Aqu¨ª vivi¨® una v¨ªctima del estalinismo
Activistas civiles colocan placas en memoria de los represaliados de la ¨¦poca sovi¨¦tica
¡°Yo ten¨ªa solo dos a?os cuando se llevaron a mi padre. Nunca volv¨ª a verlo. Un libro escrito por ¨¦l, porque mi padre era ingeniero mec¨¢nico y especialista en meteorolog¨ªa, y varias fotos. Es lo ¨²nico que me queda. Ni un solo recuerdo¡¡±, cuenta Dmitri Zim¨ªn, el fundador de una de las tres grandes compa?¨ªas rusas de telecomunicaciones, Vimpelom. Zim¨ªn acaba de cumplir 82 a?os y est¨¢ feliz de poder rendir el ¨²ltimo homenaje a su padre.
Bor¨ªs Zim¨ªn, descendiente de comerciantes y empresarios rusos, fue detenido en 1935 por ¡°agitaci¨®n antisovi¨¦tica¡± y condenado a tres a?os de trabajos forzados. Ten¨ªa 31 a?os de edad. Aguant¨® solo tres meses y muri¨® en prisi¨®n. 23 a?os despu¨¦s fue rehabilitado ¡°por falta de delito¡±. Nadie sabe el lugar donde fue enterrado, pero ahora, gracias al proyecto La ¨²ltima direcci¨®n, Bor¨ªs Zim¨ªn por fin encontr¨® su ¨²ltimo refugio, aunque sea simb¨®lico.
Historias t¨ªpicas para millones y millones de ciudadanos sovi¨¦ticos represaliados en la ¨¦poca de Stalin. Los historiadores discuten sobre la verdadera magnitud de la represi¨®n pol¨ªtica en la URSS. S¨®lo en los archivos de Memorial, una organizaci¨®n no gubernamental cuyo objetivo principal es el estudio de la represi¨®n pol¨ªtica en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, hay datos de m¨¢s de 2,65 millones de represaliados. La mayor¨ªa de los fusilados o fallecidos en prisiones y campos de trabajos forzados fueron enterrados en fosas comunes, y sus familiares, m¨¢s de medio siglo despu¨¦s de su muerte, siguen intentando recuperar datos y rendir tributo a sus seres queridos.
En diciembre de 2013 un grupo de activistas civiles rusos encabezados por el periodista y editor Sergu¨¦i Parj¨®menko, lanz¨® el proyecto La ¨²ltima direcci¨®n con el fin de sacar del olvido a las v¨ªctimas de las represiones pol¨ªticas e inmortalizar sus nombres en las calles de ciudades rusas. La idea consiste en colocar en las fachadas de las casas que fueron la ¨²ltima vivienda de las v¨ªctimas unas placas conmemorativas con el nombre y fechas clave de la vida del homenajeado (nacimiento, detenci¨®n, fusilamiento o muerte en prisi¨®n y rehabilitaci¨®n).
El guardia del zar en Finlandia y el estudiante "fascista" en Mosc¨²
Trifon Toshiov naci¨® en 1881 en una peque?a localidad de la regi¨®n de Nizhny N¨®vgorod en una familia de campesinos. Despu¨¦s del servicio militar se qued¨® en San Petersburgo en la guardia del zar. Durante las vacaciones estivales de la familia real en Finlandia conoci¨® a una chica finlandesa, Lilly Salmela, cuando ella le regal¨® al zar una cesta de fresas. Se casaron y tuvieron cuatro hijos. En 1914 Trifon fue al frente, pero call¨® en cautiverio y no fue liberado hasta 1920. En 1937 le detuvieron por ¡°actividades antirevolucionarias y propaganda religiosa¡± y le condenaron a 10 a?os de trabajos forzados. Muri¨® en 1938 en prisi¨®n. En 1957 fue rehabilitado ¡°por falta de delito¡±.
Dmitry Samgu¨ªn ten¨ªa solo 19 a?os y estudiaba historia en la Universidad de Mosc¨², cuando en 1937 le detuvieron en la residencia de estudiantes. En su cuarto encontraron dos n¨²meros de la revista La vida universitaria en italiano. Le acusaron por "ser miembro de una organizaci¨®n fascista". El juicio dur¨® 20 minutos, le condenaron a pena de muerte y el mismo d¨ªa le fusilaron. En 1957 fue rehabilitado "por falta de delito".
Las primeras placas fueron colocadas en diciembre de 2014 y hoy ya se han instalado 161. La ¨²ltima ¡ªal poeta Osip Mandelstam, quien se permiti¨® escribir un poema contra Stalin¡ª fue colocada el s¨¢bado.
¡°No se trata de convertir las ciudades rusas en un cementerio y llenar las fachadas de placas. Lo m¨¢s importante es que el proyecto impulsa a la gente a interesarse por el tema de las represalias pol¨ªticas, organizarse en grupos que inician la colocaci¨®n de placas, unirse en un intento de recuperar la memoria hist¨®rica que tanto necesitamos¡±, explica Serguei Parj¨®men-ko.
La idea proviene del proyecto Stolpersteine (Piedras de tropiezo), iniciado por el artista alem¨¢n Gunter Demnig en 1993 para conmemorar a quienes fueron deportados y asesinados por el nazismo en el Holocausto. Demnig coloca en el pavimento junto a las casas de jud¨ªos deportados a los campos de concentraci¨®n piezas conmemorativas con los datos esenciales de su vida y muerte. En 20 a?os ya se han colocado m¨¢s de 50.000 piezas en 650 ciudades de Alemania, B¨¦lgica, Francia, Italia, Holanda, Luxemburgo, Noruega y Espa?a.
Un archivo monumental
A Parj¨®menko se le ocurri¨® que en Rusia podr¨ªa hacerse un proyecto semejante y, cuando se lo coment¨® al director de Memorial, Arseniy Roguinski, result¨® que ellos desde hac¨ªa tiempo estaban pensando c¨®mo transformar en un monumento su enorme archivo de casos.
En dos a?os el proyecto ha recibido m¨¢s de 1.000 solicitudes para colocar placas. No es necesario que el solicitante sea familiar del represaliado, puede ser su vecino o cualquiera otra persona sensibilizada con la iniciativa. S¨®lo es necesario elegir el nombre de una persona en la lista de v¨ªctimas del terror sovi¨¦tico que se encuentra en la p¨¢gina web de Memorial.
Las placas ya han sido instaladas en las calles de Mosc¨², San Petersburgo, Perm, Tver, Taganrog, en varias localidades de las regiones de Nizhny N¨®vgorod y Permsky Kray. Las solicitudes provienen de todo el pa¨ªs, desde Sajal¨ªn hasta Pskov. En breve se colocar¨¢n en Tomsk, Barnaul, Kursk y Odessa (Ucrania).
Para colocar una placa no se necesita ninguna autorizaci¨®n oficial pero s¨ª un permiso de los propietarios del edificio. Hasta el momento no ha habido problemas. Solo en Taganrog las autoridades locales quitaron la placa al d¨ªa siguiente de su colocaci¨®n, pero varios meses despu¨¦s la Duma (Parlamento) local decidi¨® permitir la instalaci¨®n de placas conmemorativas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.