?Con Cristina viv¨ªamos mejor?
Probablemente, Scioli podr¨ªa hacer ajustes m¨¢s profundos que Macri
El debate termin¨® con una foto: el ganador besa a la chica, el otro lo mira desde afuera.
Si todas las encuestas, todos los analistas y eso que suele llamarse la calle no se equivocan demasiado, este domingo Mauricio Macri ser¨¢ elegido presidente de los argentinos. Suena raro: cuando empez¨®, hace casi 15 a?os, a armar un peque?o partido de ¡°derecha moderna¡±, nadie imaginaba que alguna vez lo consiguiera. Hasta entonces, en la Argentina, ese sector hab¨ªa sido representado por los militares y sus golpes o los peronistas y sus volteretas ¡ªpero no por una formaci¨®n pol¨ªtica propia. La apuesta no era f¨¢cil. Fueron necesarios 12 a?os de un gobierno conyugal que habl¨® desde la supuesta izquierda y actu¨® desde sus propios intereses para que millones, hartos de sus enga?os, identificaran izquierdas con corrupci¨®n, autoritarismo, injusticias diversas, y decidieran optar por las dos propuestas m¨¢s conservadoras: el peronista Scioli, el ingeniero Macri. Y entre ellas, parece, la que les promete m¨¢s diferencias con el gobierno actual: Macri y su Cambiemos. Aunque muchos de sus votantes no lo elijan por la positiva; prefieren, por una vez, el ¡ªacaso¡ª malo por conocer al malo conocido.
El domingo pasado los dos se debatieron con cuidado. Macri no quer¨ªa arriesgar, Scioli no sab¨ªa c¨®mo hacerlo. Los temas que no trataron fueron los grandes temas pendientes del pa¨ªs: modelos de desarrollo, uso de los recursos, desigualdad, energ¨ªa, medio ambiente, corrupci¨®n, gobernabilidad. Y, sobre todo, ninguno quiso precisar sus proyectos econ¨®micos: la econom¨ªa ¡ªcomo casi siempre¡ª es el gran problema del futuro inmediato. El gobierno Fern¨¢ndez ha venido gastando reservas que no ten¨ªa en comprar gas y petr¨®leo que el pa¨ªs dej¨® de producir bajo su mandato, y en mantener subsidios al consumo que benefician m¨¢s a los ricos que a los pobres. Su sistema econ¨®mico depend¨ªa de una condici¨®n: que no durara mucho tiempo. Ahora, con las arcas vaciadas, los dos candidatos, de estirpe liberal, querr¨¢n equilibrar las cuentas recortando los gastos del Estado.
Es, por supuesto, una receta para la reyerta: nadie quiere perder lo que considera suyo, y los primeros meses del futuro gobierno se anuncian complicados. Lo curioso es que, probablemente, Scioli podr¨ªa hacer ajustes m¨¢s profundos que Macri: sostenido por el aparato peronista y sus sindicatos, la respuesta popular a sus medidas antipopulares ser¨ªa m¨¢s contenida. En cambio Macri, convertido en el blanco de todos los ca?ones peronistas, deber¨ªa cuidarse al m¨¢ximo y, por lo tanto, moderar cada medida que tome en este lapso.
Si gana, de todos modos, los ataques est¨¢n garantizados: para sobrevivir, para intentar volver, el n¨²cleo duro del peronismo kirchnerista necesita convencer a la sociedad de que ¡°con Cristina viv¨ªamos mejor¡±, as¨ª que debe hacer de todo para que todo est¨¦ peor. La tarea es f¨¢cil pero peligrosa. De cu¨¢nto fallen en ella, y de la habilidad del nuevo presidente para convencer a peronistas varios de dejar atr¨¢s a su ex jefa y asociarse con ¨¦l, depender¨¢ el destino de la Argentina en los tiempos que empiezan.
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