El ISIS y la din¨¢mica del genocida
El psiquiatra y antrop¨®logo franc¨¦s Richard Rechtman estudia los procesos que convierten a j¨®venes anodinos en islamistas radicales y verdugos sin alma
Desde los atentados contra la revista sat¨ªrica Charlie Hebdo y el supermercado jud¨ªo Hypercacher, incluso antes, desde que ciudadanos de toda Europa comenzaron a acudir a Siria para combatir bajo la bandera negra del terror del Estados Isl¨¢mico (ISIS), Francia ha tratado de responder a una pregunta: ?c¨®mo es posible?, ?qu¨¦ lleva a unos j¨®venes franceses a cometer cr¨ªmenes atroces, no s¨®lo en Francia sino tambi¨¦n en Oriente Pr¨®ximo? La masacre del 13-N en Par¨ªs (130 personas muertas y tres centenares de heridos) ha hecho todav¨ªa m¨¢s urgente encontrar una respuesta que es dudoso que exista.
Las tertulias de radio y televisi¨®n, la prensa, pero tambi¨¦n las mesas de novedades de las librer¨ªas, se han llenado de todo tipo de an¨¢lisis sobre el proceso de radicalizaci¨®n. A expertos que llevan d¨¦cadas estudiando el islamismo radical, como Olivier Roy, Gilles Kepel o Farhad Khosrokhavar, se est¨¢n sumando nuevas voces como las que acudieron a un congreso en Par¨ªs en mayo, cuyas conclusiones aparecieron justo estos d¨ªas en Francia en un libro, L¡¯ideal et la cruaut¨¦ (El ideal y la crueldad), coordinado por Fethi Benslama.
El psiquiatra y antrop¨®logo Richard Rechtman (Par¨ªs, 1958) ofrece en este volumen una de las visiones m¨¢s interesantes y novedosas. Frente a la mayor¨ªa de expertos, que parten del estudio del islamismo radical y de Al Qaeda, Rechtman ha logrado articular una mirada diferente porque ha pasado m¨¢s de 30 a?os estudiando los mecanismos que llevaron a la barbarie de los Jemeres Rojos en Camboya. No sostiene que el ISIS est¨¦ llevando a cabo un genocidio como el de Camboya en los setenta, pero s¨ª que los procesos que convierten a j¨®venes aparentemente anodinos en verdugos son parecidos. ¡°Se puede trazar solo un paralelismo con los peque?os verdugos de Camboya y tambi¨¦n con lo que llamo los genocidas en general¡±, explica durante una entrevista en su consulta de psiquiatra en Par¨ªs, situada cerca de los Jardines de Luxemburgo. ¡°Establezco una diferencia entre el genocidio y los genocidas. El genocidio tiene una definici¨®n jur¨ªdica, muy precisa, la exterminaci¨®n de un pueblo. No es a lo que me refiero, sino a que dentro del genocidio est¨¢n los genocidas, los que llevan a cabo el crimen, que encontramos en los procesos b¨¦licos o incluso en el terrorismo¡±, prosigue Rechtman, autor de libros como The Empire of Trauma. An Inquiry into the Condition of Victimhood [El Imperio del trauma: una investigaci¨®n sobre la condici¨®n de v¨ªctima] (Princeton University Press, 2009) o Les vivantes [Las vivientes] (Editions L¨¦o Scheer), novela ambientada durante el genocidio de Camboya.
