¡°La Hillary¡± se asegura el voto latino casa por casa en Nevada

A pocos kil¨®metros de los casinos de Las Vegas se libra una de las grandes batallas de la pr¨®xima elecci¨®n presidencial de Estados Unidos. En espa?ol, puerta a puerta, llamada a llamada. Es la pelea por el voto latino del sur de Nevada, una de las mayores concentraciones de inmigrantes de Estados Unidos. Los latinos eran el 18% de los votantes de este estado en 2012 y vienen creciendo dos puntos en cada elecci¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada. Solo hay que hacer que voten. No valen discursos ni debates. La ¨²nica manera de asegurarse es ir uno por uno, en espa?ol.

Un lunes de diciembre a mediod¨ªa, una docena de mujeres encuentra un rato a la hora de comer para presentarse en la sede de campa?a de Hillary Clinton en la calle Bonanza del este de Las Vegas. Carteles azules con las palabras "estoy contigo" empapelan el local. Un mural de Hillary Clinton se refiere a ella como "La Hillary". Las mujeres voluntarias se sientan en una mesa, agarran un tel¨¦fono m¨®vil y empiezan a llamar uno por uno a n¨²meros de la lista de votantes que tiene el equipo de campa?a. Mar¨ªa Gray, michoacana de 70 a?os, est¨¢ llamando a una vecina llamada Rosa. ¡°Hola, me llamo Mar¨ªa, te llamo de la campa?a de la se?ora Clinton¡±, se presenta. ¡°El 20 de febrero es muy importante para la se?ora Clinton y para nosotras¡±.

El 20 de febrero se celebran los caucus dem¨®cratas en Nevada. Ser¨¢ la tercera votaci¨®n de primarias despu¨¦s de Iowa y New Hampshire. En el sistema de caucus no se acude a votar en urna, sino que el candidato se elige en reuniones a mano alzada. Hay que estar en un lugar determinado, a una hora determinada. Es fundamental no solo movilizar partidarios, sino asegurarse que aquellos dispuestos a votar por tu candidato son conscientes de la fecha, la hora y el lugar al que tienen que ir para decidir y de la importancia de no faltar.

Estas mujeres forman uno de los grupos que coordina Natalie Montelongo, organizadora de la campa?a del voto latino de Hillary Clinton en el este de Las Vegas. ¡°Cuando son mujeres que llaman a otras mujeres y en espa?ol se recibe mejor el mensaje¡±, explica Montelongo en la oficina de campa?a. De los ¨²ltimos 38 candidatos a presidente, 31 han ganado las primarias de Nevada. Adem¨¢s, el estado ¡°vota muy parecido a como vota el conjunto del pa¨ªs¡±, asegura Montelongo.

¡°A veces preguntamos si van a votar por Hillary Clinton y contestan ¡®claro, yo siempre voto dem¨®crata¡¯, como si no hubiera otro candidato posible¡±, asegura Natalie Montelongo, como ejemplo de la fuerza de marca que tiene la candidata frente a sus rivales Bernie Sanders y Martin O¡¯Malley. La media de las ¨²ltimas encuestas otorga a Clinton un 55% de apoyo en las primarias dem¨®cratas frente al 30% de Sanders y un testimonial 4,6% de O¡¯Malley. Han hecho tres debates y les quedan otros tres hasta marzo.

La maquinaria de Clinton est¨¢ lista desde 2008, cuando gan¨® las primarias en el estado frente a Barack Obama. Toda la actual movilizaci¨®n servir¨¢ despu¨¦s para una eventual campa?a presidencial. Algunos de los voluntarios ya la han apoyado a ella o a su marido en otras ocasiones. Mar¨ªa Gray, de 70 a?os, que estaba ese lunes haciendo llamadas, dice que ayud¨® tambi¨¦n en la campa?a presidencial de Obama. No solo ha encontrado un rato a mediod¨ªa para ir a hacer llamadas a la sede de campa?a, sino que ofrece su casa para que los voluntarios vayan all¨ª a hacer m¨¢s llamadas. Involucrar a latinos de esta manera no es f¨¢cil, explica Montelongo, pues la poblaci¨®n va y viene. La mayor¨ªa trabajan en casinos y restaurantes en horarios intempestivos. Mar¨ªa Gray se mud¨® a Las Vegas hace ocho a?os despu¨¦s de 31 a?os en Los ?ngeles porque era el ¨²nico sitio donde pod¨ªa permitirse comprar una casa para retirarse.

Al caer la tarde, comienza otra tarea. Lista en mano, Columba Leyva y su marido, Jos¨¦ de Jes¨²s, sinaloenses con 40 a?os viviendo en Las Vegas, se disponen a salir por su barrio a preguntar a posibles votantes si se han decidido ya, si van a ir a las primarias, si pueden dejar ya apuntado que votar¨¢n por Clinton, si est¨¢n dudosos. Esa informaci¨®n forma una base de datos sobre las intenciones de los votantes muy valiosa. Montelongo dice que intentan tocar 70 puertas al d¨ªa en caminatas de unas tres horas. En su barrio de clase media del este de Las Vegas solo se oye espa?ol. Hay gente a todas horas en casa, porque trabajan en los casinos en todo tipo de turnos, dice Jos¨¦ de Jes¨²s. Todas las casas a las que llaman, menos una, son de familias latinas.

De una de las puertas sale a hablar con ellos su vecina Hermila C¨¢rdenas. Dice que s¨ª, que va a votar por Clinton (¡°las mujeres podemos¡±) y promete dec¨ªrselo a sus sobrinas, pero no parece saber qu¨¦ es el caucus. Ser¨¢ la primera visita de varias hasta la fecha decisiva. Despu¨¦s, si Clinton es la nominada dem¨®crata, toda esta maquinaria de comprometer votos latinos volver¨¢ a ponerse en marcha, puerta por puerta y tel¨¦fono a tel¨¦fono, para ganar el estado laboratorio de la influencia latina en las elecciones norteamericanas.