¡°Para un musulm¨¢n no hay d¨®nde radicalizarse en San Bernardino¡±

Cerca de 2.000 personas recordaban el jueves por la noche a las v¨ªctimas de la matanza de San Bernardino en una vigilia en el estadio de b¨¦isbol local. Entre el p¨²blico, dos j¨®venes llamaban la atenci¨®n. Vestidos con atuendo m¨¢s propio de desiertos de Oriente Medio que del desierto californiano, los hermanos Raheman Ali, de 18 a?os, y Nizam Ali, de 23, explicaban en medio del ambiente de duelo que son conscientes de que su ropa llamaba la atenci¨®n pero que quieren ¡°combatir el estereotipo con el estereotipo¡±. ¡°Ellos [los terroristas] se visten como yo, no yo como ellos¡±, dec¨ªa Nizam.

Los hermanos Ali conocieron a Syed Rizwan Farook, el hombre de 28 a?os que seg¨²n la polic¨ªa el pasado mi¨¦rcoles por la ma?ana mat¨® a tiros a 14 personas e hiri¨® a otras 21 en un centro de rehabilitaci¨®n. Las v¨ªctimas eran en su mayor¨ªa compa?eros de trabajo del asesino, inspector de sanidad del condado. La palabra ¡°terrorismo¡± ya forma parte oficialmente de la investigaci¨®n.

¡°Lo conocimos hace dos a?os, cuando empez¨® a venir por la mezquita¡±, contaba el jueves por la noche Raheman Ali, que se pas¨® el d¨ªa dando entrevistas. ¡°Era muy t¨ªmido. Al principio casi no hablaba, pero despu¨¦s se fue abriendo y lo fuimos conociendo m¨¢s¡±. Aun as¨ª aseguran que no eran amigos, sino ¡°conocidos¡± del rezo. Farook, a quien conoc¨ªan simplemente como Rizwan, acud¨ªa casi a diario a la mezquita Dar Al Uloom Al Islamiyah, en un barrio deprimido de las afueras de San Bernardino, donde coincid¨ªa con estos j¨®venes a la hora del descanso para el almuerzo de su trabajo. A diario van a rezar unas 10 personas. Los viernes se juntan unas 400.

¡°Nunca habl¨® de pol¨ªtica o de armas¡±, aseguraba Raheman. Lo m¨¢s privado que les cont¨® fue que iba a viajar a Arabia Saud¨ª a hacer el peregrinaje a La Meca y a casarse con una mujer paquistan¨ª que hab¨ªa conocido por Internet. La mujer, Tashfeen Malik, particip¨® en la matanza del mi¨¦rcoles y luego fue abatida a tiros por la polic¨ªa junto a ¨¦l. Ambos iban vestidos con material de asalto. En la mezquita, Farook cont¨® que se hab¨ªa casado y que hab¨ªa tenido una ni?a hace seis meses, pero no hablaba de su familia. La ¨²ltima vez que lo vieron fue hace tres semanas.

Los hermanos Ali son nacidos en San Bernardino de una familia originaria de India que se mud¨® a las Islas Fiji. Son norteamericanos y no se explican c¨®mo alguien puede llegar a radicalizarse viviendo en este suburbio del este de Los ?ngeles. Si se le pregunta a Raheman qu¨¦ har¨ªa ¨¦l para tener una conversaci¨®n sobre terrorismo, responde: ¡°Solo se me ocurre conectar con alguien en el extranjero. Aqu¨ª en Am¨¦rica ser¨ªa muy dif¨ªcil. Yo, honestamente no sabr¨ªa¡±. Nizam a?ade que es imposible. ¡°No podr¨ªas [hablar de islamismo radical] porque nadie en nuestra comunidad te dejar¨ªa. Todos los imanes y l¨ªderes religiosos est¨¢n alerta. Yo mismo, que no soy im¨¢n, si me entero de alguien que tiene esas cosas en la cabeza ser¨ªa el primero en llamar a la polic¨ªa. Esta es mi tierra, este es mi pa¨ªs y eso es inaceptable¡±.

El viernes, el FBI confirm¨® la pista islamista en el ataque. La mujer hab¨ªa puesto un mensaje en Facebook jurando lealtad al grupo terrorista Estado Isl¨¢mico.

A unos kil¨®metros de all¨ª, el im¨¢n del Centro Isl¨¢mico de Redlands, Mohamed Hossein, asegura que ¡°la gente en privado tiene miedo¡± del raro ambiente creado por la masacre. La mezquita de Hossein es la m¨¢s antigua de Redlands y la que m¨¢s cerca est¨¢, a solo dos manzanas, de la casa en la que viv¨ªan Farook y Malik y que ha resultado tener un arsenal en el garaje. Nunca vinieron a rezar aqu¨ª. El viernes, Hossein planea invitar al rezo en esta mezquita a l¨ªderes y fieles de todas las religiones. Todas las mezquitas de la zona derivaban este jueves cualquier comentario al Consejo de Relaciones Isl¨¢mico-Americanas del condado de Orange, que conden¨® los ataques el mismo mi¨¦rcoles.

El jueves por la tarde, 24 horas despu¨¦s del tiroteo en el que murieron los asaltantes, la polic¨ªa segu¨ªa registrando la vivienda en un barrio de clase media en la que viv¨ªan. Hasta 12 artefactos explosivos fueron hallados en el garaje, con material para fabricar m¨¢s. La calle parece sacada de cualquier serie de televisi¨®n sobre un suburbio californiano. Un barrio de familias blancas, mexicanas, filipinas o iran¨ªes, en uno de cuyos garajes hab¨ªa un arsenal.