Este investigador, director de Investigaci¨®n en la ?cole des Hautes ?tudes en Sciences Sociales de Par¨ªs y director adjunto del Institut de Recherche Interdisciplinaire sur les Enjeux Sociaux (IRIS), agrega: ¡°Hasta ahora los terroristas atacaban sobre todo objetivos simb¨®licos, su idea era matar a seres humanos para atacar un s¨ªmbolo. Pero me parece que el ISIS es un caso diferente. En los atentados contra Charlie Hebdo mataron a caricaturistas para atentar contra la libertad de expresi¨®n como objetivo y mataron a jud¨ªos para atacar al sionismo. Pero los atentados del 13-N no tienen nada que ver, matan a gente por lo que son no por lo que representan. Un polic¨ªa es asesinado porque es polic¨ªa, un jud¨ªo porque es jud¨ªo, un dibujante porque es dibujante y eso es algo que tambi¨¦n encontramos en otros procesos genocidas, donde la gente es asesinada por lo que se supone que deben ser. Pero en el caso del Jemer Rojo, en su b¨²squeda del pueblo nuevo, no importaba lo que pensasen las v¨ªctimas, el solo hecho de ser es suficiente para ser asesinado¡±.
¡°En Camboya se dec¨ªa que, si no matabas, mor¨ªas. Con el EI es mucho m¨¢s complicado, porque se suicidan¡±
Las teor¨ªas de Rechtman recuerdan a relatos sobre los verdugos, obras cuya lectura resulta dif¨ªcil de olvidar como No matar¨ªan una mosca, de Slavenka Drakulic, sobre los Balcanes ¨Ccuenta el caso de un vecino ejemplar, que acab¨® con una ampolla en el dedo que utilizaba para disparar tras pasar horas asesinando musulmanes en Srebrenica¨C o Aquellos hombres grises. El batall¨®n 101 y la soluci¨®n final en Polonia, de Christopher Browning, sobre un grupo de polic¨ªas alemanes jubilados que asesinaron a decenas de miles de jud¨ªos durante la II Guerra Mundial. Tambi¨¦n hay ecos del impresionante libro del mexicano Sergio Gonz¨¢lez Rodr¨ªguez sobre los asesinos del narco mexicano, El hombre sin cabeza, o del documental de Joshua Oppeinheimer sobre las masacres anticomunistas en Indonesia en los sesenta, The Act of Killing.
¡°Es m¨¢s c¨®modo identificar a los verdugos como gente malvada, s¨¢dica, pero no es as¨ª¡±, explica. ¡°Los genocidas hacen lo que les piden sin hacerse preguntas. Aqu¨ª adem¨¢s hay una dimensi¨®n de teatralidad, que los terroristas manejan muy bien. Los miembros del ISIS son occidentales, conocen Europa y a la vez Oriente Pr¨®ximo, as¨ª que tienen un conocimiento excepcional de lo que nos aterroriza y a la vez les glorifica¡±. Preguntado sobre si como psiquiatra puede encontrar una patolog¨ªa com¨²n en los terroristas del ISIS, responde con un rotundo no: ¡°No existe una explicaci¨®n psicol¨®gica. Hay un momento en que toman una decisi¨®n: hacerlo. La cuesti¨®n que nos plantea el ISIS es que, hasta ahora, para explicar a los verdugos se dec¨ªa muchas veces que esa gente no ten¨ªa elecci¨®n. En Camboya se dec¨ªa que, si no matabas, mor¨ªas. Con el ISIS es mucho m¨¢s complicado porque se suicidan. Pero creo que eso demuestra que no es el miedo a la muerte lo que les hace actuar, es un discurso que se lanza posteriormente cuando se dan cuenta de lo que han hecho¡±.
?Y el islam no tiene nada que ver con el proceso de radicalizaci¨®n del ISIS? ¡°No podemos decir que el islam no tenga nada que ver con esto, podemos afirmar que los musulmanes europeos no tienen nada que ver. Es como si dij¨¦semos que el comunismo no tiene nada que ver con los Jemeres Rojos, no se puede decir, hay una relaci¨®n, aunque no encontramos nada en el comunismo que pueda explicar por s¨ª solo lo que ocurri¨® en Camboya. Lo que hay es una utilizaci¨®n del islam, hay un tipo de encuentro entre una forma particular de violencia colectiva, que provoca asesinatos, y una ideolog¨ªa. Y existen en el islam elementos que son favorables a este encuentro¡±.
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