados de Par¨ªs no est¨¢ entre los ocho detenidos
El popular barrio parisino de Saint-Denis vivi¨® el mi¨¦rcoles siete horas en estado de sitio. Una joven yihadista se suicid¨® al hacer estallar su cintur¨®n con explosivos y al menos otro supuesto terrorista muri¨® en una operaci¨®n policial y militar que convirti¨® la zona en un escenario b¨¦lico. Con el apoyo de helic¨®pteros, camiones, soldados de camuflaje, francotiradores y en medio de tiroteos y explosiones, las fuerzas de seguridad ejecutaron el primer golpe al amplio comando formado para la matanza del viernes. La polic¨ªa detuvo a ocho personas. Cinco agentes y un transe¨²nte resultaron heridos.
60 detenidos y 118 confinados en la persecuci¨®n antiterrorista
Las fuerzas del orden francesas han reaccionado a los atentados del viernes con celeridad y contundencia. Gracias al estado de excepci¨®n decretado, se ha detenido a 60 personas y 118 han quedado confinadas en lo que en Francia se denomina asignaci¨®n de residencia. Se han hecho en apenas cuatro d¨ªas 414 registros y se han requisado 75 armas de fuego.
El confinamiento o asignaci¨®n de residencia permite a las autoridades mantener vigilados o, al menos, controlados a los sospechosos de terrorismo o de colaboraci¨®n con terrorismo. Pueden quedar inmovilizados en sus propias casas o en el lugar que las autoridades decidan. Es una medida excepcional que solo se puede poner en marcha bajo el estado de excepci¨®n que Francia quiere ahora prolongar hasta mediados de febrero.
La movilizaci¨®n es enorme y se percibe en la calle; sobre todo en los transportes p¨²blicos. Seg¨²n los datos facilitados este mi¨¦rcoles por el Gobierno, est¨¢n en alerta 58.000 polic¨ªas y 50.000 gendarmes, que trabajan en las investigaciones bajo la autoridad de la fiscal¨ªa de Par¨ªs.
Mientras tanto, sigue en vigor la prohibici¨®n de organizar manifestaciones en la v¨ªa p¨²blica. La medida se impuso el s¨¢bado y estar¨¢ en vigor hasta el jueves.
La operaci¨®n ha sido el primer golpe a yihadistas implicados en la matanza del viernes en Par¨ªs. El nuevo grupo, armado y con explosivos, se enfrent¨® a tiros y bombazos con las fuerzas de seguridad. Estaba listo para dar otro zarpazo. ¡°A la vista de su organizaci¨®n y determinaci¨®n, ese comando pod¨ªa pasar a la acci¨®n¡±, afirm¨® anoche el fiscal de Par¨ªs, Fran?ois Molins.
El piso del comando qued¨® tan destruido que, a ¨²ltima hora del mi¨¦rcoles, a¨²n no se sab¨ªa con exactitud cu¨¢ntos eran los fallecidos. La polic¨ªa cient¨ªfica ralentizaba su trabajo en previsi¨®n del posible estallido de artefactos. ¡°No hay balance preciso ni definitivo del n¨²mero de fallecidos ni de sus identidades: solo que hay al menos dos muertos¡±, se?al¨® Molins.
A las 4.20 se escucharon las primeras detonaciones en la calle Corbillon, junto al edificio de cuatro plantas en el que estaban los terroristas. Un par de helic¨®pteros alumbraban los tejados de la zona. Fuerzas especiales antiterroristas buscaban a Abdelhamid Abaaoud, considerado uno de los organizadores de la matanza. De 28 a?os, nacido en B¨¦lgica y de origen marroqu¨ª, se incorpor¨® durante meses a los yihadistas en Siria. Viv¨ªa en Molenbeek, el barrio bruselense del que han salido algunos de los participantes directos de la matanza del viernes.
¡°Me despert¨¦ a las 4.30 con un ruido enorme. Luego hubo muchos m¨¢s. No hemos podido salir de casa en las horas siguientes¡±, cuenta Claude, un m¨¦dico residente en el barrio. Los militares establecieron un per¨ªmetro de seguridad de medio kil¨®metro alrededor de la casa de los yihadistas. Hubo dos oleadas de tiroteos y explosiones, la segunda a las 7.30.
La tercera planta del edificio, donde estaban los terroristas, qued¨® agujereada de balazos y con las ventanas destrozadas. La polic¨ªa realiz¨® m¨¢s de 5.000 disparos. Los yihadistas, por su parte, utilizaron ¡°todo un arsenal de guerra¡±, en palabras de Molins.
En el interior del piso se hallaban cuatro personas, adem¨¢s de la suicida, ¡°una mujer joven¡±, seg¨²n explic¨® el fiscal. En pleno intercambio de disparos, los agentes se acercaron a la puerta de entrada de la vivienda. Fue entonces cuando la suicida activ¨® su cintur¨®n de explosivos y la metralla alcanz¨® a varios agentes. En el interior de la vivienda, la polic¨ªa encontr¨® el cad¨¢ver de otro hombre. Entre los arrestados no se encontraba Abaaoud. The Washington Post, que cita como fuente a dos funcionarios de inteligencia, asegura que es uno de los muertos.
