Las elecciones en Taiw¨¢n ponen a prueba el deshielo con China

El futuro de las relaciones con China se pone en juego este s¨¢bado en las elecciones generales de Taiw¨¢n. Andy Hsu, financiero de 32 a?os, tiene claro qui¨¦n va a ganar: ¡°Tsai Ing-wen, todo el mundo lo dice¡±. Tsai es la candidata presidencial del ¡°chinoesc¨¦ptico¡± Partido Democr¨¢tico Progresista (PDP), hasta ahora en la oposici¨®n y al que las encuestas dan como clara favorita frente al partido en el gobierno, el Kuomintang (KMT). De confirmarse las predicciones, Tsai se convertir¨¢ en la primera mujer presidenta de la Historia en el mundo chinoparlante; y Taiw¨¢n puede registrar un importante giro en su pol¨ªtica, tanto interna como en sus relaciones hacia China.

Taiw¨¢n quiere un cambio. Los sondeos llevan meses apunt¨¢ndolo: Tsai aventaja en una veintena de puntos porcentuales a su rival del KMT, Eric Chu. Pero adem¨¢s el PDP tambi¨¦n puede ganar la mayor¨ªa absoluta en el Yuan Legislativo, o Parlamento unicameral, de 113 esca?os, o al menos alcanzar una ventaja suficiente como para gobernar con el apoyo de alguno de los partidos peque?os. Ser¨ªa un resultado hist¨®rico en un pa¨ªs donde el KMT siempre ha controlado el Legislativo.

La insatisfacci¨®n con el Gobierno actual tiene sus ra¨ªces en la marcha de la econom¨ªa, afectada por una ca¨ªda de la demanda en su clave sector tecnol¨®gico y muy dependiente de la de China. El Ejecutivo ha reducido sus perspectivas de crecimiento para este a?o del 2,7% al 2,32%. Los j¨®venes se lamentan de escasas oportunidades laborales, y de bajos salarios, al salir de la Universidad. Y es generalizado el lamento por el coste de la vivienda.

¡°Los alquileres y los precios para comprar son alt¨ªsimos. Los j¨®venes recibimos salarios de 20.000 d¨®lares taiwaneses (unos 550 euros). Hay pocas perspectivas¡±, cuenta Alphie Chen, camarera de 21 a?os.

Apenas un 6% de los votantes considera las relaciones con China como la gran prioridad en los comicios. Pero un cambio en el poder en Taipei tendr¨¢ impacto en los lazos con Pek¨ªn y con el gran protector de la isla, EE. UU.

El presidente saliente, Ma Ying-jeou y el KMT han llevado a cabo durante los ¨²ltimos a?os una pol¨ªtica de acercamiento a China, que desde que el r¨¦gimen nacionalista de Chiang Kai-shek se refugi¨® en la isla en 1949 considera a Taiw¨¢n una provincia rebelde. Aunque Pek¨ªn nunca ha renunciado a la fuerza para recuperarla, hoy d¨ªa las relaciones entre ambos lados del estrecho son mejores que nunca.

Independentismo

En cambio, el PDP ha apoyado hist¨®ricamente posiciones independentistas. Aunque suavizado en los ¨²ltimos a?os, ese mensaje ha calado entre los taiwaneses. Seg¨²n algunas encuestas, el 61% es partidario de la independencia. Especialmente entre los j¨®venes, la sensaci¨®n es que el acercamiento no ha tra¨ªdo ventajas: los beneficios econ¨®micos se han repartido entre las grandes empresas y no han llegado al p¨²blico; y pol¨ªticamente, genera preocupaci¨®n el creciente autoritarismo en Pek¨ªn. En pocos lugares del mundo se siguieron con m¨¢s atenci¨®n las manifestaciones prodemocracia de Hong Kong en 2014.

¡°Culturalmente somos demasiado diferentes. Tenemos costumbres diferentes, mentalidades distintas¡­ Nos gustan nuestras libertades. Y en China, su manera de pensar es demasiado estrecha¡±, apunta Chen.

Tsai, abogada de 59 a?os y educada en el Reino Unido y EE. UU., ha adoptado una actitud cuidadosamente moderada. La exministra ha declarado que su meta es mantener la situaci¨®n actual: una separaci¨®n de hecho, ni independencia ni unificaci¨®n.

No parece suficiente para Pek¨ªn, que exige que el ganador de los comicios del s¨¢bado acepte el llamado ¡°consenso del 92¡±, el principio de que hay ¡°una sola China¡±. Aunque con una interpretaci¨®n completamente distinta de la de Pek¨ªn, el KMT s¨ª reconoce esa premisa.

A menos que el ganador de los comicios el s¨¢bado acepte ese principio, ¡°las relaciones se ver¨¢n inevitablemente afectadas y podr¨ªan incluso venirse abajo¡±, ha advertido el portavoz de Asuntos Taiwaneses en el Gobierno en Pek¨ªn, Ma Xiaoguang.

Ante la posibilidad de tensiones, EE. UU., que no quiere verse atrapado en disputas entre ambos lados del estrecho en su a?o electoral, ha lanzado un llamamiento a la calma. ¡°No creemos que una escalada en las tensiones beneficie a ninguna de las partes¡±, ha declarado el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes. ¡°Queremos ver calma y di¨¢logo¡±.

Aunque Shelley Rigger, experta en Taiw¨¢n del Davidson College, es esc¨¦ptica acerca de la posibilidad de un deterioro serio en los lazos: ¡°Pek¨ªn ya se ha resignado a la idea de una presidenta del PDP¡±, explica. Y es probable, apunta, que de resultar ganadora Tsai haga una declaraci¨®n en los cuatro meses de interregno que, sin traicionar sus principios, complazca lo suficiente a Pek¨ªn.

Adem¨¢s, despu¨¦s de la reuni¨®n hist¨®rica de noviembre en Singapur entre el presidente chino, Xi Jinping, y el taiwan¨¦s Ma, las relaciones se han elevado a un mayor nivel, lo que concede un mayor margen de maniobra para gestionar los desacuerdos. ¡°Si China quiere ser flexible, puede serlo¡±, opina Rigger.