T¨²nez intensifica el acoso a los homosexuales
Seis estudiantes son condenados a tres a?os de c¨¢rcel y a cinco a?os de destierro de la ciudad de Kairouan
Durante los ¨²ltimos meses, se ha intensificado el acoso a la comunidad gay en T¨²nez, seg¨²n apuntan diversos activistas y organizaciones de defensa de los derechos de los homosexuales. En T¨²nez las pr¨¢cticas homosexuales est¨¢n tipificadas como delito en el c¨®digo penal y se castigan con un m¨¢ximo de tres a?os de c¨¢rcel. Uno de los ¨²ltimos casos sucedi¨® el pasado jueves, cuando seis estudiantes de Kairu¨¢n, una ciudad conservadora que est¨¢ considerada el centro espiritual tunecino, fueron condenados por estos delitos a tres a?os de c¨¢rcel, la pena m¨¢xima permitida.
En un decisi¨®n poco habitual y muy controvertida, el juez decidi¨® desterrar a los j¨®venes de Kairu¨¢n durante cinco a?os. Es decir, que si cumplen su condena de c¨¢rcel de forma ¨ªntegra, durante los dos a?os siguientes les ser¨¢ prohibido poner los pies en la ciudad. Los seis estudiantes fueron denunciados a la polic¨ªa por sus vecinos.
¡°Normalmente, los jueces imponen una pena de un a?o de c¨¢rcel, y la mayor¨ªa de los condenados salen a la calle unos meses despu¨¦s. No obstante, ¨²ltimamente, ha aumentado la presi¨®n y ha habido condenas m¨¢s duras¡±, explica Najma Kousri, una activista que se dio a conocer tras difundir en internetfotograf¨ªas de besos de parejas homosexuales por primera vez en este pa¨ªs magreb¨ª. Seg¨²n los c¨¢lculos de las organizaciones de derechos civiles, que son m¨¢s activas desde la ca¨ªda de la dictadura, cada a?o se procesa aproximadamente a un centenar de gays y lesbianas a pesar de que T¨²nez es un pa¨ªs de tradici¨®n laica, una condici¨®n reafirmada en la nueva Constituci¨®n aprobada despu¨¦s de la revoluci¨®n que destron¨® al dictador Ben Al¨ª en 2011,
La sentencia de los j¨®venes de Kairuan ha sido condenada por varios organizaciones de derechos humanos y de la defensa de los derechos homosexuales. ¡°Es un caso muy grave de violaci¨®n de la vida privada de las personas y de su integridad f¨ªsica¡±, ha declarado Amna Guelali, una responsable de la ONG Human Rights Watch, que ha calificado la pena de destierro de ¡°rar¨ªsima¡± y de ¡°medieval¡±, pues ¡°no est¨¢ en consonancia con la evoluci¨®n de T¨²nez¡±. Por su parte, en declaraciones a la radio local Shams, el portavoz del ministerio del Interior, Walid Louguini, se ha apuntado que las fuerzas del orden ¡°se limitan a hacer cumplir la ley¡±.
Sin cambios previstos en la ley
El pasado mes de septiembre, la persecuci¨®n de la homosexualidad se col¨® en el debate p¨²blico despu¨¦s de la condena a un a?o de c¨¢rcel a un joven de la localidad de Susa despu¨¦s de haber sido sometido a un examen anal, una pr¨¢ctica considerada una tortura de acuerdo con los est¨¢ndares internacionales de los derechos humanos. El muchacho se present¨® en una comisaria para ofrecer su declaraci¨®n respecto a un asesinato ocurrido unos d¨ªas antes. Aunque no estaba implicado en el homicidio, al conocer su condici¨®n de homosexual, la fiscal¨ªa decidi¨® procesarlo.
El entonces ministro de Justicia, Mohamed Ben A?ssa, se mostr¨® p¨²blicamente favorable a despenalizar la homosexualidad, lo que gener¨® renovadas esperanzas entre la comunidad gay. No obstante, unos d¨ªas despu¨¦s, durante su visita a Egipto, el veterano presidente Beji Ca?d Essebsi desautoriz¨® a Ben A?ssa. ¡°El ministro solo habla en nombre de s¨ª mismo, no del Estado. No habr¨¢ cambios¡±, zanj¨® el presidente Essebsi en unas declaraciones a un televisi¨®n egipcia.
Apenas dos semanas despu¨¦s, por motivos a¨²n poco claros, Ben A?sa fue defenestrado. T¨²nez est¨¢ gobernado actualmente por una coalici¨®n entre Ennahda, el principal movimiento islamista del pa¨ªs, y el partido laico y conservador Nid¨¢ Tunis, al que pertenece el presidente Essebsi y que est¨¢ integrado por diversas personalidades vinculadas al antiguo r¨¦gimen de Ben Al¨ª.
A pesar de contar con una Constituci¨®n laica pr¨¢cticamente desde su independencia, en 1956, la sociedad tunecina contin¨²a siendo muy conservadora. Despu¨¦s de la revoluci¨®n, las organizaciones para la defensa de los derechos de los homosexuales se han hecho mucho m¨¢s visibles gracias a sus audaces campa?as, lo que ha suscitado una reacci¨®n virulenta por parte de algunos sectores ultraconservadores. De hecho, el activista gay Hedi Sahly, el presidente de la asociaci¨®n Shems, una de las m¨¢s potentes del pa¨ªs, decidi¨® abandonar T¨²nez la semana pasada tras haber recibido amenazas de muerte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.