L¨ªneas rojas
Al parecer, es el momento de las l¨ªneas rojas. Los resultados electorales destruyen las mayor¨ªas de gobierno y las convierten en mayor¨ªas escu¨¢lidas, insuficientes. Los parlamentos se fragmentan hasta convertirse en rompecabezas ingobernables. La gobernaci¨®n de muchas ciudades, comunidades aut¨®nomas e incluso del Estado se halla a la espera de la recomposici¨®n de unas nuevas mayor¨ªas plurales y variables o de unos nuevos comicios tan pronto como lo permita la legislaci¨®n.
Este paisaje es fruto de una pol¨ªtica de confrontaci¨®n que ha destruido el m¨¢s m¨ªnimo atisbo de cooperaci¨®n entre las fuerzas en presencia. Venimos de una ¨¦poca en que ha regido el juego de suma cero, en que las ganancias de unos se hacen sobre las p¨¦rdidas de los otros, aunque al final todos pierdan. Y la ¨²ltima derivada de esta pol¨ªtica, instalada en Espa?a y en Catalu?a desde que empez¨® la crisis, hace ocho a?os, son las l¨ªneas rojas.
Ante la debilidad para hacer las propias pol¨ªticas, se busca la hegemon¨ªa a trav¨¦s de las pol¨ªticas de riesgo: exigirle al adversario que ceda en lo ¨²nico que no puede ceder, en unas l¨ªneas rojas que le obligaremos a trazar si acaso no las tiene trazadas previamente.
Catalu?a est¨¢ en vanguardia. Artur Mas busc¨® infructuosamente mayor¨ªas catalanas de tanta envergadura como la mayor¨ªa absoluta con que Rajoy ha gobernado Espa?a estos largos cuatro a?os. Y como no las obtuvo a trav¨¦s de ninguna de las sucesivas disoluciones ha intentado gobernar con pol¨ªticas de riesgo, las l¨ªneas rojas.
Las l¨ªneas rojas son la pol¨ªtica del todo o nada, aplicada por la fuerza que ejercen las minor¨ªas de bloqueo. JxS¨ª es una l¨ªnea roja toda entera. Solo puede pactar con quien est¨¦ a favor de la independencia, la identifique impl¨ªcitamente con el liderazgo de Artur Mas y la sit¨²e incluso por encima de cualquier cosa; de las pol¨ªticas sociales o de la corrupci¨®n, por ejemplo. De ah¨ª la actitud de la CUP: su l¨ªnea roja era Artur Mas.
?C¨®mo dar la presidencia a un pol¨ªtico que anda luciendo de unos buenos resultados electorales a pesar de haber aplicado las pol¨ªticas de rigor dictadas por la troika? ?C¨®mo facilitar su continuidad en el momento en que Jordi Pujol y Marta Ferrusola, sus mentores pol¨ªticos, han sido imputados y pesa sobre la entera familia del expresidente la sospecha de que actu¨® como una banda mafiosa?
Pablo Iglesias tambi¨¦n ha trazado una l¨ªnea roja, el refer¨¦ndum para Catalu?a, aunque en su caso es un arma dirigida a la cabeza de Pedro S¨¢nchez, para erosionar su candidatura, dividir al PSOE y arrebatarle la primac¨ªa de la izquierda provocando unas nuevas elecciones. Luego se ha visto que esta l¨ªnea roja no era exactamente suya sino de Ada Colau: es Catalu?a en Com¨² quien impone a Podemos el refer¨¦ndum para poder pactar con el PSOE.
Antes Susana D¨ªaz hab¨ªa recordado una mal¨¦vola ecuaci¨®n de la geometr¨ªa plural hisp¨¢nica: del caf¨¦ para todos pasamos al caf¨¦ para Ada. Este proyectil no era para S¨¢nchez sino para Iglesias, que tendr¨¢ que esforzarse mucho para convencer a gallegos, vascos y probablemente tambi¨¦n valencianos de que solo Catalu?a tiene derecho de autodeterminaci¨®n. Ya no estamos en la naci¨®n de naciones que exige reconocimiento y pacto sino en los pueblos de Espa?a con derecho a autodeterminarse y a separarse al igual que los pa¨ªses colonizados.
Todas las l¨ªneas rojas terminan pasando por el nombre del presidente actual en ejercicio. Todo menos Mas, todo menos Rajoy. Unos como exigencia de continuidad y otros como inevitable exclusi¨®n. Pero donde su trazo se hace m¨¢s grueso y grave es en la cuesti¨®n fundamental de la partida en la que estamos: todo salvo la independencia de Catalu?a, todo salvo la unidad de Espa?a, exigidas o excluidas por unos y otros como premisa para cualquier negociaci¨®n. Las elecciones han dado un resultado claro, aunque todos se empe?en en emborronarlo con el bermell¨®n de sus l¨ªneas infranqueables. Si hay un mandato a nuestros representantes es que se sienten sin l¨ªneas rojas, y que luego pacten, reformen y gobiernen.
Las l¨ªneas rojas tienden a convertirse en un sistema. La l¨ªnea roja de la CUP sostiene las l¨ªneas rojas de Pedro S¨¢nchez, de Podemos y de los barones del PSOE. Con Mas investido por la CUP era m¨¢s f¨¢cil que funcionaran las urgencias para buscar mayor¨ªas en Madrid. Ahora es un est¨ªmulo para seguir bloqueados y repetir tambi¨¦n las elecciones generales.
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