El m¨®vil en la papelera
En el interior del piso fueron arrestadas tres personas. En la calle, minutos despu¨¦s de arrancar el operativo, la polic¨ªa detuvo a otras tres, una de ellas herida de bala en un brazo. Tambi¨¦n fue capturado un hombre que facilit¨® el alojamiento al comando y otra persona relacionada con ¨¦l.
Durante las siete horas de la operaci¨®n, los vecinos fueron obligados a recluirse en sus casas. ¡°El inmueble entero se mov¨ªa. La tierra temblaba¡±, repet¨ªan algunos vecinos.
La mujer que se hizo estallar un cintur¨®n de explosivos es la octava suicida de los al menos cuatro grupos de terroristas que actuaron coordinadamente: uno en la sala Bataclan, otro en los distritos 10 y 11 de Par¨ªs, un tercero junto al Estadio de Francia y el cuarto el desmantelado el mi¨¦rcoles en Saint-Denis.
Desde la matanza del viernes, la polic¨ªa segu¨ªa la pista de varios terroristas huidos del mismo amplio comando. Los investigadores estaban convencidos de que en los atentados simult¨¢neos hab¨ªan participado varias personas m¨¢s, adem¨¢s de los siete suicidas. Los hechos descubiertos en las horas posteriores, como el hallazgo en Saint-Denis de un coche usado por los terroristas o el descubrimiento el s¨¢bado de uno de ellos en la frontera franco-belga, confirmaron esas pistas.
Una clave para los investigadores fue, seg¨²n confirm¨® Molins, el hallazgo de un m¨®vil en una papelera cercana a la sala Bataclan, donde los terroristas mataron a 89 personas. Un mensaje SMS encontrado en el tel¨¦fono dec¨ªa textualmente: ¡°On est parti on commence¡± (Vamos all¨¢, empezamos).
El mensaje fue enviado a las 21.42, justo antes del ataque a Bataclan. La polic¨ªa investiga qui¨¦n fue el destinatario, probablemente alguien en el extranjero. Tras el an¨¢lisis del m¨®vil y los datos de geolocalizaci¨®n, la polic¨ªa pudo llegar hasta un hotel de Alfortville, en el departamento de Val-de-Marne, unido al gran Par¨ªs. A ra¨ªz de escuchas de tel¨¦fonos y un posterior testimonio, los investigadores dedujeron que en el piso de Saint-Denis se hallaba Abaaoud.
Fue en ese hotel de Alfortville donde Salah Abdeslam, hermano de Ibrahim ¡ªuno de los suicidas que se hizo estallar el viernes¡ª alquil¨® dos habitaciones antes de los ataques. Salah Abdeslam alquil¨® al menos el Volkswagen Polo negro que usaron los atacantes de la sala de fiestas. Viv¨ªa en Molenbeek y es, junto a Abaaoud, el yihadista m¨¢s buscado por las polic¨ªas de toda Europa.
En el ataque m¨²ltiple, los tres grupos que intervinieron emplearon otros tantos coches alquilados en B¨¦lgica por los hermanos Abdeslam. El seguimiento de ambos revela una cadena de desprop¨®sitos por parte de las autoridades, informa Luc¨ªa Abell¨¢n. Los dos fueron interrogados por la polic¨ªa a principios de este a?o, pero quedaron en libertad porque ¡°no mostraban signos de constituir una posible amenaza¡±, admiti¨® la fiscal¨ªa federal belga, que desarrolla una investigaci¨®n paralela a la francesa.
Como casi medio millar de ciudadanos en B¨¦lgica, Ibrahim Abdeslam hab¨ªa intentado en enero viajar a Siria para unirse al Estado Isl¨¢mico. Turqu¨ªa, fuertemente presionada por la UE para descubrir y frenar estas rutas que atraviesan su territorio, lo impidi¨®. Cuando Ibrahim volvi¨® a B¨¦lgica en febrero, los dos hermanos fueron interrogados por las autoridades. ¡°Sab¨ªamos que estaban radicalizados y que podr¨ªan ir a Siria, pero no parec¨ªan ser una amenaza. Incluso si lo hubi¨¦ramos comunicado a Francia, dudo que pudi¨¦ramos haberlos frenado¡±, reconoci¨® con pasmosa franqueza el portavoz de la fiscal¨ªa a la agencia France Presse.
Las autoridades no lograron reunir pruebas de participaci¨®n en grupo terrorista. S¨ª ten¨ªan constancia, en cambio, de que Salah Abdeslam hab¨ªa participado en robos y tr¨¢fico de drogas. Las autoridades holandesas lo pararon en un control rutinario en febrero y descubrieron que llevaba marihuana.
El s¨¢bado por la ma?ana, al d¨ªa siguiente de la matanza, Abdeslam cruz¨® la frontera de Francia a B¨¦lgica pese a que polic¨ªas franceses le pararon e identificaron cuando iba acompa?ado por dos individuos detenidos despu¨¦s.
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