Pero, entonces, ?qui¨¦n ha ganado las elecciones en Francia?
Los resultados finales de los comicios regionales son parad¨®jicos
El complejo sistema electoral franc¨¦s, ideado hace 15 a?os para minimizar el ascenso del Frente Nacional, ha logrado convertir las recientes elecciones regionales del 6 y 13 de diciembre en las votaciones de las paradojas: el partido m¨¢s votado en primera vuelta (el Frente Nacional) no logra un solo gobierno regional, el perdedor (el Partido Socialista) recobra la esperanza en segunda vuelta de mejores resultados a nivel nacional y el que se hace con m¨¢s regiones (Los Republicanos) sabe que su ¨¦xito no es una victoria. La crisis del sistema pol¨ªtico franc¨¦s es m¨¢s profunda que la mera crisis de las estrategias cortoplacistas.
El imparable ascenso de votantes del FN. Hasta 2011, Francia crey¨® que el FN ten¨ªa un techo de cristal. La sucesi¨®n en el partido, con la hija de Jean-Marie Le Pen tomando las riendas, lo desmiente. Tras el susto de la primera vuelta del domingo 6, cuando el FN logr¨® 6 millones de votos, el sistema ha logrado parar a la ultraderecha, pero esta a¨²n ha avanzado en segunda vuelta hasta los 6,8 millones de votos, un r¨¦cord hist¨®rico. Es una cantidad enorme de ciudadanos que se echan en brazos de un partido antisistema que f¨ªa la mejora de Francia a la salida del euro y el cierre de fronteras para los inmigrantes, pero tambi¨¦n para las mercanc¨ªas. Votantes de derecha y de izquierdas rechazan junto a Le Pen los perjuicios que achacan a la mundializaci¨®n: el paro y la precariedad.
La juventud y la normalizaci¨®n del FN. El FN es el partido favorito de los obreros y las clases medias bajas, pero tambi¨¦n de los j¨®venes, lo que asegura su futuro. La irrupci¨®n de Marion Mar¨¦chal-Le Pen, nieta del fundador del partido, en la arena pol¨ªtica es todo un s¨ªmbolo. Con 26 a?os reci¨¦n cumplidos (este jueves), ha resistido mejor que su t¨ªa, Marine Le Pen, en el norte. De la normalizaci¨®n no solo da cuenta el discurso algo m¨¢s moderado de su l¨ªder. Florian Philippot, de 34 a?os, y vicepresidente del partido ha obtenido brillantes resultados en el Gran Este (Alsacia-Champa?a-Ardenas-Lorena), con el 36% de los votos en ambas vueltas. Y Philippot no es un Le Pen. Se form¨® en la Escuela Nacional de Administraci¨®n (ENA), el reputado centro donde se preparan las ¨¦lites administrativas y pol¨ªticas de Francia e hizo campa?a por el socialista Jean-Pierre Chev¨¨nement. Con un perfil tan homologable a los gobernantes tradicionales, es el ide¨®logo de la transformaci¨®n del FN y el autor de su programa econ¨®mico.
El ¨¦xito, que no la victoria, de Sarkozy. Los Republicanos de Sarkozy, que concurr¨ªan con los centristas, han ganado en siete de las 13 regiones metropolitanas, pero incluso un rotativo af¨ªn como Le Figaro ha recordado que una cosa es el ¨¦xito y otra la victoria, y ello a pesar de que la derecha solo gobernaba ahora en una de las 22 regiones existentes (cuyo n¨²mero se ha reducido de la mano de estos comicios). En segunda vuelta, el centroderecha ha superado los diez millones de votos, pero sabe que una parte de ellos es un pr¨¦stamo de la izquierda, que pidi¨® el voto para los candidatos republicanos en las tres regiones para parar al FN. Las regionales, adem¨¢s, suelen castigar al partido en el Gobierno y anunciar un cambio de ciclo. Varios dirigentes del partido cuestionan ahora la estrategia de Sarkozy consistente en fomentar una derecha sin complejos capaz de abrazar tesis ultraderechistas y culpar al tiempo del ascenso del FN a los socialistas. Los principales contendientes de Sarkozy en su carrera de regreso al El¨ªseo, los ex primeros ministros Fran?ois Fillon y Alain Jupp¨¦ hace d¨ªas que afilan cuchillos.
