Par¨ªs: Contra la barbarie, la cultura
El pianista onubense Javier Perianes protagoniza en la capital francesa la reapertura de los teatros
Suspir¨® la sala en un "ay", se encogieron los espectadores en sus butacas cuando Javier Perianes invoc¨®, convoc¨®, en el piano el Nocturno m¨¢s emocionante de Chopin. Una m¨²sica terap¨¦utica, melanc¨®lica, a medida de un estado de ¨¢nimo postraum¨¢tico y vinculada a la idiosincrasia de Par¨ªs. Aqu¨ª est¨¢ enterrado el compositor polaco. Aqu¨ª lo resucit¨® Javier Perianes en una reivindicaci¨®n de la cultura frente a la barbarie, suscitando entre los espectadores una emoci¨®n tel¨²rica, una ingenuidad frente al miedo que se escapaba por los surcos de las mejillas.
Abarrotaron el teatro de Champs Elys¨¦es en la gran noche de la restauraci¨®n cultural. Se hab¨ªan observado tres d¨ªas de duelo. Y el cuarto era al mismo tiempo un homenaje a los difuntos. Lo explicaba Javier Perianes en su camerino: "Lo mejor que podemos hacer es reaccionar con nuestra normalidad. Demostrarles a los terroristas que no han alterado nuestra vida ni nuestra celebraci¨®n de la cultura".
Se entiende as¨ª la comuni¨®n del concierto en la sala de los milagros, un teatro art d¨¦co en cuya historia centenaria se amontonan los esc¨¢ndalos de la vanguardia --fue un desastre "La consagraci¨®n de la primavera"--, las contorsiones de Josephine Baker, los telones de Picasso, la dramaturgia de Cocteau y el culto a la est¨¦tica francesa.
El yihadismo lo hubiera arrasado todo, pero la m¨²sica es inmaterial, indestructible. Lo demostr¨® Javier Perianes con su apabullante interpretaci¨®n del Quinto concierto para piano de Beethoven, tan vinculado a Par¨ªs que el compositor germano se lo dedic¨® a Napole¨®n cuando Bonaparte no hab¨ªa degenerado en un aut¨®crata visionario.
Ten¨ªa sentido en la noche del martes el Adagio del concierto, una plegaria, una oraci¨®n que Perianes interpret¨® desde la sensibilidad propia y desde la clarividencia de un m¨¦dium. "Porque es una m¨²sica metaf¨ªsica", a?ad¨ªa el pianista onubense, un pasaje que nos eleva. Sent¨ªa en el escenario una emoci¨®n muy especial. Todos, los m¨²sicos, los espectadores, ¨¦ramos conscientes de que nos un¨ªa el fervor hacia la cultura".
"Todos, los m¨²sicos, los espectadores, ¨¦ramos conscientes de que nos un¨ªa el fervor hacia la cultura"
No se dejaron intimidar los parisinos en el regreso a los teatros. Tuvieron paciencia con los controles de seguridad, m¨¢s severos que nunca en el Teatro de Champs Elys¨¦es porque la joya de la arquitectura d¨¦co se encuentra en el per¨ªmetro dorado de Par¨ªs.
Lo prueban las boutiques de lujo y las joyer¨ªas, aunque no hab¨ªa distancias sociales en el concierto de Perianes. Ancianos como Pierre, que nunca se plante¨® dejar libre su asiento ("eso es lo que pretenden los terroristas"). Y j¨®venes, muy j¨®venes, como Sabine, orgullosa de convertir la reapertura del teatro en un acto militante.
"Militante de la cultura", explicaba. "Porque los terroristas han querido comprometer nuestra manera de vivir, nuestra civilizaci¨®n. Han ido a por nosotros, los j¨®venes, para escarmentar el placer de vivir o la costumbre vida nocturna. No he tenido miedo de volver al teatro. Pero s¨ª he venido sugestionada, impresionada".
Se percib¨ªa una conmoci¨®n en el patio de butacas. Ni siquiera tos¨ªan los espectadores, menos a¨²n cuando Perianes cit¨® en el escenario a Chopin. Un Nocturno no es la noche oscura, es la oscuridad que ya aloja la luz en su regazo y que define la sensibilidad de los parisinos despu¨¦s de haberlos zarandeado la masacre.
Ten¨ªan una sorpresa al abandonar el teatro. Les sorprend¨ªa, a la derecha de la Avenida Montaigne, el espect¨¢culo de la torre Eiffel iluminada con la bandera de Francia. Un fogonazo en la noche y una reivindicaci¨®n que ya hab¨ªa expuesto la anfitriona del concierto -tocaba la Orquesta de C¨¢mara de Par¨ªs- en un delicado parlamento a los espectadores: la respuesta a la barbarie es la cultura. Y la mejor manera de vivirla es precisamente compartirla.
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