?Los ni?os, ni?as y adolescentes de Colombia quieren conocer la paz!
El fin del conflicto es una oportunidad hist¨®rica para que el Estado pueda asegurar un mejor acceso a la educaci¨®n, a la salud y a una vida digna para los menores
Colombia es un pa¨ªs joven. El 32% de sus 47 millones de habitantes tienen menos de 18 a?os. Muchos de estos ni?os, ni?as y adolescentes no saben lo que es vivir en un pa¨ªs en paz.
Est¨¢n tambi¨¦n desproporcionadamente afectados por la pobreza. En los ¨²ltimos a?os se ha logrado la cobertura universal en educaci¨®n primaria. Sin embargo, cientos de miles de ni?os, ni?as y adolescentes, principalmente en ¨¢reas rurales, est¨¢n por fuera del sistema educativo. Frente a una falta de oportunidades educativas y econ¨®micas, muchos terminan uni¨¦ndose a grupos armados no estatales. El sentido de pertenencia, la oportunidad de contar con dinero o de huir de situaciones de maltrato intrafamiliar o sexual, o el encanto de las armas les anima a dejar sus comunidades y sumarse a ellos.
El proceso de paz que desde hace ya tres a?os sostienen en La Habana el Gobierno de Colombia y las FARC-EP es una oportunidad ¨²nica para cambiar esta situaci¨®n. Es una oportunidad para los menores de 18 a?os que actualmente se encuentran en las filas de la guerrilla. El fin del conflicto tambi¨¦n reducir¨ªa dram¨¢ticamente las afectaciones humanitarias sobre los ni?os, ni?as y adolescentes. Esto ya ha venido sucediendo, por ejemplo el n¨²mero de personas obligadas a abandonar sus hogares en eventos de desplazamiento masivo se redujo en casi una tercera parte desde que comenz¨® el proceso de paz. Considerando que cerca de la mitad de los desplazados en Colombia son ni?os, ni?as y adolescentes, esto representa una importante mejor¨ªa.
El fin del conflicto tambi¨¦n es una oportunidad hist¨®rica para que el Estado pueda asegurar un mejor acceso a la educaci¨®n, a la salud y a una vida digna para todos los ni?os, ni?as y adolescentes que actualmente viven en zonas en las que el conflicto tiene un fuerte impacto.
Los ni?os, ni?as y adolescentes de Colombia no pueden ni deben esperar m¨¢s. Como nos recuerda la Constituci¨®n de Colombia en su art¨ªculo 44: ¡°Los derechos de los ni?os prevalecen sobre los derechos de los dem¨¢s.¡± Adem¨¢s, tal y como lo indica el Secretario General de las Naciones Unidas en su informe anual sobre Ni?ez y Conflicto Armado del 2012, en el contexto de un proceso de paz ¡°la protecci¨®n y los derechos de los ni?os constituyen un ¨²til punto de partida para el fomento de la confianza entre las partes.¡± Avances en materia de desvinculaci¨®n y protecci¨®n de los menores de edad podr¨ªan ayudar a fortalecer la confianza entre las partes y el apoyo de la ciudadan¨ªa al proceso de paz.
Tambi¨¦n ser¨¢ fundamental asegurar que los derechos de los ni?os, ni?as y adolescentes est¨¦n integrados en todos los componentes de un modelo de justicia transicional. Sus historias tendr¨¢n que ser o¨ªdas por la Comisi¨®n de la Verdad. Su victimizaci¨®n priorizada por una Jurisdicci¨®n Especial para la Paz. La reparaci¨®n tendr¨¢ que tener un enfoque diferencial para ellos. Y, sobre todo, habr¨¢ que asegurar garant¨ªas de no repetici¨®n robustas que eviten que vuelvan a ser captados por grupos armados no estatales ya existentes o nuevos.
Los ni?os, ni?as y adolescentes son clave para la construcci¨®n de la paz; deben ser los abanderados de una nueva Colombia. Es responsabilidad de todos y todas, empezando por los que hoy est¨¢n sentados frente a frente negociando en La Habana, que los ni?os, ni?as y adolescentes colombianos vivan finalmente en un pa¨ªs en paz.
Fabrizio Hochschild es coordinador Residente y Humanitario de Naciones Unidas en Colombia
Roberto de Bernardi es representante de UNICEF Colombia
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