Bahr¨¦in y Sud¨¢n siguen a Arabia Saud¨ª y rompen relaciones con Ir¨¢n
Al aumento de las tensiones sectarias se suma el riesgo de que Riad y Teher¨¢n eleven su guerra por intermediaci¨®n en distintos conflictos que les enfrentan en la regi¨®n
Bahr¨¦in y Sud¨¢n han seguido los pasos de Arabia Saud¨ª y cortado relaciones diplom¨¢ticas con Ir¨¢n, mientras que Emiratos ?rabes Unidos (EAU) ha rebajado sus lazos a nivel de encargado de negocios. Pero los efectos m¨¢s graves de la crisis entre las dos potencias del golfo P¨¦rsico no son diplom¨¢ticos, sino geoestrat¨¦gicos. Al aumento de las tensiones sectarias se suma el riesgo de que ambos rivales eleven su guerra por intermediaci¨®n (proxy war) en los distintos conflictos que les enfrentan en la regi¨®n. De Siria a Yemen y de Irak a Bahr¨¦in, cabe esperar un recrudecimiento de la lucha.
La decisi¨®n de Manama es sobre todo simb¨®lica ya que sus v¨ªnculos con Teher¨¢n eran pr¨¢cticamente inexistentes. Enfrentada desde la primavera ¨¢rabe a una revuelta liderada por la mayor¨ªa chi¨ª, la familia real bahrein¨ª (sun¨ª) acusa a Ir¨¢n (chi¨ª) de interferencia en sus asuntos internos y de respaldar a varios grupos opositores. Desde el pasado octubre, ha retirado a su embajador en la Rep¨²blica Isl¨¢mica y expulsado al encargado de negocios iran¨ª.
Como resultado de los cinco a?os de protestas, Bahr¨¦in sobrevive gracias a la ayuda financiera de Arabia Saud¨ª, que tiene un millar de soldados desplegados en ese Estado-isla. Tambi¨¦n Sud¨¢n es cada vez m¨¢s dependiente de Riad, cuya generosidad ha contribuido a su distanciamiento de Teher¨¢n. E?U, con m¨¢s recursos econ¨®micos (y mayores v¨ªnculos comerciales con Ir¨¢n), se ha limitado a rebajar las relaciones a nivel de encargado de negocios (una diferencia sutil, pero que facilita la revocaci¨®n de la medida).
Mientras, el ministro de Exteriores saud¨ª, Adel al Jubeir, ha insistido este lunes en responsabilizar a Ir¨¢n de la creciente tensi¨®n y de una ruptura diplom¨¢tica que se extender¨¢ a las relaciones comerciales y al tr¨¢fico a¨¦reo entre ambos pa¨ªses, seg¨²n ha afirmado a la agencia Reuters.
Habr¨¢ que ver c¨®mo act¨²an otros miembros del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo, en especial Kuwait y Qatar, ya que Om¨¢n, cuyo embajador se ha reunido este lunes con el presidente del Parlamento iran¨ª, trata de mantener el equilibrio entre las dos potencias regionales. La Liga ?rabe ha anunciado que se reunir¨¢ a petici¨®n de Arabia Saud¨ª.
En recientes visitas a Riad y Teher¨¢n, la palabra m¨¢s repetida cuando esta corresponsal mencionaba la tirantez entre ambos era desconfianza. Esa desconfianza, que se ha intensificado en la ¨²ltima d¨¦cada con las tribulaciones del mundo ¨¢rabe y el ascenso regional iran¨ª, alienta que el menor incidente se convierta en una oportunidad para atacar al otro. Se vio en el caso de la estampida de La Meca, el pasado septiembre, en el que murieron por lo menos 2.000 peregrinos, cuatro centenares de ellos iran¨ªes, y que las autoridades de la Rep¨²blica Isl¨¢mica (chi¨ªes) han utilizado para cuestionar el control de la familia real saud¨ª (sun¨ª) sobre los santos lugares del islam.
Ahora, a la gravedad de la decisi¨®n saud¨ª de ejecutar al cl¨¦rigo chi¨ª Nimr Baqr al Nimr, le han hecho el juego los ultras iran¨ªes repitiendo el peligroso juego del ataque a la embajada rival (como ya hicieran tras los disturbios de La Meca de 1987, que llev¨® a la ruptura de relaciones hasta 1991). Aunque el Gobierno del pragm¨¢tico Rohani ¡ªen la recta final del levantamiento de las sanciones nucleares¡ª se ha apresurado a frenar a los descontrolados, el cierre de los (escasos) canales de comunicaci¨®n entre los dos pa¨ªses s¨®lo puede dificultar a¨²n m¨¢s el imprescindible di¨¢logo para desbloquear los conflictos en los que ambos se encuentran implicados.
Al igual que en Bahr¨¦in, el adalid del islam chi¨ª y el abanderado del islam sun¨ª apoyan a bandos opuestos en las guerras de Siria, Yemen e Irak, as¨ª como a facciones pol¨ªticas distintas en L¨ªbano. Poco despu¨¦s de anunciar la ejecuci¨®n del jeque Al Nimr el pasado fin de semana, Arabia Saud¨ª puso fin al precario alto el fuego que acept¨® en Yemen hace tres semanas. Riad, que el pasado marzo lanz¨® una campa?a a¨¦rea para frenar a los rebeldes Huthi, a quienes percibe como peones de Teher¨¢n, puede encontrarse con que en el contexto actual los iran¨ªes deciden hacer realidad un apoyo que la mayor¨ªa de los observadores consideraban m¨¢s moral que efectivo.
La nueva crisis tambi¨¦n proyecta malos augurios para la nueva ronda de conversaciones de paz sobre Siria, donde Ir¨¢n apoya al Gobierno de Bachar el Asad, mientras Arabia Saud¨ª financia a los rebeldes que intentan derribarle. De momento, el rifirrafe diplom¨¢tico ya est¨¢ distrayendo la atenci¨®n de la lucha contra el Estado Isl¨¢mico (ISIS). Si no se logra detener la escalada, todos estos factores conducen a un aumento de la inestabilidad en la regi¨®n.
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