Douglas Tompkins, un fil¨¢ntropo incomprendido
El fundador de The North Face y Esprit compr¨® medio mill¨®n de hect¨¢reas en la Patagonia chilena para dedicarlas a la conservaci¨®n
En Chile ha quedado un sabor amargo tras la muerte del empresario ecologista Douglas Tompkins a los 72 a?os. Pero no solo porque el norteamericano falleci¨® por un motivo tr¨¢gico, un accidente. Con su muerte el martes pasado por la tarde, despu¨¦s de que su kayak volcara cuando navegaba en el g¨¦lido lago General Carrera, entre los chilenos ha quedado la sensaci¨®n de que se le trat¨® con poca justicia. Radicado en el pa¨ªs desde comienzos de los noventa, se dedic¨® los ¨²ltimos 25 a?os de su vida a comprar tierras de la Patagonia para asegurar su conservaci¨®n. En Chile lleg¨® a poseer unas 500.000 hect¨¢reas de bosques, r¨ªos y monta?as para contribuir a la protecci¨®n de estas ¨¢reas silvestres de la Tierra y combatir la crisis de extinci¨®n global. En el pa¨ªs, sin embargo, siempre se le vio con cierta desconfianza. Y tanto las autoridades de los primeros Gobiernos democr¨¢ticos como parte de la sociedad nunca creyeron del todo que su objetivo ¨²ltimo fuera donar las tierras al Estado, como lo comenz¨® a hacer en vida.
El exmandatario Ricardo Lagos (2000-2006), en cuya Administraci¨®n mejor¨® la relaci¨®n del Estado con el ecologista, se?al¨® que ¡°a ratos la labor de Tompkins fue incomprendida¡±. La presidenta Michelle Bachelet lo calific¨® como ¡°un hombre innovador y generoso en la protecci¨®n del patrimonio natural del planeta¡±. ¡°Desde el principio dijo que los parques y santuarios que ¨¦l ten¨ªa en Chile pasar¨ªan a ser bienes p¨²blicos, como ya lo hizo con el parque Yendegaia. En nombre de Chile le queremos agradecer su esp¨ªritu ecol¨®gico y visionario¡±, se?al¨® la jefa de Estado.
Nacido en Ohio en 1943, visit¨® por primera vez Chile en 1961, a los 18 a?os. Pero aunque se dedic¨® durante buena parte de la juventud y adultez a las empresas, fundando las exitosas compa?¨ªas The North Face y Esprit, volvi¨® en m¨²ltiples ocasiones a la zona m¨¢s austral del planeta para escalar, esquiar, navegar en kayak y hacer excursiones. En los a?os noventa, sin embargo, el norteamericano tom¨® la decisi¨®n de dedicarse a la conservaci¨®n a gran escala y abandonar el mundo de los negocios: ¡°No fue una epifan¨ªa, no es que me haya despertado un d¨ªa y lo dej¨¦. Simplemente segu¨ª lo que siempre quise hacer¡±, record¨® Tompkins el a?o pasado.
Como consideraba que la Patagonia era una zona vasta y remota del planeta amenazada por el desastre ecol¨®gico, comenz¨® a formar su imperio verde con la adquisici¨®n de tierras en Chile y Argentina. Lo primero que compr¨® en 1991 fue una finca de 17.000 hect¨¢reas, el Campo Re?ihu¨¦, cuyo bosque nativo y virgen se hallaba amenazado por la tala de ¨¢rboles. Fue el comienzo del Proyecto Pumal¨ªn, la joya de Tompkins. La primera ¨¢rea protegida privada de Chile, actualmente es un parque de unas 300.000 hect¨¢reas y, administrada a trav¨¦s de una fundaci¨®n, tiene acceso p¨²blico. Para incentivar las visitas a estos paisajes ¨²nicos en el planeta el ecologista construy¨® caba?as, sitios para acampar y senderos.
Fan¨¢tico deportista, fot¨®grafo, aviador y responsable de inventos como la tienda de campa?a igl¨², Tompkins fue un fil¨¢ntropo incomprendido. Algunas autoridades de la d¨¦cada de los noventa lo acusaron de presionar a los colonos para vender sus tierras, consideraron que no respetaba las leyes locales y llegaron incluso a planificar su expulsi¨®n. Hubo quienes sospecharon que pretend¨ªa dividir a Chile en dos. Pero aunque termin¨® reconcili¨¢ndose con los presidentes y lleg¨® a tener excelentes relaciones con Lagos, Bachelet y el centroderechista Sebasti¨¢n Pi?era, nunca dej¨® de ser un hombre de batallas. El norteamericano se opuso en reiteradas ocasiones a proyectos locales y de trasnacionales en la Patagonia. Con el apoyo de organizaciones, asesores y nexos con el mundo pol¨ªtico ecologista, que conquist¨® con el paso de los a?os, Tompkins fue uno de los principales activistas contra el megaproyecto el¨¦ctrico HidroAys¨¦n, que finalmente Chile desech¨® en 2014.
En una entrevista reciente anunciaba su plan de retiro de la actividad ambientalista y se?alaba que no le ten¨ªa miedo a la muerte. ¡°Nada de temor. No pienso en eso, pero ¨²ltimamente le presto m¨¢s atenci¨®n a mi reloj biol¨®gico. Tic, tac, tic, tac¡±, cont¨® a comienzos de noviembre. Pero antes de que su kayak se volcara y ¨¦l sufriera una hipotermia tras permanecer por m¨¢s de una hora en las fr¨ªas aguas del lago, el fil¨¢ntropo hab¨ªa alcanzado a abrir una negociaci¨®n con el Gobierno chileno para cumplir su palabra y entregar sus tierras al Estado. A cambio de su donaci¨®n, solicitaba que el fisco decretara ¨¢reas protegidas otras 1.000 hect¨¢reas en la zona sur de Chile. Su abogado, Pedro Pablo Guti¨¦rrez, afirma que la oferta se mantiene vigente y defiende el legado de este norteamericano controvertido que se enamor¨® de Chile: ¡°No hay nadie a nivel mundial que haya hecho las donaciones realizadas por Douglas Tompkins en el siglo XXI¡±.
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