Los Republicanos, ?un partido de centro o de derechas? Hasta hace un par de semanas, el partido de Sarkozy cre¨ªa tener al alcance de la mano la primera vuelta de las presidenciales de 2017, pero estas elecciones han ratificado que Los Republicanos obtienen mayor ¨¦xito all¨¢ donde son m¨¢s moderados. No es casualidad que el radical Christian Estrosi haya tenido m¨¢s problemas frente a Mar¨¦chal-Le Pen que el moderado Xavier Bertrand frente a Marine Le Pen. A nivel nacional, seg¨²n indican las encuestas, tambi¨¦n un candidato moderado como Alain Jupp¨¦ tendr¨ªa m¨¢s opciones contra Le Pen. Una excepci¨®n a esta regla es la victoria del candidato de Sarkozy en Auvernia-R¨®dano-Alpes, Laurent Wauquiez, a pesar de haber radicalizado su discurso pidiendo el internamiento de los sospechosos de terrorismo.
La derrota del Partido Socialista. El partido en el Gobierno ha perdido m¨¢s de la mitad de su poder regional en estas elecciones. Su gran victoria es la de haber frenado al Frente Nacional, como ha comentado alg¨²n ministro. Est¨¢ obligado a reflexionar. Acallados los famosos frondeurs (rebeldes), el Gobierno socialista ha virado hacia la derecha con medidas extremadamente duras en la lucha antiterrorista (positivamente aceptadas por la sociedad), pero ha quedado en evidencia que sin los ecologistas y sin la izquierda radical habr¨ªa casi desaparecido del mapa. El primer ministro, Manuel Valls, cree que la izquierda est¨¢ obligada a reinventarse. El primer secretario socialista, Jean-Crhistophe Cambad¨¦lis, ha llamado a luchar contra la precariedad. Es previsible una remodelaci¨®n de Gobierno en enero, pero la crisis es m¨¢s profunda mientras su electorado siga pas¨¢ndose a la ultraderecha o neg¨¢ndole su voto. Algunas voces hablan de gran coalici¨®n a la alemana. Francia, en su af¨¢n de frenar al FN, no est¨¢ tan lejos de ello.
Adi¨®s a Isla de Francia. La victoria en la regi¨®n m¨¢s rica y poblada de Francia, Isla de Francia, capital Par¨ªs, habr¨ªa dado la vuelta al resultado para los socialistas. Es la ¨²nica regi¨®n donde el FN, con baja implantaci¨®n, ha reculado en segunda vuelta, pero el candidato socialista, un fiel representante de las ¨¦lites pol¨ªticas (el presidente de la Asamblea Nacional, Claude Bartolone), ha sido derrotado por la candidata de Sarkozy, la exministra Val¨¦rie Pecr¨¦sse. Con ella, por cierto, son tres las mujeres que presidir¨¢n una regi¨®n, a pesar de las pocas candidatas que hab¨ªa en liza y de que la pol¨ªtica francesa sigue siendo muy masculina.
La esperanza de Hollande. Ganar en cinco regiones de las 13 ha sido, con todo, una buena noticia para la izquierda, que preve¨ªa una humillante derrota. Las opciones de que Fran?ois Hollande sea finalmente el contrincante de Le Pen no son irreales. Su valoraci¨®n ha ido en aumento, propulsada por la gesti¨®n de la lucha antiterrorista tras los atentados yohadistas de enero y noviembre. Prometi¨® no presentarse si no lograba frenar el paro. Tiene un escaso a?o y medio para conseguirlo.
Los miedos que atenazan al votante. ¡°Acabo de violentar mis principios. Soy ecologista y he votado a Estrosi, al que detesto. Es la tercera vez que tengo que votar a la derecha en Marsella. Creo que voy a necesitar psicoterapia¡±, explicaba con humor un votante este domingo. Valls dijo desear volver a entusiasmar a los votantes para que dejen de votar en contra y puedan votar a favor de un proyecto pol¨ªtico. Pero el cord¨®n sanitario no solo es frustrante para la izquierda. Los votantes del FN ven c¨®mo elecci¨®n tras elecci¨®n sus votos no se traducen en la representaci¨®n pol¨ªtica a la que leg¨ªtimamente aspiran, lo que alimenta el victimismo. El miedo est¨¢ demasiado presente en el electorado. La izquierda teme a la ultraderecha y la ultraderecha teme la precariedad y la mundializaci¨®n que amenaza a la patria.
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