Argentina en el camino de una gobernabilidad diferente
La colaboraci¨®n entre el mundo de las ideas y la pol¨ªtica puede ser una de las herramientas para la redemocratizaci¨®n argentina
En Argentina existe un estado de ¨¢nimo que ha llenado bibliotecas, mesas de caf¨¦ y p¨¢ginas de diarios y revistas. La idea general de la inexorabilidad del peronismo como ¨²nico partido en condiciones de gobernar ha generado, con el paso del tiempo, una subclase de buscadores eternos del peronismo bueno.
Unos y otros se la han pasado, y todav¨ªa se la pasan, buscando los argumentos que confirmen la hip¨®tesis tr¨¢gica de la pol¨ªtica argentina bajo las mil formas del peronismo.
Una de las m¨¢s sutiles formas de insistir con esta argumentaci¨®n, es analizar las posibilidades de un pr¨®ximo gobierno de Cambiemos desde una posici¨®n que privilegia la descripci¨®n cartogr¨¢fica de los problemas frente a la posibilidad creativa de utilizar la imaginaci¨®n y la acci¨®n pol¨ªtica para solucionarlos.
Algunos, como Monseiur Jourdain del Burgu¨¦s gentilhombre de Moli¨¨re, hablan en prosa sin saberlo. El se?alamiento de las dificultades y las faltas es un ejercicio intelectual posible y leg¨ªtimo, pero no es el ¨²nico. Incluso, podr¨ªa decirse que el m¨¢s sencillo. Cualquier personas medianamente entrenada puede, si se detiene el suficiente tiempo, encontrar las fallas y las ausencias de cualquier proceso, discurso o pr¨¢ctica.
No hay ninguna posibilidad epistemol¨®gica de abarcarlo todo. Por lo tanto, los buscadores de errores cuentan con muchas ventajas pr¨¢cticas. Afortunadamente, este no es el ¨²nico camino reflexivo posible. La democracia liberal necesita de su dimensi¨®n experimental para crecer y esta requiere de una posici¨®n filos¨®fica distinta, m¨¢s apegada a met¨¢foras de creaci¨®n que de descubrimiento.
?Cu¨¢l podr¨ªa ser una manera que combine rigurosidad anal¨ªtica con esperanza social y que colabore en pensar esta nueva etapa en Argentina? ?Existe realmente la posibilidad de dejar de mapear tragedias y permitirse la estimulante presencia de la imaginaci¨®n pol¨ªtica?
Creo que el dato central para esta inversi¨®n en los t¨¦rminos de la ecuaci¨®n pol¨ªtica hay que buscarlo en las modificaciones dentro de la cultura pol¨ªtica argentina.
Si la coalici¨®n pol¨ªtica Cambiemos, formado por el PRO, la Uni¨®n C¨ªvica Radical y la Coalici¨®n C¨ªvica, un conglomerado que mezcla elementos republicanos y desarrollistas con chispeos espor¨¢dicos y difusos de liberalismo, logra imponerse frente a la exacerbaci¨®n populista del Peronismo y su candidato, ser¨¢ porque algo de la cultura pol¨ªtica argentina ha cambiado lo suficiente.
La tolerancia a las formas autoritarias y al salvajismo institucional ha sido hasta ahora muy fuerte en la Argentina, pero puede que su abuso haya generado los anticuerpos suficientes como para darle un corte.
Si sucede que Cambiemos logra ganar la elecci¨®n nacional como lo hizo en la provincia de Buenos Aires, basti¨®n del peronismo y principal fuente de su clientelismo pol¨ªtico, el escenario se modificar¨¢ sustancialmente y esto debe tener impacto en las formas de an¨¢lisis y caracterizaci¨®n.
Si Cambiemos gana, tal vez ser¨¢ un buen momento para dejar de utilizar categor¨ªas rancias de an¨¢lisis pol¨ªtico y muy probablemente se abra la posibilidad de generar un dialecto democr¨¢tico m¨¢s tentativo, m¨¢s dial¨®gico y m¨¢s contempor¨¢neo.
De abrirse esa posibilidad, es necesario hacer los m¨¢s fuertes esfuerzos para modificar la hist¨®rica relaci¨®n entre ideas y pol¨ªtica que existe en la argentina.
Formada en la tradici¨®n franco-renana, la intelectualidad cl¨¢sica argentina se recuesta sobre el concepto de cr¨ªtica y se siente c¨®moda en las ¨¦picas de la resistencia y la denuncia. Por eso, le resulta m¨¢s f¨¢cil advertir sobre los peligros de la gobernabilidad no peronista que aportar para moderar y avanzar en la soluci¨®n de estos problemas.
Si la cultura pol¨ªtica argentina empieza a intentar cambiar, aquellos que trabajamos con las ideas debemos hacer nuestro trabajo con seriedad, creatividad y rigurosidad para colaborar en ese cambio. En nuestro pa¨ªs, fue la sociedad la que marc¨® el camino, colocando los l¨ªmites que los pensadores nunca lograron poner. En mejor situaci¨®n hist¨®rica, es necesario usar las ideas para imaginarse una sociedad diferente y acompa?ar un proceso de normalidad democr¨¢tica.
Para que esto salga bien hace falta tambi¨¦n que los partidos y los pol¨ªticos profesionales cambian su forma de relacionamiento con las ideas. Deben abandonar la tentaci¨®n de mirar al mundo de las ideas ¨²nicamente cuando se convierte en un coro de ¨¢ngeles. La pol¨ªtica debe estar dispuesta a dejarse pensar desde afuera y a que se le se?ale diferencias y discrepancias que discutan su primac¨ªa y su inefabilidad.
La colaboraci¨®n entre el mundo de las ideas y el mundo pol¨ªtico puede ser una de las herramientas posibles para la redemocratizaci¨®n argentina. Tal vez ayude a dejar de pensar que estamos destinados a la decadencia y la tristeza y nos anime a dibujar una sociedad distinta, m¨¢s hospitalaria, m¨¢s sensible, y m¨¢s justa.
*Gabriel Palumbo es profesor universitario y ensayista, autor de El mejor presidente de la historia. Twitter @gabrielpalumbo
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.