El mundo busca el primer pacto global contra el cambio clim¨¢tico
150 presidentes y jefes de Estado participan en la apertura de la cumbre de Par¨ªs La financiaci¨®n y la vinculaci¨®n jur¨ªdica del pacto son los puntos que m¨¢s tensi¨®n despiertan
El mundo tratar¨¢ de cerrar en Par¨ªs el primer acuerdo global contra el cambio clim¨¢tico en los pr¨®ximos 15 d¨ªas. 195 pa¨ªses buscan reemplazar el Protocolo de Kioto, un pacto que desde su aprobaci¨®n en 1997 no ha conseguido reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero. A diferencia de Kioto, que cubr¨ªa el 11% de las emisiones ¡ªy que no vincul¨® a China y EE UU en la mitigaci¨®n¡ª, ahora se intenta un pacto que comprometa a todos. Casi 180 pa¨ªses han presentado antes de la cumbre planes voluntarios de reducci¨®n de emisiones. Pero esos esfuerzos no son suficientes para impedir que la temperatura suba m¨¢s de dos grados a final de siglo, el l¨ªmite fijado por la ciencia como cr¨ªtico. Encontrar la forma de superar esa brecha, la financiaci¨®n de la adaptaci¨®n y el grado de vinculaci¨®n son los retos de la cumbre.
M¨¢s de 140 presidentes y jefes de Estado tomar¨¢n la palabra hoy en la capital francesa en uno de los mayores encuentros diplom¨¢ticos registrados fuera de Nueva York, sede de la ONU. Y sus discursos versar¨¢n sobre un problema com¨²n que recorre de norte a sur el planeta: el calentamiento global. "La lucha contra el cambio clim¨¢tico y la lucha contra el terrorismo ser¨¢n los dos principales desaf¨ªos del siglo XXI", dec¨ªa este s¨¢bado a EL PA?S Laurent Fabius, ministro de Exteriores de Francia, el pa¨ªs anfitri¨®n que lleva meses de trabajo diplom¨¢tico para que se cierre un acuerdo el 11 de diciembre.?
Poco tiempo y demasiados corchetes
Cuando a finales de octubre se dio por cerrada la reuni¨®n preparatoria de Bonn (Alemania), el resultado fue un texto de 51 p¨¢ginas con demasiados corchetes, muestra de los desacuerdos que a¨²n existen entre los 195 pa¨ªses que negocian un acuerdo clim¨¢tico. Ese texto de Bonn es la base sobre la que se negociar¨¢ en Par¨ªs.? El 11 de diciembre deber¨ªa estar listo ya el nuevo protocolo, pero no se descarta que pueda necesitarse m¨¢s tiempo.
El nombre de Par¨ªs, una ciudad traumatizada por los atentados de hace unos d¨ªas, puede quedar unido para muchas d¨¦cadas a la lucha contra el calentamiento global si de la cumbre internacional que acoge (la COP21) sale un pacto efectivo dentro de dos semanas. Este 2015 est¨¢ a punto de cerrarse como el a?o m¨¢s c¨¢lido desde que hay registros. Paralelamente, la acumulaci¨®n de gases de efecto invernadero en la atm¨®sfera tambi¨¦n est¨¢ en niveles hist¨®ricos. La ciencia (de forma casi un¨¢nime) relaciona estos dos hechos y los Gobiernos han asumido ya esa vinculaci¨®n.
Pese a las alertas, el ser humano ha seguido aumentando las emisiones a trav¨¦s de la generaci¨®n de energ¨ªa, la industria, el transporte y la agricultura en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Se prev¨¦ que en 2020 el volumen de emisiones mundiales anuales se duplique respecto a 1970.
Ya se han celebrado 20 reuniones de la ONU como la que acoge Par¨ªs, sin que se haya cerrado un acuerdo que comprometa a todos en la reducci¨®n de emisiones. El protocolo que se quiere sustituir, el de Kioto (1997), solo cubr¨ªa el 11% de las emisiones mundiales. Ahora se quiere llegar al 100% y para eso es necesario que esta vez est¨¦n China y Estados Unidos, las dos principales potencias econ¨®micas y emisoras de CO2. Ambos han dado algunos pasos, como presentar sus planes de reducci¨®n de emisiones ante la ONU. Pero sus compromisos no est¨¢n entre los m¨¢s ambiciosos.
La Uni¨®n Europea, que negocia como un bloque, llega con una de las propuestas m¨¢s fuertes: reducir al menos un 40% sus emisiones en 2030 respecto a 1990. Y con un mensaje: se puede crecer econ¨®micamente con menos CO2. Entre 1990 y 2012, las emisiones cayeron en Europa un 17,9%. Eso es en t¨¦rminos globales, porque hay excepciones nacionales como Espa?a, donde en ese mismo plazo crecieron un 22,5%.
Pero Europa solo representa al 10% de las emisiones mundiales. Sin China y EE UU, se volver¨¢ a fracasar en el objetivo que se quiere fijar: reducir las emisiones para que en 2100 el incremento de la temperatura no supere los dos grados de media respecto a antes de la Revoluci¨®n Industrial.
