Los controles en Dinamarca y Suecia aceleran el colapso de Schengen
Estocolmo establece restricciones en su frontera con Dinamarca, que anuncia controles inmediatos en su l¨ªmite con Alemania
Dinamarca dio el lunes un paso m¨¢s en el colapso de Schengen. Pocas horas despu¨¦s de la entrada en vigor de nuevos controles fronterizos decididos por su vecina Suecia, el Gobierno de centroderecha anunci¨® una medida similar en su frontera con Alemania. Con este movimiento, Copenhague quiere frenar a los refugiados que tratan de llegar a Suecia. Pero a costa de trasladar la presi¨®n a Berl¨ªn y de dar otro golpe m¨¢s al acuerdo que garantiza la libertad de movimientos de personas y que supone un pilar de la integraci¨®n europea.
A la vuelta del pasado verano, Angela Merkel alert¨® de los peligros que corre el acuerdo que ha permitido la libre circulaci¨®n de personas a lo largo de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas en la mayor parte de la UE. ¡°Si no logramos una distribuci¨®n equitativa (de los refugiados que llegan a Europa), muchos volver¨¢n a cuestionarse Schengen¡±, asegur¨® la canciller alemana a principios de septiembre. Cuatro meses m¨¢s tarde, Europa no ha encontrado una soluci¨®n a la crisis migratoria y las costuras de Schengen siguen deterior¨¢ndose. Pa¨ªses como Alemania, Austria, Hungr¨ªa, Malta y Francia ya hab¨ªan adoptado en los ¨²ltimos meses medidas excepcionales de control de pasaportes. A esta lista se unen ahora Suecia y Dinamarca.
El efecto en cadena ha sido inmediato. Suecia, el pa¨ªs que hasta ahora ha sido m¨¢s generoso en su pol¨ªtica de asilo, hab¨ªa anunciado el mes pasado que a partir de este lunes establecer¨ªa controles en su frontera con Dinamarca. Copenhague no tard¨® ni un d¨ªa en adoptar una medida parecida, esta vez en su l¨ªmite con Alemania, que entr¨® en vigor el lunes al mediod¨ªa.
El puente de Oresund, que une a los dos pa¨ªses escandinavos, constituye un buen ejemplo de la gravedad de la situaci¨®n. Despu¨¦s de m¨¢s de medio siglo de libre circulaci¨®n, Suecia empez¨® a controlar esta infraestructura de casi 8 kil¨®metros de longitud que permite que cada d¨ªa unas 20.000 personas viajen de Copenhague a la ciudad sueca de Malm?. Seg¨²n la agencia Reuters, los controles provocaron retrasos de unos 50 minutos en los trenes y autobuses que recorren el puente.
¡°Que otros pa¨ªses n¨®rdicos sellen sus fronteras puede acarrear graves consecuencias para Dinamarca¡±, dijo el primer ministro dan¨¦s, el liberal de derechas Lars Lokke Rasmussen. ¡°Puede conducir a que haya m¨¢s solicitantes de asilo¡±, a?adi¨®. La medida adoptada por el Gobierno de centroderecha tiene en principio una duraci¨®n de diez d¨ªas, pero puede ser prorrogada. El primer ministro dan¨¦s justific¨® los controles para evitar que se repitan las im¨¢genes de colas de refugiados en las autopistas con la intenci¨®n de llegar a Suecia. ¡°Queremos asegurarnos calma y tranquilidad¡±, asegur¨®.
Pero la adopci¨®n de estas dr¨¢sticas medidas, con las que ya amagaron a mediados de diciembre, obedecen m¨¢s a urgencias pol¨ªticas que a una afluencia masiva de refugiados en el pa¨ªs. La ministra danesa del Interior, Inger Stojberg, remiti¨® este lunes una carta al comisario europeo de Inmigraci¨®n, Dimitris Avramopoulos, para justificar la suspensi¨®n de Schengen. En ella desgranaba los datos que, en su opini¨®n, justifican la emergencia: desde septiembre unas 91.000 personas han cruzado la frontera entre Dinamarca y Alemania y 13.000 han pedido asilo en el pa¨ªs, lo que eleva a 21.000 el total de solicitudes en todo el a?o. Nada que ver con los m¨¢s de 100.000 que lo han pedido en su vecina Suecia entre enero y octubre, seg¨²n datos de Eurostat, la agencia estad¨ªstica de la UE.
El partido liberal que lidera el Gobierno dan¨¦s fue superado en votos por los populistas de derechas del Partido Popular. Presionados por el auge de los populistas, la inmigraci¨®n se ha convertido en un terreno f¨¦rtil para el lanzamiento de medidas controvertidas. Hace unas semanas el Ejecutivo plante¨® requisar a los refugiados cualquier tipo de bienes de valor que llevasen consigo.
Inquietud en Bruselas
La Comisi¨®n Europea contempla con incomodidad este goteo de excepciones temporales a la libre circulaci¨®n, compuesto por 26 pa¨ªses. Bruselas emitir¨¢ en unos d¨ªas una valoraci¨®n sobre la medida aplicada por Dinamarca, aunque es de esperar que no haya censuras, como tampoco las hubo con el resto de pa¨ªses que lo comunicaron anteriormente.
La incomodidad de Bruselas antes la decisi¨®n de Copenhague se torn¨® en Berl¨ªn en malestar. El endurecimiento de los controles en su frontera septentrional llega a Alemania en plena pol¨¦mica por las declaraciones del l¨ªder socialcristiano b¨¢varo, Horst Seehofer, en las que pidi¨® establecer un l¨ªmite de 200.000 refugiados que el pa¨ªs pueda acoger en un a?o. Esta petici¨®n supone una nueva amenaza a su te¨®rica aliada, la canciller Merkel, no solo por estar muy lejos del mill¨®n de solicitantes de asilo que entraron en Alemania en 2015, sino porque la l¨ªder ha repetido hasta la saciedad que el derecho al asilo, recogido en la Constituci¨®n, no puede limitarse a una cifra fija.
Medidas de excepci¨®n en la libre circulaci¨®n
Las excepciones a la libre circulaci¨®n que contempla el c¨®digo de Schengen no estaban pensadas para una afluencia migratoria ¡ªsobre todo de refugiados¡ª como la que afronta Europa. La norma permite restablecer los controles temporales en las fronteras interiores en dos circunstancias: acontecimientos previstos y situaciones urgentes.
Los primeros se han aplicado en numerosas ocasiones: cumbres de alto nivel, grandes acontecimientos internacionales como unos juegos ol¨ªmpicos... El Estado afectado comunica al resto que reinstaura los controles especificando los motivos y la duraci¨®n.
En el segundo caso, los pa¨ªses deben alegar que ¡°el orden p¨²blico o la seguridad interior¡± se ven amenazados. Es necesario notificarlo a la Comisi¨®n Europea ¡ªaunque no se requiere su visto bueno¡ª y al resto de socios. Las medidas no pueden durar, de entrada, m¨¢s de 30 d¨ªas, aunque si las circunstancias lo justifican pueden renovarse hasta seis meses. Tras los ¨²ltimos acontecimientos, la UE ha propuesto que puedan extenderse dos a?os.
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