Tiempo nuevo
La historia en Am¨¦rica Latina se ha acelerado hacia un gran cambio de ciclo
El domingo pasado Nicol¨¢s Maduro perdi¨® el control de la Asamblea Nacional. Cuatro d¨ªas antes, su aliada Dilma Rousseff subi¨® a la cuerda floja: el presidente de la C¨¢mara de Diputados brasile?a abri¨® el proceso de juicio pol¨ªtico en contra de ella. Diez d¨ªas antes, Mauricio Macri derrotaba a Daniel Scioli y pon¨ªa fin a 12 a?os de dominio kirchnerista en la Argentina. La historia en Am¨¦rica Latina se ha acelerado hacia un gran cambio de ciclo.
Venezuela inicia transici¨®n promisoria y preocupante. Maduro, debilitado, debe maniobrar con una econom¨ªa afectada por el desabastecimiento, que amenaza con alcanzar el 200% de inflaci¨®n y entre 6 y 7% de ca¨ªda del producto. Sobre la criminalidad no existen estad¨ªsticas, pero seg¨²n los especialistas este a?o aumentar¨ªa un 8% respecto de 2014. La administraci¨®n est¨¢ corro¨ªda por la corrupci¨®n y sospechada de vinculaciones con el narcotr¨¢fico.
Sobre este paisaje se precipita la crisis que se abri¨® el domingo. El electorado quebr¨® la viga maestra de todo r¨¦gimen autoritario: la ilusi¨®n de eternidad. Los enigmas son inquietantes. ?C¨®mo har¨¢ Maduro, que lidera a su movimiento como un primus inter pares, para evitar la dispersi¨®n de su frente interno? ?C¨®mo har¨¢ el chavismo, que funciona como una hegemon¨ªa populista, para aceptar que la divisi¨®n de poderes se vuelva operativa?
El presidente no tuvo una reacci¨®n alentadora. Interpret¨® la victoria de sus opositores como la ¨²ltima manifestaci¨®n de un complot econ¨®mico. Para ¨¦l, el triunfo de una visi¨®n alternativa del pa¨ªs es el triunfo de una contrarrevoluci¨®n. Cualquier lectura pluralista queda cancelada. Los chavistas se replegar¨¢n sobre s¨ª mismos. Ellos o nosotros. La estrategia oficial seguir¨¢ siendo el conflicto.
El r¨¦gimen bolivariano entra en agon¨ªa en el contexto de un gran cambio clim¨¢tico. La brasile?a Rousseff ya no puede ofrecer a su vecino un apoyo incondicional, porque est¨¢ sacudida por su propia tormenta. El mi¨¦rcoles pasado, Eduardo Cunha, el presidente de la C¨¢mara de Diputados, acept¨® iniciar el juicio pol¨ªtico contra la presidenta por violaciones a la ley presupuestaria. El Partido de los Trabajadores denunci¨® una conspiraci¨®n. De nuevo: ellos o nosotros. El inconveniente de Rousseff es que hay un actor muy relevante que no se ajusta a esa clasificaci¨®n. Es Michel Temer, el vicepresidente.
Mientras desde el Palacio del Planalto le exigen un respaldo a la presidenta, Temer negocia con la oposici¨®n del PSDB el lanzamiento de un nuevo Gobierno encabezado por ¨¦l mismo. Temer lidera el PMDB, principal aliado de Rousseff, que cuenta con la bancada m¨¢s numerosa del Congreso. El PMDB tiene la llave de la continuidad o la ca¨ªda de Rousseff. Uno de sus representantes en el gabinete, Eliseu Padilha, acaba de renunciar como ministro de Aviaci¨®n. Padilha responde a Temer.
Los sigilosos movimientos del vicepresidente son alentados por empresarios y banqueros. Ellos suponen que, por su irreversible falta de consenso, Dilma har¨¢ que la recesi¨®n brasile?a se prolongue hasta 2018. Conf¨ªan en que Temer ofrecer¨ªa un programa m¨¢s cre¨ªble. Esos agentes econ¨®micos aplaudieron a Fernando Henrique Cardoso cuando, hace dos semanas, pidi¨® la renuncia de Rousseff.
El viernes pasado, en San Pablo, se organiz¨® una escena que reflej¨® bien esa expectativa. Los industriales de esa ciudad recibieron al reemplazante de Cristina Kirchner como ¡°nuestro presidente Macri¡±. El nuevo mandatario, que asumir¨¢ este jueves, ven¨ªa de reunirse con Rousseff. En esas conversaciones se pueden atisbar las consecuencias del cambio pol¨ªtico que registra la regi¨®n.
Rousseff logr¨® que Macri no insistiera en pedir la suspensi¨®n de Venezuela del Mercosur sin verificar el comportamiento de Maduro ante la derrota. Pero debi¨® comprometerse a que Brasil dejar¨¢ de callar ante las violaciones de derechos humanos que padecen los rivales del chavismo. Es lo que piden a Rousseff sus opositores.
Macri defendi¨® una pol¨ªtica comercial menos proteccionista. Prometi¨® acelerar el acuerdo de liberalizaci¨®n con la Uni¨®n Europea, que deber¨ªa suscribirse el a?o pr¨®ximo. Y alent¨® las negociaciones entre el Mercosur y la Alianza del Pac¨ªfico. Macri trat¨® la misma agenda con Michelle Bachelet, tambi¨¦n el viernes, en Santiago, durante una reuni¨®n en la que particip¨® el uruguayo Tabar¨¦ V¨¢zquez. En 2018 la regi¨®n podr¨ªa convertirse en una zona de libre comercio. El ALCA, demonio del discurso internacional bolivariano, vuelve a escena, por otros medios.
El aislamiento internacional es uno de los s¨ªntomas inocultables de la declinaci¨®n chavista. Ayer, Maduro recibi¨® un solo saludo solidario: el de Ra¨²l Castro. Fue un auxilio ir¨®nico. Cuando calcularon las consecuencias que tendr¨ªa para sus mecenas venezolanos la ca¨ªda del precio del petr¨®leo, los Castro cancelaron su conflicto con los Estados Unidos con la inobjetable bendici¨®n del Papa.
Estos signos de un tiempo nuevo se recortan sobre un cambio de r¨¦gimen econ¨®mico que condiciona a toda la regi¨®n. La ola de bonanza que permitieron las commodities est¨¢ agotada. La pol¨ªtica de Am¨¦rica Latina regresa al centro para responder al desaf¨ªo de la competitividad.
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