Esta vez, tras seis a?os intentando cerrar el pacto, las dos principales potencias han mostrado voluntad de acuerdo. El problema surge al bajar al detalle. Por ejemplo, la UE quiere que el acuerdo tenga puntos jur¨ªdicamente vinculantes, algo que incomoda EE UU, que no lleg¨® a ratificar Kioto precisamente por esa obligaci¨®n jur¨ªdica. "La UE no aceptar¨¢ solo una declaraci¨®n de principios", dice el secretario de Estado de Medio Ambiente de Espa?a, Pablo Saavedra.
"El acuerdo debe ser jur¨ªdicamente vinculante y con metas claras", insiste el ministro colombiano de Medio Ambiente, Gabriel Vallejo. Su pa¨ªs est¨¢ dentro del bloque de pa¨ªses que no son los principales causantes del cambio clim¨¢tico pero que han presentado compromisos de reducci¨®n de emisiones. Colombia propone bajarlas un 20% respecto a 2010. Pero podr¨ªa llegar al 30% si recibiera financiaci¨®n extra.
Aqu¨ª est¨¢ otro de los puntos de tensi¨®n de Par¨ªs: la financiaci¨®n. Hay dudas sobre qui¨¦n debe poner los 100.000 millones de d¨®lares anuales que a partir de 2020 deben estar dentro del llamado Fondo Verde. "Tiene que aportar todo aquel que pueda seg¨²n sus capacidades", opina Vallejo. Sin embargo, otros Estados insisten en que tienen que encargarse de la financiaci¨®n los que han desatado el problema: los pa¨ªses desarrollados tras d¨¦cadas de emisiones.
En el pacto parece que fijar¨¢ la meta de los dos grados. Pero los compromisos de mitigaci¨®n que 180 pa¨ªses ¡ªel 95% de las emisiones mundiales¡ª han presentado antes de la cumbre no son suficientes y colocan al planeta en un incremento de al menos 2,7 grados. La UE pretende que, para solucionar esta brecha, cada cinco a?os se revise al alza el acuerdo. "Ni China ni EE UU quieren la revisi¨®n al alza", dice Valvanera Ulargui, directora de la Oficina Espa?ola de Cambio Clim¨¢tico.
Teresa Ribera ¡ªdirectora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales de Par¨ªs y que acude a la cumbre con la delegaci¨®n francesa¡ª se fija en las consecuencias que tendr¨¢ cerrar un acuerdo ambicioso. En su opini¨®n, se lanzar¨¢ un mensaje a los inversores internacionales del sector de la energ¨ªa, "que en este momento est¨¢n parados".
India y los pa¨ªses del ALBA, en la l¨ªnea dura de la negociaci¨®n
Antes de que comiencen las negociaciones de Par¨ªs, los expertos sit¨²an a India y a los pa¨ªses que forman el grupo ALBA en la l¨ªnea dura de la negociaci¨®n. India mantuvo una de las posiciones m¨¢s duras en la ¨²ltima reuni¨®n del G-20 en Turqu¨ªa. De all¨ª, sali¨® el compromiso de cerrar en Par¨ªs un acuerdo "con fuerza legal", "aplicable a todos" y "ambicioso, justo, equilibrado, durable y din¨¢mico".
India, responsable del 10% de las emisiones mundiales, ha presentado compromisos de reducci¨®n de emisiones antes de la cumbre. Pero en su plan este pa¨ªs sostiene que sus esfuerzos estar¨¢n condicionados a que les llegue una financiaci¨®n de 206.000 millones de d¨®lares. Adem¨¢s, en ese texto recuerda que "no es parte del problema" del cambio clim¨¢tico, en referencia a que han sido las econom¨ªas desarrolladas las que han desencadenado el calentamiento tras d¨¦cadas de uso de combustibles f¨®siles. Este pa¨ªs tambi¨¦n presiona para que desde Occidente se le transfiera tecnolog¨ªa para poder seguir creciendo sin depender tantos de los combustibles f¨®siles.
Venezuela ¡ªcon una econom¨ªa de pendiente de las f¨®siles¡ª y Nicaragua ni siquiera han presentado compromisos de reducci¨®n de gases de efecto invernadero. Bolivia s¨ª ha mandado a la ONU su programa. Pero en el pre¨¢mbulo lanza una advertencia: repudia "la visi¨®n de los imperios y de las transnacionales"? y apuesta por crear un "camino para alcanzar una soluci¨®n a la crisis clim¨¢tica desde una visi¨®n alternativa a la actual".
Los pa¨ªses productores de petr¨®leo tambi¨¦n se muestran reacios a un acuerdo. Un? informe del Instituto para los Recursos Sostenibles de Reino Unido establec¨ªa que, para cumplir con la meta de los dos grados, se necesitar¨ªa dejar bajo tierra un tercio de las reservas mundiales ya conocidas de petr¨®leo, la mitad del gas y el 80% del carb¨®n.
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