Como los cuenteros¡
En el proceso de paz colombiano o entramos todos o no hay posibilidad de reconciliaci¨®n
Por estos d¨ªas en Colombia, cuando el a?o se cierra y tras superar el aspecto m¨¢s complejo de tres a?os de negociaciones entre las FARC y el Gobierno para poner fin al conflicto, desde la oposici¨®n se escucharon frases como ¡°esto es un chantaje criminal¡±, nada menos que pronunciada por el Procurador General de la Naci¨®n o ¡°esto es un acuerdo para disfrazar la impunidad¡±. Mentiras ambas y muy graves.
Quienes las repiten, dicen ser los representantes de un 80% de la poblaci¨®n que quiere ver a los guerrilleros tras las rejas, cosa que tampoco es cierta. Y ah¨ª radica el problema. En que pareciera que prefieren quemarse en la hoguera de sus vanidades a aportar desde la argumentaci¨®n e incluso oponerse, disentir, pero con la verdad.
Todos en Colombia queremos que quienes cometen delitos paguen por ellos, incluyendo los paramilitares a quienes en el gobierno de Alvaro Uribe se les dio ocho a?os de c¨¢rcel cuando sus cr¨ªmenes, que a¨²n no podemos sacarlos de la memoria, merec¨ªan cadena perpetua. Pero todos en Colombia tambi¨¦n sabemos que por esa v¨ªa no se ha alcanzado ning¨²n acuerdo de paz en el mundo. Incluso lo logrado puede llegar a constituirse en el primer ejemplo de un proceso en el que los victimarios asumen la responsabilidad penal por sus actos sin que el Estado deba perdonarles todo en nombre de una rebeli¨®n que no lo es, como s¨ª ocurri¨® en otras latitudes.
Dicho esto y aunque no quisiera para la guerrilla perdones ni penas menores bajo los t¨ªtulos que se les deba poner, transicional, restaurativa, reparadora, creo que no hay opci¨®n distinta como bien lo anticip¨® hace casi un a?o el expresidente Cesar Gaviria: o entramos todos o no hay posibilidad de reconciliaci¨®n.
El llamado punto 5 de la agenda de La Habana sellado esta semana dice que se debe garantizar verdad, justicia, reparaci¨®n y no repetici¨®n. Las v¨ªctimas son su columna vertebral y para repararlas se crea una Jurisdicci¨®n Especial para la Paz, la Comisi¨®n de la Verdad y la Unidad Especial para la B¨²squeda de Personas Desaparecidas. Esta semana ya se encontraron y entregaron los restos de 29.
El acuerdo establece que no habr¨¢ amnist¨ªa para delitos como genocidio, cr¨ªmenes de guerra, tortura, ejecuciones extrajudiciales o desaparici¨®n forzada. Una ley determinar¨¢ los delitos amnistiables e indultables y los criterios de conexidad. Por ejemplo, si el narcotr¨¢fico como fuente de financiaci¨®n lo es.
En cuanto a la c¨¢rcel el acuerdo plantea que los guerrilleros no pagar¨¢n una sanci¨®n privativa de la libertad. No terminar¨¢n en una celda. Ser¨¢ ese Tribunal el que imponga las penas o sanciones ¡°restrictivas de la libertad de residencia y movimiento¡± dependiendo de la verdad confesada y con el ¨²nico prop¨®sito de garantizar la reparaci¨®n de las v¨ªctimas. Las sanciones ir¨¢n de entre cinco y un m¨¢ximo de ocho a?os.
Para quienes hemos expresado el temor de que este proceso termine abriendo nuevas heridas, todo caso que se resuelva en la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz har¨¢ tr¨¢nsito a cosa juzgada y no podr¨¢ ser reabierto por ning¨²n otro tribunal. Quiz
Quiz¨¢s el punto m¨¢s importante es que, para los militares y polic¨ªas vinculados a procesos por excesos y delitos cometidos en el conflicto, el Estado desarrollar¨¢ un r¨¦gimen especial, simult¨¢neo, equilibrado y equitativo.
No, no y no se les har¨¢ comparables a los guerrilleros. Podr¨¢n pedir incluso revisi¨®n de sus sentencias. Y terceros involucrados en el conflicto, l¨¦ase la ex senadora Piedad C¨®rdoba y los parapol¨ªticos, podr¨¢n acudir al Tribunal de Paz. Se trata de una paz ampliada, y esa reconciliaci¨®n es quiz¨¢s a la que no est¨¢n dispuestos opositores pol¨ªticos adentro y afuera del gobierno.
Reparaci¨®n es la palabra clave de todo este acuerdo que se caracteriza por la integralidad y por eso comete nuevamente un error la guerrilla cuando dice que no tiene dinero para reparar materialmente a las v¨ªctimas. Lo mucho o poco que tengan debe ser entregado. Han sido muchos a?os de negocios con el narcotr¨¢fico, la extorsi¨®n y el secuestro. Dif¨ªcil creer que todo el dinero se lo han gastado en alimentar al ej¨¦rcito de ni?os, hombres y mujeres que han reclutado. Pero para eso est¨¢ el Tribunal, que determinar¨¢ las sanciones a quienes no digan la verdad, que incluso pueden ir hasta 20 a?os y detr¨¢s de barrotes.
M¨¢s que las mentiras con las que buscan desprestigiar el proceso, lo que valdr¨ªa la pena, y eso s¨ª le har¨ªa un gran favor a esos colombianos que dicen representar, es ayudar a identificar a m¨¢s de 40 magistrados, hombres y mujeres, id¨®neos, que no hagan parte de circulo de favores de la rama judicial para conformar el Tribunal y la Comisi¨®n. Lo que se necesita es, incluso, que los m¨¢s severos cr¨ªticos est¨¦n ah¨ª garantizando que s¨ª habr¨¢ justicia.
Otro tema por analizar es si la imposici¨®n de sanciones por parte del Tribunal de Paz no viola el principio de legalidad que preocupa a estudiosos como H¨¦ctor Riveros, para buscar entonces las salidas que se requieran. No deja de indignar que puedan participar en pol¨ªtica mientras pagan las sanciones que les imponga el Tribunal.
Tiene el gobierno el reto, m¨¢s importante, que es buscar la forma de darle legitimidad social a los acuerdos. Se desgasta demasiado en respuestas a opositores y en la b¨²squeda de aliados que desde la prensa saben cu¨¢l es su papel. Olvida a esos colombianos a los que dice representar el Centro Democr¨¢tico -creo que no son todos-. Son muchos m¨¢s los que no se matriculan en ninguna corriente y se preguntan por qu¨¦ tienen que aceptar los acuerdos si nunca han usado las armas. Esos millones de colombianos a quienes les duele por igual la mezquindad y la corrupci¨®n de muchos pol¨ªticos y las v¨ªctimas, esos que no son guerreros, son los importantes a la hora de refrendar los acuerdos.
Diana Calder¨®n es directora de Informativos y de Hora 20 de Caracol Radio Colombia. Twitter @dianacalderonf
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